Ceferino Arregui es oriundo de la ciudad de Neuquén. Allí es conocido por ser el arquero del Club Atlético Independiente. Tiene 26 años y, a causa de la pandemia, se quedó sin trabajo en el fútbol regional. Está en pareja con Rocío hace varios años y son padres de dos niñas. Al pararse la actividad deportiva, se vio obligado a buscar otras opciones para cubrir los gastos familiares. Así es que pasó de futbolista a carnicero por un tiempo, aunque a ambas actividades les tiene un cariño especial.
Una pasión heredada
Según recuerda Ceferino, su pasión es heredada. Fue su abuelo Nicolás quien lo marcó durante su infancia. ¡Se conviritó en una especie de ídolo para el pequeño! Y es que él también era arquero y fue una especie de espejo para Arregui.
Así fue que, en sus inicios, el abuelo se convirtió en el principal motivador. Ceferino se acuerda de las charlas, de la confianza que le transmitía y de esas palabras de aliento en la que le manifestaba que tenía mucho futuro en el deporte. La distancia entre nieto y abuelo hacía que no siempre su ídolo pudiera acompañarlo en todos los partidos. Sin embargo, estaba atento durante la previa y también al finalizar cada partido. Sus llamadas por teléfono para saber del nieto eran constantes.
Así nació esta pasión heredada, que lo llevó por una gran carrera en su posición de arquero, en clubes muy importantes.
Del deporte al comercio
Como es sabido, la pandemia trajo consecuencias en todas las actividades de nuestras vidas, y Ceferino no fue ajeno a ello. Suspendida la actividad deportiva y los torneos en agenda, tuvo que buscarle la vuelta para sobrevivir.
Por ello, el neuquino decidió hablar con su padre (quien tiene un mercadito) y le propuso abrir una carnicería con su hermano. Comenzaron así el negocio familiar y pasó de futbolista a carnicero en solo semanas. Hoy el neuquino ayuda a cortar la carne, brinda atención al público y se encarga de la caja. Los clientes están conformes con su trabajo y lo felicitan todo el tiempo por su gran ejemplo de superación.
El jugador no pierde la esperanza de que pronto termine la pandemia y se habiliten las actividades en la cancha. Sin embargo, es consciente de que ya no será lo mismo. Según sus palabras “el invierno llegará fuerte, y quizás lo mejor sea esperar la llegada de la primavera”. Dice que extraña todo lo relacionado con el fútbol, los compañeros, el vestuario y sobre todo las mateadas. Con sus manos, salvó a su equipo en muchas ocasiones en importantes torneos federales. Además, fue el héroe del último campeonato de Neuquén realizado en diciembre del año pasado.
Lo importante es ser el mejor en lo que hagas
Sus manos pasaron de atrapar pelotas a usar la cuchilla a diario para realizar los mejores cortes. ¡La crisis no le dejó otra opción! En esta situación, para él lo fundamental era poder
solventar la economía familiar. La situación se le había complicado mucho como a todos, y tenía deudas por pagar. Por eso ¡no lo pensó ni dos veces! Como dicen, colgó los botines por un tiempo para salir adelante en plena pandemia.
Y la exigencia de la cancha la llevó también al comercio. Dicen que este héroe del deporte está cada día más exigente con su trabajo como carnicero. Para él, la calidad, la dedicación y el compromiso son los pilares más importantes. Por ello, cuando llegue el momento de volver a su arco, este neuquino le seguirá poniendo las ganas que siempre lo han caracterizado.
Madrynense y argentina. Lic. en RRPP (UP), especializada en Comunicación e Identidad Corporativa (UNIR) y docente universitaria. Apasionada por la comunicación en todas sus expresiones, porque como dice Paul Watzlawick “Todo Comunica”… las palabras, las reacciones y nuestro cuerpo. Mi desafío profesional es cuidar de “ese todo”, aportando mis conocimientos y gestionando las herramientas necesarias para que las comunicaciones fluyan como las olas del mar.