En tiempos difíciles, la solidaridad y la empatía son las mejores virtudes que pueden florecer. Un ejemplo de estos valores se vio reflejado hace poco en la provincia de Salta, cuando un joven no vidente, a quién le robaron su instrumento de trabajo, fue sorprendido con un cálido gesto del pueblo salteño.
Se llama Juan Carlos Ovejero y tiene 24 años de edad. Toca el acordeón para ganarse la vida todos los días en la peatonal de aquella provincia. Un día, por infortunio, un grupo de delincuentes le sustrajo su herramienta de trabajo despojándolo del único ingreso con el que cuenta. Todo ocurrió muy rápido mientras esperaba en la parada de colectivo y notó que había dejado su alcancía y decidió ir a buscarla. A su regreso, y casi sin percibirlo, un delincuente que se trasladaba en un vehículo le arrebató el acordeón sin que pudiera hacer nada y luego se dio a la fuga.
De inmediato el joven fue asistido por testigos y vecinos que presenciaron el penoso robo y trataron de consolarlo. “No tienen sentimientos, no se merecen ser llamadas personas”, expresó el hombre desconsolado. El hecho no pasó desapercibido y, en cuestión de minutos, se organizó una movida en las redes sociales para contar lo que había padecido Juan Carlos y hacer un llamado a la solidaridad. También se pidió a los internautas que estén atentos a la venta del instrumento por distintas plataformas, el modo más común como suelen operar los delincuentes.
“Esta persona, como tantas otras, recurre al arte como sustento de vida y sin su instrumento no puede generar ningún tipo de ingreso, por eso les pido que, si saben algo, lo ven ofrecido en alguna página, etc., se comuniquen por mensaje”, expresaba el posteo de una de las personas que presenció el hecho.
La publicación llegó hasta Matías Maiztegui, un fotoperiodista que conocía a Juan Carlos por haberlo retratado en varias ocasiones. Decidió ponerse al hombro la tarea de revertir la situación y encontrar el acordeón. Buscó en sus archivos imágenes del instrumento y comenzó a viralizarlas. Maiztegui tenía la clara intención de evitar que los delincuentes lo revendan, ya que se trata de un instrumento muy costoso cuyo valor oscila entre los 80 mil y 120 mil pesos.
Mientras tanto, la necesidad hizo que Juan Carlos regresara a la peatonal, pero esta vez con una guitarra entre sus manos. En la calle, como siempre cantando para juntar algunas monedas.
Se hizo la magia
Muchas personas que conocían la realidad de Juan Carlos se enteraron del robo de su instrumento y decidieron comenzar a donar algo de dinero. Así se empezó a generar un fondo que terminó de completar un empresario junto a dos diputados. El dinero estaba listo y Juan Carlos podría tener de nuevo un acordeón. Los funcionarios públicos que llevaron adelante la colaboración fueron Nacho Jarsun y Omar Exeni, en tanto que el misterioso hombre de negocios decidió mantener su identidad en secreto.
Así comenzaron a buscar a Juan Carlos para darle la sorpresa. Fue en la Asociación de Ciegos Adultos “Habib Yazlle” donde lo encontraron y pudieron darle la feliz noticia. La emoción del joven artista fue inmensa, poco preguntó y se dedicó más a tocar, besar y abrazar aquel instrumento, no lo podía creer. Hombre de pocas palabras, decidió expresar su agradecimiento con una canción con la que deleitó a todos los presentes.
La historia es una bella enseñanza no solo de la tenacidad de Juan Carlos, quién nunca dejó de trabajar y buscó nuevos modos de poder generar su música, también la de vecinos, funcionarios, toda una comunidad que se unió para devolverle a un artista su más preciado tesoro.
Argentina, nacida en La Plata y criada en Jujuy. Licenciada en Comunicación Social y especialista en Comunicación Digital de la Universidad Nacional de La Plata. Los últimos años me dediqué a la redacción para medios de alcance nacional, enfocado en noticias locales.