Pablo Metrebian es uno de los propietarios del hotel Mónaco, en Villa Carlos Paz (Córdoba). Desde 1970, cuando su familia era la dueña de la parrilla La Rueda, comenzó a “echarle el ojo” a las botellas. “Eran un universo multicolor”, dice. “El disparador fue a los 8 años, con la Mirinda Uva. Era una botellita con líquido morado, que no volvió a salir. Yo guardé un tiempo la botella, y hoy es imposible conseguirla”, cuenta.
Cuando se construía el shopping Patio Olmos, en Córdoba, pidió permiso y sacó botellas que tiraban a la basura. Pablo precisa que pidió ayuda en Patrimonio Cultural para ordenar y catalogar su colección. Tiene botellas de hasta 1853. Entre sus preferidas están las de antiguas gaseosas cordobesas: cuenta con más de 70 anteriores a 1940. “Hoy tengo unas mil botellas. La colección se fue achicando cuando seleccioné las mejores”, apunta.
Fuente: La Voz
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