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Casi tres mil autitos integran una colección única en la comarca Viedma-Patagones

Raúl Alvarez dedicó una gran parte de su vida a constituir una colección de casi tres mil autitos.

Raúl Alvarez dedicó una gran parte de su vida a constituir una colección de casi tres mil autitos entre los que se destacan los de fórmula uno, rally, taxis, máquinas viales, tractores, camionetas, camiones, modelos viejos, nuevos, antiguos modernos y hasta los artesanales, que ocupan lo más alto de una colmada estantería. “Son miles de anécdotas”, dijo a Télam frente a la colección que genera un impacto visual de asombro y encanto, en lo que resulta una especie de museo automovilístico en miniatura. Sobre las estanterías colocadas en todas las paredes de la habitación, marcan una fuerte impronta el Falcon Futura y la Cupe Chevy, “réplicas a escala 18 en 1” explicó Alvarez, creador del programa “Versión Original” que se emite todas las mañanas por LU 15 Radio Viedma.

Los viejos Durabit, relucen impecables junto a los de fabricación industrial, los artesanales de chapa o de madera. Entre los de competición se destacan los de Turismo Carretera como “el Chevrolet 7 de Oro de Roberto Moura que fue moldeado a mano, en aluminio, y pincelado por una persona de Los Toldos en Carlos Casares”, aclaró.

Un elemento emblemático e infaltable es el casco de Airton Senna, que resurge con su talento indiscutido con la réplica certificada número 87, de las mil reproducciones amarillas fabricadas especialmente por la Fundación Senna, en un homenaje por su natalicio. “Yo aprendí a leer con la revista Corsa” explicó Alvarez, “mi pasión por los autos nació en aquella época. Mi vieja me contó que desde los 5 (años) me mandaba a hacer mandados y yo iba con la tapa de una hoya, jugando a que manejaba”. “Muchísimos de estos autos me los regalan los oyentes, algunos también vienen a ver mi colección. No la tengo abierta a todo público pero es mi hobby, nunca le di la importancia que le dan acá, hasta en términos económicos”, agregó. Para él, cada autito es una pieza invaluable por su significado y porque representan múltiples anécdotas: “Este me lo regaló el Negro Omar Linares”, dijo al tomar uno de particular belleza.

Linares es un destacado y reconocido palista de la región que aún deja su marca en competencias deportivas internacionales de remo. En la colección, también están los autitos provenientes de distintas partes del mundo como Italia y Japón. A Raúl Álvarez no le faltó entusiasmo para construir con latas de gaseosas, cerveza o energizantes su propio vehículo: “Todo el mundo se quedó asombrado por la paciencia que tomé para lograrlo, me conseguí el plano de un camión y lo construí, luego pensé un diseño particular y logré el segundo”. “Pero mi gran orgullo es este Fórmula 1”, dijo ante uno fabricado por sus propias manos. La colección involucra máquinas viales y tractores John Deer, que “te los regalaban junto al tractor que se compraba para laburar”. También están “los taxis del mundo y los autos de rally del mundo”, los clásicos americanos y los alemanes.

El que sigue buscando y no puede conseguir es la reproducción del Ford Mondeo, afirmó aún esperanzado en poder integrarlo a su colección fierrera.

Fuente: Telam

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