La pandemia se interpuso en los planes de mucha gente. Distintos proyectos y viajes programados quedaron para más adelante. Esta es la historia de una familia a la que la pandemia les impidió conocer a su hijo recién nacido. Pero, después de presentar un recurso de amparo, pudieron viajar a Ucrania para conocer a Manu.
Flavia y José tenían un gran sueño desde hacía muchos años. 10 años, para ser más exactos. Soñaban con ser padres, algo que para algunos es muy simple y a otros les cuesta mucho. Primero intentaron de manera natural y después vinieron un sinfín de tratamientos: ninguno funcionó. Lo que nunca pensaron es que el lugar donde finalmente podrían concretar ese deseo tan profundo quedaría tan lejos de casa: en Kiev, Ucrania.
A través de un amigo, se enteraron de que allí se podía hacer una subrogación de vientre. No hubo mucho que pensar: tenían que intentarlo. En diciembre de 2018, empezaron con los trámites para contratar los servicios de la Clínica Biotexcom, especializada en maternidad y tratamientos de fertilidad. El proceso de gestación se realizaría por sustitución, lo que también es denominado “vientre solidario”. Un embrión con el material genético de la pareja fue implantado a una mujer que llevaría adelante el embarazo y daría a luz al bebé. Viajaron a Ucrania en abril del año pasado y el 19 de julio se realizó la transferencia embrionaria a la gestante.
Un obstáculo inesperado
El embarazo se desarrolló con total normalidad. Cada mes que pasaba estaban más cerca de conocer a su hijo. La fecha programada para el parto era el 10 de abril, pero Manu se adelantó: llegó al mundo el 30 de marzo. Sí, cuando la cuarentena ya estaba decretada y las fronteras cerradas. Luego de todas las dificultades que Flavia y José habían tenido para concebir a su hijo, se sumaba una nueva, una absolutamente impredecible: la pandemia.
El viaje que ya estaba organizado para ir a buscar a su hijo quedó suspendido. La angustia y la impotencia se apoderaron de ellos. La espera se hacía eterna. Su abogado presentó un recurso de amparo ante el Juzgado de Primera Instancia de Familia número 4 de Morón, que hizo lugar a los pedidos de la pareja. La odisea llegaba a su fin.
El momento más esperado
El 28 de mayo partieron a Ucrania y dos días después llegaron a un departamento en Kiev, donde debieron cumplir una semana de aislamiento preventivo. Finalmente, luego de 70 días, el momento llegó: pudieron conocer a Manu y tenerlo en sus brazos por primera vez.
Ahora, solo resta que la familia vuelva a casa, una vez que la partida de nacimiento y el pasaporte estén listos. En Ucrania, la carga genética y la voluntad parental determinan la nacionalidad. Por eso, Manu será un argentino más. Un argentino que llegó al mundo en un momento muy especial, pero cuya existencia alumbrará las vidas de sus padres para siempre.
Te sugerimos continuar leyendo las siguientes notas:
El sueño de un abuelo
Un bebé en cuarentena
Licenciada en Comunicación Social y correctora. Nacida y criada en el oeste del conurbano bonaerense. Sagitariana, vegetariana, crossfitera y viajera. Estoy convencida de que, con las palabras, podemos hacer magia. Pasen y lean.