La historia de esta fotografía es el reflejo de un gesto noble que merece ser destacado. Vanesa se desempeña como enfermera desde hace tres años en un hospital ubicado a 230 kilómetros de la capital de Santiago del Estero. Lo que pensó que sería un día normal de trabajo terminó siendo uno de esos momentos que jamás se olvidan. Alertada por un llamado telefónico, salió junto a su equipo a socorrer a una joven que había dado a luz.
Cuando llegaron al lugar se encontraron con un recién nacido que no comía desde hacía tres horas porque su madre se encontraba descompuesta por el parto. Ella, sin dudarlo, decidió darle de amamantar al pequeño para evitar que sufriera alguna complicación. La tierna imagen alcanzó rápidamente notoriedad en las redes sociales, donde los usuarios destacaron el accionar de Vanesa.
La historia tuvo origen un lunes a la madrugada, cuando Vanesa Suárez recibió un mensaje de alerta en el hospital donde trabaja como enfermera en la localidad de Sumampa. Vanesa fue informada sobre el nacimiento de un pequeño cuya madre necesitaba asistencia en el barrio el Matadero. Así fue como partió junto a su compañero, otro enfermero, para socorrer a la mujer.
Al llegar a la vivienda encontraron a la joven y al niño recién nacido. La mujer se encontraba descompuesta y el bebé aún conservaba el cordón umbilical y la placenta. Como la madre de la criatura no había tenido ningún control, se comunicaron con una médica, quien les sugirió que ambos fueran trasladaros hacia el hospital de Ojo de Agua, donde les realizarían los necesarios para evitar cualquier tipo de infección.
Los enfermeros intentaron que la madre alimentara a su pequeño, pero ella se encontraba muy debilitada por el parto. Sin embargo, el niño necesitaba comer porque ya habían pasado varias horas desde el nacimiento. El bebé llevaba casi tres horas y todavía no había probado la leche materna. En ese momento, tampoco contaban con una mamadera para sustituirla. Fue entonces cuando el instinto maternal de Vanesa salió a la luz. No dudó en sugerirle a la doctora que ella podría amamantar al pequeño, ya que tenía un hijo de un año que aún tomaba el pecho.
Una imagen vale más que mil palabras
Ante la preocupación de que pudiera bajarle el azúcar al bebé, la enfermera no dudó en quitarse el traje que había llevado como parte del protocolo de sanidad por el COVID-19 y empezó a alimentar al niño. Uno de los presentes logró tomar una fotografía de Vanesa y rápidamente se difundió a a través de las redes sociales.
Vanesa contó que desempeña su profesión desde hace más de tres años y que fue la primera vez que asistió a un acontecimiento de esta magnitud. Sin importarle que la fotografía trascendiera o tomara notoriedad, ella actuó con el corazón en la mano, sin pensarlo demasiado, porque sabía que el recién nacido había pasado tres horas sin succionar y solo tenía la intención de resguardar la salud del bebé.
En las redes sociales se celebró la solidaridad de Vanesa, quien expresó que se sentía agradecida por haber podido colobarar con aquella familia. Consultada por la madre de la criatura y el niño, relató que, por fortuna, se encuentran en perfecto estado de salud.
Argentina, nacida en La Plata y criada en Jujuy. Licenciada en Comunicación Social y especialista en Comunicación Digital de la Universidad Nacional de La Plata. Los últimos años me dediqué a la redacción para medios de alcance nacional, enfocado en noticias locales.