Ernesto Laciar es un joven de 30 años nacido en Mencué, al oeste de la provincia de Río Negro. “Checho”, como todos los conocen, rompió un récord (también de otro coterráneo suyo): esquiló casi 25 mil ovejas en la temporada de zafra.
Esta localidad de no más de 300 habitantes ya tenía su propio campeón: Matias Nuim, de la localidad rionegrina de Los Menucos, había terminado la temporada con 24.509 ovejas esquiladas pero Checho, desde agosto a febrero, realizó 24.700 esquilas. Su trabajo comenzó en la provincia de Buenos Aires, más específicamente en Tres Arroyos y concluyó hace algunos días en una Estancia cerca de Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz.
Sus conocimientos del campo se dieron desde pequeño, ya que veía a su padre esquilar a las chivas y ovejas con tijeras. Aprendió solo con el tiempo y fue articulando su vida entre el pueblo y el campo, donde se interiorizó en distintos trabajos rurales. En 2010, cuando se mudó a General Roca, también incursionó en la cosecha de frutas, pero luego de insistir más de tres años se dio cuenta que sus ganas estaban en la vida de campo y en las comparsas de esquila y sus recorridas por diferentes campos de la patagonia y también en el interior de Buenos Aires.
Las comparsas de esquilas son grupos de personas que van de campo en campo, de chacra en chacra, realizando estos trabajos laneros y ovinos; son trabajos que deben realizar muy bien, por lo que la especialización de los hombres y mujeres que participan, es fundamental. Además son trabajos arduos donde se está meses lejos de la familia, amigos y la comodidad de la casa propia, ya que van “mudándose” constantemente en grupos grandes. Sin embargo, con la pandemia y los cuidados sociosanitarios, este año se vieron trabajando en números más reducidos.
Luego de su trabajo en Tres Arroyos, la comparsa “San Caye”, de la que formó parte Checho, se trasladaron más de mil kilómetros al sur, recorriendo diferentes estancias y establecimientos ganaderos santacruceñas.
En agosto, Laciar se sumó a una comparsa “San Caye”, de Ariel Rossi, para ir a esquilar en campos de la provincia de Buenos Aires. Durante dos meses recorrió establecimientos ganaderos de la zona de Tres Arroyos y a fines de octubre, la comparsa se trasladó a Santa Cruz.
El trabajo de Laciar y sus compañeros, también de Rio Negro, fue duro (y es el de todos los esquiladores): trabajos desde temprano, con descansos ya delimitados para la comida y los descansos diarios y necesarios. Pero de 6 de la mañana hasta las 19.15, es jornada laboral, sin fines de semana ni feriados; un arduo trabajo sacrificado y que muchas veces no se entiende cuánto esfuerzo representa.
Con trabajos de dos horas y cuarto, aproximadamente y descansos que van desde la media hora a los 45 minutos, el día pasa: Checho ha llegado a esquilar muchas ovejas en temporada anteriores pero nunca como la recién terminada: “nunca pensé que iba a esquilar 24.700 ovejas.... es un montón”, comenta. Además el capataz de la cuadrilla agregaba que “eran 6 esquiladores y que todos tuvieron un muy buen desempeño. Checho no bajaba de 280 a 290 diarias. Un día llegó a esquilar 306”, afirmó. Sus otros compañeros también realizaron grandes trabajos, logrando 23 mil y más de 20 mil ovejas esquiladas, quienes le “siguieron” en el podio a Checho.
En ese sentido, el capataz también agregó que lograron “esquilar 130.000 ovejas en total, con 1700 ovejas diarias”; y en comparación a años anteriores, donde hay más trabajadores, han logrado hacer más de 150 mil por zafra.
Felicitaciones a Checho Laciar y a sus compañeros por este trabajo tan arduo. ¿El año que viene romperá su propio récord?.
Licenciado en Comunicación Social. Nacido y criado en Chubut, actualmente alejado del pago. Siempre que puedo, hablo de la Patagonia. Tengo buena memoria –para cosas bastante intrascendentes, pero buena memoria en fin–. Le meto ganas a lo que hago, porque sin pasión no vale la pena.