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Nicolás Stupenengo: “Quiero vencer montañas”

El realizador audiovisual Nicolás Stupenengo, el único director argentino en sillas de ruedas, desafía los límites y promueve una sociedad integrada a los deseos de todos.

Espectáculos
Nicolás Stupenengo

Era un día perfecto el 28 de diciembre de 2006 para Nicolás Stupenengo en Puerto Pirámides. Había terminado pronto una producción, un avezado en el medio audiovisual, y soñaba con el cineasta. Era tiempo de relax con amigos. Y se tiró de cabeza al agua para volver en un avión sanitario con una grave lesión medular. No solamente cambió el físico de Nicolás en Chubut, sino que emergió un gladiador, que la pelea milímetro a milímetro en una sociedad que le “falta mucho” para cumplir con una real integración de los discapacitados. Convencido que su lucha es por la independencia suya y de las personas en su condición, por vencer las barreras visibles y de las otras, es un ejemplo trabajando en el poder judicial y encarando proyectos que los apasionan en las artes y la comunicación, un soñado primer largo, y la crónica de viajes, que tuvo el apoyo de Presidencia de la Nación hasta diciembre de 2019, “”Vidas reales” era un proyecto televisivo de Presidencia de Nación durante la presidencia Macri, y que contaba experiencias de las personas con discapacidades, y cómo se superaban. Pero la gestión nueva no me dio chances de nada. Me acerqué al secretario de Medios, Francisco Meritello,  pero no tuve ninguna respuesta. Ojalá que tengan ganas de retomar la comunicación de la discapacidad que es tan escasa”, acota el oriundo de Comodoro Rivadavia, que trabajó en Canal 13, y otras importantes productoras como actor y modelo.

 

Periodista: Usted fue noticia a fines de 2019 destacado el primer discapacitado que llega a los 2200 metros de la cumbre cordobesa, el Cerro Champaquí, ¿cómo recuerda este hito?

Nicolás Stupenengo: Surge por casualidad. Pero aclaremos que no fuimos los primeros porque varios años antes se había hecho el ascenso con una camilla totalmente suspendida. Una hazaña increíble sin nuestro vehículo con ruedas BMX. Aquel primer ascenso es admirable, pura fuerza y coraje.

Nicolás Stupenengo

Y para mí fue un giro de 180 grados por muchos aspectos. Siempre en mis sueños rankea primero subir picos nacionales. Hace varios años investigo porque quiero vencer montañas. Trabajando en “Vida Reales” cubro la primera reunión de turismo adaptado. Allí muestran la silla de trekking Champaquí, de la agencia Alto Rumbo, y me invitan a dar una vuelta. Y fue una locura porque la personas que tienen mi discapacidad,  y que están acostumbradas a sillas de rueda,  saben que se necesita un piso plano, y  fuerte, sin relieves. Entonces nosotros salimos poco de lo que es urbanizado,  a lo sumo algún camping muy preparado. No pasas de lo que denota la mano del hombre. Y que de golpe me suban a una silla, y me lleven a un paisaje donde no hay camino, fue el día y la noche. Después de doce años era la primera vez que estaba fuera del urbanizado. No lo olvido jamás.

 

P: ¿Cuáles son las otras montañas a vencer?

NSt: Trabajando con este equipo tan especializado en montañismo adaptado,  la idea es seguir hacia los 3000 o 4000 metros. Queríamos arrancar el año pasado y no pudimos hacer nada por la pandemia. Mi techo es el Nevado Ojos del Salado, unos de los seis miles en Catamarca. Esta provincia tiene varios de esos techos y que están dentro los volcanes más alto del mundo. Es más,  el Nevado Ojos del Salado resulta el volcán más alto del mundo,  y es  argentino. Además tiene un paisaje que me fascina por lo agreste y árido. A los montañistas experimentados le parece más difícil que la Aconcagua porque no tienen logística. No hay ni una bendita sombra, je. Esa cima es todo lo que quiero hacer como deportista de altura.

 

P: Volvamos al día del después de su accidente en la Patagonia, ¿qué fue lo primero que pensó?

NS: Lo primero que se me cruzó por la cabeza  fue preguntarme si lo que me estaba pasando era de verdad. O era un sueño. O un locura que tenía en la cabeza. Hablé franco con el médico que estuvo desde el primer momento para sacarme todas las dudas. Enseguida pregunté cómo estaba de la cabeza. Y me respondió que estaba igual el segundo antes de tirarme de cabeza en Puerto Pirámides. Siguió confirmando que tenía una lesión medular periférica, y que del cuello hacia abajo no podía mover nada. Okey… había que operarme, empezar la rehabilitación, y tratar de recuperar todo lo posible. Allí empezaba otra vida.

 

P: ¿Se caían sus sueños de cineasta?

NS: ¡Para nada! Ya estaba pensando en el día después. Con la cabeza bien sabía que esa quinta vértebra se había roto, afectaba toda la médula, y que me esperaba un largo proceso recuperación. Y arranqué con un proceso que no termina todavía porque tenía muchas cosas proyectadas, hace más de diez años, y que voy a lograr. Uno es el largo que no lo pude acabar aunque pude con un primer documental, con ayuda del INCAA - Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Para mi película había abierto una colecta que fue muy exitosa en 2016, y que tengo bien guardada, porque en el proyecto necesito otra pata de financiación del INCAA. Ahora está congelada la carpeta aunque sigo insistiendo porque habían aprobado “El Paso” en una primera instancia.

 

P: “Quería recuperar mi autonomía, mi independencia, mi soledad” se planteó usted de entrada y lo fue logrando con ayuda de los afectos, de la perra Sofía, pero ¿cómo es el día a día?

NS: Armarse después una lesión medular es un trabajo del minuto a minuto. Lo primero que reconocés es que no vas a caminar nunca más. Eso lo negué hasta casi un año después del accidente,  e incluso en un momento, tuve una leve esperanza. Después te das cuenta que eso no va pasar, y que debes planificar tu vida siendo  usuario de silla de ruedas. Y peocuparte por ganar milímetro a milímetro tu capacidad de moverte. Ahí asumís que son procesos de resiliencia bastante largos.

Además practicás cosas que a veces pueden parecer totalmente innecesarias, y que seguro, agotan la paciencia. Cuesta entender a veces los tiempos de la rehabilitación.  Te ponen en distintas posiciones, una y otra vez, y sentís como si fueras un muñeco de una obra de teatro. Tu vida pasa lenta. Pero esos ensayos son los que van a marcar la vida y valorás lo que fuiste adquiriendo con el tiempo. Yo pude girar en la cama después tres años de practicarlo. Un simple movimiento me llevo más de un año. Y apoyar el pie en el la silla mucho más.

 

P: ¿Cómo no pierde la calma?

NS: Es que lo primero que perdés, ja. Creo que lo que más sirvió fue aceptar que te pones impaciente y recaliente. No pensar,  “no tengo que sacarme”, sino expresarlo, y que no me importa lo que digan. Y si estás deprimido, triste, y el psiquiatra quiere medicarte porque llorás en el pasillo, responder “Y si lloro, ¿qué problema hay? Si lloro es porque necesito aceptar todo lo que está pasando. Y si tengo que putear, puteo” Me acuerdo que hice poner unos parlantes en mi habitación, ponía música al taco, y después salía hecho una seda. Luego rehabilitaba fenómeno. Las emociones no hay que negarla sino aceptarlas. Y si viene la tristeza, viene la tristeza. Aquellos que estudiaron los procesos creativos entendieron que los artistas muchas veces se aburren, o se deprimen, para llegar al fondo y salir adelante ¿Por qué los simples mortales no?

 

P: ¿Estamos preparados socialmente para la integración de nuestros discapacitados?

NS: No (rotundo) Ayer justo estaba intercambiando opiniones con compañeros y me decían que en el Delta no existe la posibilidad del acceso con sillas de ruedas ¡El Delta de Tigre! Uno comentaba que la había pasado bárbaro con la familia pero que no podía hacer nada solo. Un bajón. Nuestra lucha es lograr la independencia,  no más dependencia sujeta  de la buena voluntad de la familia,  o del funcionario de turno. Y sufro bastante con esta realidad. De hecho,  ahora estoy armando un colectivo tipo motorhome con el concepto de que si no existe un entorno vehicular accesible, la voy a hacer por mi cuenta. Yo creo mi mundo, y si no cambia, lo voy a cambiar yo. Este tipo de acciones solitarias como las mías sirven para poner la realidad en la cara de muchos distraídos. Hay gente trabajando en grupos reducidos por mayor integración de los discapacitados mientras el común dominador es de personas que ni saben, o no les interesa, o ni les importa. Creo que la solución para revertir esto será la educación,  y sacarle la ignorancia de los que no saben con respecto a todo lo que podemos hacer.

 

P: Muchas veces la incapacidad es sinónimo de inmovilidad y carga…

NS: Debemos cambiar ese chip. Que los discapacitados somos personas vitales, que tenemos deseos, y hacemos cosas al igual que cualquier otro. Que si yo estoy tirado en una cama, y sólo puedo mover los ojos, no quiere decir que no tenga deseos sexuales, o proyectos o sueños.  Aún falta mucho.

 

P: ¿Qué le diría Nicolás a una persona que empieza una nuevo rumbo tras un accidente?

NS: Que esto que le está ocurriendo no lo padece solamente a él, o ella, sino que le pasa a su persona y al entorno. Que todos deben aceptar lo que pasó. Aceptar que uno no va a tener la vida que tuvo antes. Pero que si va a tener la misma vida desde otro lugar. Que obviamente habrá frustraciones, y dolor, pero que, pese a la discapacidad, una vida con los sueños intactos es algo muy concreto.

 

Fecha de Publicación: 18/03/2021

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