¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónToda ciudad tiene sus personajes icónicos, personas que le dan color, frescura, gracia. Ushuaia, la ciudad más austral del mundo, cuenta con un morador remarcablemente peculiar: el señor Moriaki. Es el único nacido en Japón del lugar, un hombre de aventuras. Llegó a Ushuaia hace más de 40 años, luego de un viaje en moto -la misma durante todo el trayecto, una Honda- por todo el continente americano. Comenzó su viaje junto a un amigo en 1966. Recorrió todo su país natal. Al año siguiente, pasó a California, Estados Unidos. Estuvo todo 1967 viajando alrededor por la costa oeste del país, hasta que decidió cambiar su rumbo al sur del continente. “Bajamos en moto por la costa del Pacífico, pensando que nuestro objetivo último era Brasil. Fuimos por Panamá, Colombia, Perú, Chile, donde me quedé ocho meses, pero de alguna manera terminé en Ushuaia”, contó al diario La Plata Hochi, revista de la colectividad japonesa en Argentina.
Cuando le preguntan por qué Brasil, explica: “Yo estudiaba en la escuela sobre Brasil, en un club de imin (inmigración). Nuestro maestro siempre nos decía que nacer y morir en el mismo sitio era algo pobre, había que conocer el mundo. Pero, antes de eso, primero había que conocer Japón. Si no conocíamos Japón, no podíamos salir del país. Necesitábamos algo para transmitir. En el 66 recorrimos de punta a punta Japón, conocimos todo. En el 67 recorrimos la costa oeste Estados Unidos y durante el 68 y 69 completamos América latina. No quería venir directamente, quería conocer a fondo, aprender, necesitaba saber toda clase de cosas".
Lo más llamativo no es que no se haya quedado en Brasil su objetivo inicial, sino el porqué de Ushuaia. “Para mi fue el destino. Dios creó el Universo, para lo bueno y lo malo hay una causa, cada cosa tiene su motivo. Algún motivo habré tenido, a veces la gente no sabe y duda de por qué está acá o por qué está allá. Cuando salí de Japón, mi destino era Brasil, pero nunca pisé Brasil, me vine a Ushuaia. La vida es construir, mirar para adelante”, cuenta.
Al parecer, el señor Moriaki no solo se acostumbró a la aventura y vivir en la incertidumbre, sino también a morar en lugares particulares. Es natural de Okinawa, una isla japonesa formada por un accidente volcánico, es decir, está compuesta mayormente de piedra ígnea. Se encuentra en el mar de China, país al que perteneció largo tiempo, y no en el mar de Japón. Fue gobernada por los Estados Unidos inclusive hasta exactamente veinte años después del Tratado de San Francisco, firmado en 1952, que terminaba con la ocupación estadounidense del país nipón tras la Segunda Guerra Mundial. Así lo relata el señor Moriaki: “En aquel momento, Okinawa estaba gobernada por norteamericanos. Nuestra educación era japonesa, pero nuestra realidad era el dólar. Por eso, con un compañero viajamos por todo Japón en motos Honda. Todavía hoy tengo una Honda. En ese momento íbamos a universidades y partidos políticos hablando de la realidad de Okinawa, analizando lo positivo y negativo de la guerra, buscando comunicar para mejorar las cosas. Japón había querido expandirse por toda Asia, nosotros queríamos entender por qué estaban los norteamericanos, comprender los pactos, entender, sobre todo entender”.
Por su lado, Ushuaia también posee numerosas particularidades, además del famoso título de “ciudad más austral del mundo”. Cuenta apenas con unos 25 kilómetros de largo por 4 de ancho. La bordea un cordón montañoso y una bahía provista de un mar helado: las aguas provenientes del canal Beagle, donde se comunican el Pacífico y Atlántico. A mil kilómetros de la Antártida, la ciudad carece de la típica plaza principal al estilo español, que reúne gobernación, ayuntamiento e iglesia en un mismo paisaje, como el resto de la Argentina. Tampoco tiene terminal de ómnibus, porque la única forma aconsejable de llegar desde el continente es por avión. Por eso, sumado a su clima hostil, se dice que “en Ushuaia viven los que realmente aman la Patagonia”.
Nunca volvió a Japón. Dice que extrañar es natural, no siente nostalgia del pasado, “sí para recordarlo un rato, pero no para perder el tiempo”. “Yo tengo muchas cosas por hacer, quiero conocer la Antártida, quiero conocer el carnaval de Río: yo estoy en lo que me queda por hacer, no en el pasado”, cuenta, señalando el globo terráqueo que tiene en su pequeña despensa de la ciudad más austral del mundo.
Fecha de Publicación: 10/12/2020
Te sugerimos continuar leyendo las siguientes notas:
¿Cómo llegó el tango a Japón?
A Japón, de la mano del Cosplay
Las comparsas de esquila, una disciplina centenaria
La solidaridad de todo un pueblo para el hospital
¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónNo hay comentarios
Comentarios
Ídolos y colegas en el mundo de la actuación, los primeros actores argentinos asomarán con sus voces...
El icónico género musical que nos acompaña hace años y nos representa a todos los argentinos a nivel...
Protagoniza en los últimos meses la comedia “Me gusta - Todo por un like” junto a Paola Krum y Lucia...
El pasado sábado 18 de noviembre se desarrolló la segunda fecha del Circuito NOA de Aguas Abiertas e...
Suscribite a nuestro newsletter y recibí las últimas novedades