¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónLa historia del cannabis como planta de usos medicinales se remonta a siglos atrás. Hace aproximadamente unos cien años, esta milenaria planta entró en un paradigma prohibicionista. Las discusiones parlamentarias, la irrupción del tema en la agenda mediática y las demandas de la sociedad civil dan cuenta de que el fin de esa era está cerca. El uso del cannabis medicinal puede mejorar la calidad de vida y mermar el dolor de muchas enfermedades y patologías, tanto humanas como animales. Sí, leíste bien: el aceite de cannabis puede ser implementado en el reino animal.
Entrevistamos a Santiago Gómez Ciavolella, veterinario y miembro de CANNVET Argentina. “El trabajo primordial, es luchar contra el prohibicionismo y promover democráticamente el uso responsable del aceite de cannabis”, señala. La ONG nació en Neuquén y está a punto de escalar a nivel continental. En cuanto al surgimiento, Santiago explica que “se hizo un camino a contracorriente; el uso viene desde una demanda social, del ciudadano de a pie, de los pacientes hacia la medicina tradicional. Esta tiene que responder generando información desde los médicos clínicos y veterinarios”.
La principal es cultural. Hay gente presa por usar un aceite natural que no tiene efectos secundarios ni genera toxicidad y mucho menos letalidad. Al contrario, su uso alivia síntomas de enfermedades. En las consultas se explican estos peligros, para lograr deconstruirlos. Existen medios de comunicación, como la revista THC, que nos dan una gran mano, pero por lo general las grandes cadenas estigmatizan. La marihuana es una planta como cualquier otra, ni mala ni buena.
Por otro lado, la ilegalidad hace que no se pueda investigar desde la clínica. Se tiene que probar y testear para luego especificar, tal tipo de aceite para tal enfermedad. Hoy conocemos solo un 1% de los usos medicinales de la planta. Como pioneros en el tema, nos avocamos a advertir a la gente sobre las posibles estafas; ya que hay gente que se aprovecha y hace cosas poco sanas, aceite con morfina y analgésicos, por ejemplo. Nuestro rol como veterinarios cannabicultores hoy pasa por la divulgación.
Las mismas que en las personas. Los componentes del cannabis llamados THC y CBD atacan síntomas claros como el dolor. La epilepsia refractaria es la enfermedad que más se relaciona con el tratamiento, porque la ley argentina 27.350 se especifica en ella. Sin embargo, los campos científicos de la oncología, la psicomotricidad y la inmunología son aún más profundos y fértiles para tratar con cannabis.
En los animales es lo mismo, la salud animal y la veterinaria están unidas: la mayor parte de las enfermedades son transversales a las especies y el humano es un mamífero dentro del reino animal. El equilibrio entre plantas, hongos, insectos y animales es muy fino. Nuestra especie intercede en ese equilibrio y eso tiene sus consecuencias, como la actual pandemia.
Todos los fármacos que compramos en las farmacias han sido probados en animales. Dentro de la veterinaria, ya tenemos especialidades como dermatología y oftalmología.
Es difícil adivinar, pero si se legaliza el cannabis hay que estar atentos al cómo. Está el caso paradigmático de Jujuy, donde se legalizó para que una sola empresa invierta dinero y haga su negocio, pero para el resto sigue siendo ilegal. La industrialización hará que haya aceite por todos lados. Igualmente, la industria farmacéutica también es un costado al que desde las ONG tenemos que estar atentos. Esta genera tecnología y medicamentos de manera sesgada, atendiendo solo las enfermedades que se vuelven redituables. Al contrario, el enfoque clínico y veterinario es el que tiene que proliferar: partiendo desde acá, se investigaría a diario y en condiciones menos conflictuadas por intereses económicos.
Por otro lado, el panorama ideal sería dándole lugar de participación a las universidades y a la sociedad civil. Esto lograría democratizar el conocimiento. Hoy en día, hay empresas y organizaciones que buscan encarcelarlo. Es decir, se apropian de la información y lucran a través de cursos y capacitaciones muy costosas.
A las personas que están interesadas en meterse en el tema, les pedimos por favor que no se largue a hacerlo solo. El animal es particularmente sensible al cannabis, por lo que el acompañamiento del veterinario es fundamental. Además, recomendamos que, antes de comprar cualquier aceite, se haga una investigación previa de su procedencias. Desde CANNVET tenemos información y estamos dispuestos a ayudar a quien lo necesite.
Fecha de Publicación: 17/12/2020
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