¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Miércoles 29 De Marzo
“Vale diez palos verdes, se llama Maradona” cantaba la hinchada de Boca en los ochenta, en el pico futbolístico del mejor jugador del fútbol argentino de todas las épocas, por rendimiento y resultados. En aquellos años valía mucho más para Marcelo Chiarello que lo había visto en los entretiempos de Argentinos Juniors, en la etapa de los Cebollitas, y que supo que Pelusa sería algo importante en su vida. Y en la de millones. Las vueltas de la vida, o las gambetas desparramando los rivales que enfrentamos a diario, a la manera de los ingleses del 86 que se tiran piratas para derribarnos, transformaron a Marcelo a uno de los principales coleccionistas mundiales de objetos de Maradona, aunando la pasión por las figuritas futboleras y su arte mosaiquista. Con mosaicos de Maradona y Lionel Messi en el predio de la AFA en Ezeiza, del Barrilete Cósmico en La Paternal, o en manos famosas, con las del mismo Diego Junior, el artista Chiarello decidió abrir en el barrio porteño de Mataderos Bendito 10. Original santuario maradoniano porque suma objetos de alta carga emocional con arte, “Vamos que están los duendes/dispuestos para jugar/ antes que cante el gallo/partiendo la oscuridad”, canta Peteco Carabajal, pista ideal para una visita con la blanquiceleste inflada por las alas de D10s.
Empezó Chiarello a estudiar artes en la Universidad de La Matanza, hace unos cinco años, y tenía un modelo claro para sus primeras obras. El Diego. Así que se acercó a un taller de mosaiquismo, la técnica milenaria que consiste en el corte, pegado y ensamblado de piezas pequeñas, generalmente de vidrio, venecitas o cerámica, y planteó a la docente el primer proyecto. “Me miraron raro y ahora la misma docente está haciendo murales de Maradona, je”, recuerda Marcelo que trabajó tímidamente los primeros. Y que en 2020 armó una serie de mosaicos “10 del 10”, un repaso calidoscópico de la carrera del genio del balompié con sus camisetas y peinados icónicos; que oficialmente inauguró el museo del primer mosaiquista maradoniano.
“Depende mucho de tamaño y la cantidad de horas por día que dedique. En las más chicas puedo llegar a tardar entre una o dos semanas, mientras que las más grandes pueden llevar un mes”, acota el artista que vive en Tapiales, provincia de Buenos Aires, y trabaja de empleado municipal. Y que para este santuario-museo reacondicionó dos habitaciones de la casa familiar en el Pasaje Erasmo, a metros de la avenida General Paz.
La otra jugada, la ligada a una increíble colección que exhibe el protector de micrófono de la última nota televisiva de Maradona, también tiene su historia. Chiarello, en su amor al astro, fue uno de los fundadores de la vivienda-museo-santuario de Maradona, “La Casa de D10s” de la calle Lascano. Allí se pueden apreciar varias piezas, entre las dos mil, que Marcelo fue seleccionando para uno de los puntos más visitados de Buenos Aires. Varias figuritas que eran parte de su enorme colección de cromos y sobres de todos los países; una verdadera rareza rescatar los sobrecitos fugaces entre los apasionados de los adorados papelitos de la infancia. Y fue entonces que La Mano de Dios terminó de abrir la cancha. O la falta en un brasileño.
“Hice un trueque con un contacto de Brasil, me manda un sobre del Mundial 90, impreso en Grecia, y qué, andá saber cómo, llegó a Latinoamérica ¡Mirá las vueltas que dió! Cuando lo recibo, abro con mucho cuidado, porque lo que me interesa es conservar el sobre, y me encuentro con una figurita del Diego. Esa fue la mano de Diego, ¡de Dios!. Eso hizo que empezara a direccionar el coleccionismo a Maradona, no solamente de figuritas”, recuerda Chiarello, que de a poco soñó un proyecto distinto al de La Paternal con la suerte del Campeón. Hoy el sitio con sus obras en mosaico, otros trabajos de artistas y piezas únicas, recibe a los hinchas y a los ilustres, en una visita comentada por el propio Marcelo plagada de anécdotas de amor y devoción. Entre tanto que hace piantar el lagrimón del futbolero y no, se encuentra la exclusiva colección Chiarello de figuritas de Maradona de todas las procedencias, el muñeco que se vendía en la puerta de la Bombonera el día del debut en Boca de 1981, una serie de monedas conmemorativas doradas impresas en China en los dos mil, o la cartuchera hoy inhallable de Diego Producciones. Hace unos días el Tigre Ricardo Gareca conmovido pasó a estampar la firma en una de las figuras en la pared de Bendito 10.
Marcelo Chiarello: Sin dudas, la trama vincular que uno arma con el Diego. Estaba en la casa de Lascano un día y aparece, sin aviso, el embajador de Kuwait. Justo estaba en visita con -el humorista- Rudy Chernicoff. Y pude vender algunas piezas al diplomático pero quedamos en un vínculo que jamás hubiese pasado sin Maradona. Y así obtuve un libro en árabe de Maradona que realmente es único en el país y que comparto en Bendito 10. No tengo ningún interés de lucrar, ni vendo humo diciendo que tal cosa fue del Diego, yo abrí el santuario por amor a Maradona. Fijate que acá no vas a encontrar nada del fallecimiento. Acá sigue vivo.
MC: ¡Cómo el Diego! Esto se construye desde la locura total al Diego, con los donaciones y regalos de otros maradonianos. Y a lo que se me ocurrió, sumar mi arte y el de los demás. Me gustaría que más adelante tuviese un lugar más grande, quizá asociándome con otros coleccionistas o un sponsor; o ir por el lado de los NFTs, porque hay material único. Tengo un montón de artistas capos que donarán sus obras, como uno que tiene un solo brazo, artista callejero, e hizo unos dibujos tremendos. Bendito 10 es un espacio para el recuerdo, el homenaje y el arte maradoniano.
MC: Él no tenía referencias mías, a menos que sepa, y justo fallece con el espacio a punto de abrir al público. Sin embargo un conocido le llevó unas figuritas mías a firmar al predio de la AFA, cuando entrenaba con Gimnasia y Esgrima de La Plata prepandemia, y ahí tenés la foto y su firma original. Quizá algo le contó de mi idea, o las hermanas, de las cuales me hice muy amigo. Pero él está acá, conmigo, con nosotros.
MC: La pelota que aparece en el mosaico de su paso por Argentinos. Ya quería poner la Pintier con mármol para trofeo. Voy a la casa de un amigo que hace mesadas y pido un corte en forma de pelota. Paró la máquina, por el Diego lo que sea, dijo, e hizo dos por las dudas. Este muchacho me aclara que es muy difícil hacer formas tan detalladas como los gajos, más para un tipo como yo que jamás había trabajado ese mineral. Llego a casa, apurado porque venía mi mujer (risas), el perro se movía de un lado a otro, y hago el primer golpe. Seco. El primer bloque, sin ensayos, para darle forma de gajos ¡Y quedó la pelota en diseño parecidísima a la que usaba! ¡Fue La Mano de Dios!
Fecha de Publicación: 21/07/2022
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