¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónExcelente anfitrión. Se hizo un espacio en su agenda y nos abrió las puertas de su casa. El frío matinal fue eludido en el mismísimo instante en que entramos a su rústica y pintoresca casa del departamento de Las Heras, en Mendoza. Café, facturas y estufa simil hogar de por medio, la escena está lista para comenzar la charla. En un quincho para asados con la familia devenido en museo, empieza el recorrido por la historia.
Daniel Di Giuseppe es técnico mecánico y trabaja fabricando bombas para bodegas. Sin embargo, su pasión es otra, una que adquirió desde muy chico. “Mi hermano estudiaba radio y televisión, cuando teníamos cerca de 15 años. Yo me empecé a interesar en sus estudios, ya que lo hacía por correspondencia, entonces podía leer el material que le mandaban”. Daniel lo sabe todo. Fechas, lugares, nombres de bandas, de locutores, de radionovelas. Es un verdadero placer esucharlo.
Hasta que un día “me interesé por la parte de adentro de la radio y no solo por escucharla”. Sin embargo, ese gusto e interés quedaron archivados por un tiempo. “Muchos años después, un día, yo estaba buscando unas lámparas para la casa en internet y me encontré con una radio antigua. Empecé a mirar y a mirar, y hallé todo un mundo de radios antiguas. Participé en una subasta por una radio y la gané yo con 55 pesos, en el año 2006”.
Daniel recuerda que la industria nacional demoró un poco en activarse en la fabricación de estos artefactos o, al menos, de sus componentes. “En Argentina nunca hubo mucho ingreso de electrónica. Se hacían cosas acá, pero bajo la licencia de General Electric, RCA Victor o Phillips. Todos trabajaban bajo la licencia de las casas centrales. Por ejemplo, tengo una radio Phillips que fue fabricada acá pero con todos sus componentes holandeses. Después se hicieron fábricas acá y también empezaron a hacerse los componentes en el país”.
Daniel no solo tiene radios antiguas. También colecciona tocadiscos, combinados, vitrolas, equipos de música más modernos, televisores y un enorme muestrario de discos de pasta y de vinilo. Nos mostró todo, evidenciando su fanatismo por los Beatles, Serú Girán o Frank Sinatra.
“Tengo, principalmente, radios, algunos tocadiscos, porque fueron parte de la juventud de aquellos años, y también tengo una vitrola, que es de lo más antiguo que tengo”. Y, pese a las décadas que han pasado, el coleccionista se ha encargado de mantener con vida y en funcionamiento todo lo que guarda. “La gran mayoría funcionan. Aunque tengo un lote de 15 radios rotas que compré muy baratas, pero las tengo guardadas para cuando me retire y tenga más tiempo de arreglarlas”.
Daniel encendió y puso en funcionamiento casi todas las radios de su colección. Explicaba el mecanismo de cada una de ellas y despertó el asombro de los presentes al mostrar un tocadiscos portátil. Finalmente, de toda la colección, nos mostró la más antigua: “Es una radio de 1930. Pero también tengo dos radios de 1931”. Ambos artefactos funcionaban a la perfección.
Así nos despedimos de Di Giuseppe, recordando a Los Locos de la Azotea y admitiendo que muchas personas le dicen que abra un museo. Pero no. Lo de él es para gusto personal. Si bien no tiene problemas en mostrar su colección, prefiere no pasar al otro lado e instalarse como museo. Con compartir el fanatismo por las radios con quienes lo visiten, le alcanza.
Fecha de Publicación: 30/07/2020
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