Hace unos días, entrando al cine vi los afiches de Coco, film que daban en otra de las salas del complejo. Le comenté a María, mi mujer, que a pesar de todo lo que había disfrutado de las películas de Pixar, hoy ya no me motivaban. Gracias a mis hijos, porque era a ellos a quienes llevaba a verlas, me hice fan de las Toy Story (a mi gusto, de las mejores trilogías de la historia del cine), Monster Inc. y Buscando a Nemo, entre otras maravillas. Pero, ya no me sentía atraído por los títulos del gigante de animación.
Un par de días después de este desencanto, vi un posteo de Rodrigo, un amigo conocedor del buen cine, hablando de cómo Pixar se había superado con Coco. Para rematar, en la misma semana leí una nota de Marcelo Stiletano en el diario La Nación, en donde hablaba maravillas de la peli, inclusive (haciendo una excepción) recomendaba verla en castellano. Marcelo, como hombre respetuoso del cine como expresión artística y de los filmes tal como fueron concebidos, está en contra de ver el cine “doblado” (máxima a la que adhiero). Pero en este caso sugería todo lo contrario. No necesitaba más excusas, era cosa de hacerme un rato e ir a verla, lo bien que hice.
La película entretiene, atrapa y emociona, con un guión de esos que crees que descubriste todo y da una vuelta más para sorprenderte. Desde lo visual es sorprendente, aun cuando Pixar nunca nos defraudó con la animación de sus films, en este logra que la expresión de los personajes y los coloridos escenarios y situaciones se perciban al detalle. El espectador se ve sumergido en la atmósfera de la historia gracias al excelente trabajo del equipo técnico.
Son centrales el amor por la música, la familia, los sueños y ese rito tan atractivo de la cultura mexicana: El día de los muertos. Su director dijo en las giras promocionales que la música está en el ADN de Coco. Da forma a la película donde algunos personajes son músicos y otros no quieren saber nada con eso. El personaje principal (Miguel) es un niño muy talentoso con la guitarra en una familia donde está prohibido cantar o tocar un instrumento. La historia de cómo persigue su sueño, y vive aventuras sobrenaturales en el camino, está llena de melodías. El plus que nos deja es el homenaje que hace a la cultura mexicana y el trato de un tema tan delicado como la muerte. Gracias a esta cinta aprendí mucho sobre “El Día de los Muertos”, donde conmemoran a sus difuntos y les rinden tributo para que no sean olvidados.
El doblaje y el idioma en el decidan verla cobra gran importancia ya que todo en la peli, muy especialmente la banda sonora es bien chaparrita, suficientes motivos para que las voces sean del país que marca la cultura de la historia. En la versión en castellano se mantuvieron muy pocos de los artistas que habían puesto sus voces en inglés. Si bien el reparto original contaba con un gran porcentaje de actores latino, el actor que destaca en ambas versiones es Gael Garcia Bernal. Quien grabó sus parlamentos en los dos idiomas. Una perlita de la versión en castellano es la inclusión del recordado Marco Antonio Solís prestando su voz al personaje de Ernesto de la Cruz
Coco, dirigida por Lee Unkrich (que también dirigió Toy Story 3 y co dirigió Monsters Inc, entre otras) es la decimonovena producción de los estudios Pixar.
Como es de esperar ya es un mega éxito de taquilla (no me sorprendería que sea el mayor de 2018), pero en esta nota eso poco importa, lo que importa es que no se la pierdan.
Tengo 54 años y de chico me gustaba ir al cine, después descubrí que mas que ir, lo que me gustaba era el cine en todos sus géneros.
De grande, ademas de verlo lo estudié un poco, lo que fué casi tan divertido como ver una buena película.
Hablar sobre si una peli es buena o no es casi un acto de injusticia, y a veces una falta de respeto al trabajo ajeno. Para mi el cine como consigna básica debe entretener y a partir de alli podemos analizar un poco como se cuenta la historia.
En la foto estoy con José Martinez Suarez, amigo, gran director, maestro de maestros y en la actualidad Presidente del Festival de Mar del Plata.