Lo dijo mil veces la indiscutida reina de la televisión. “Por un punto de rating matan a la madre”, tal la demoledora y descarnada expresión de Mirtha Legrand, aludiendo a todos los recursos carentes de ética cuando la pantalla chica busca convocar más audiencia. El film “Network”, película que en Argentina se conoció a fines de los ‘70s bajo el nombre de “Poder que mata”, con las actuaciones de Peter Finch, William Holden y Faye Dunaway, y que al año siguiente ganó 4 premios Oscar, aún es un guión diseñado sin nada de correcciones políticas. Pleno de profecías autocumplidas. “Network”, tras un extenso período de hibernación fílmica, se convirtió en obra de teatro en 2017, y tras los éxitos de Europa y Norteamérica, desembarcó en Argentina con un elenco de intérpretes experimentados, y Juan José Campanella adaptando los textos. Quienes conocen la trayectoria musical del Teatro Coliseo y las grandes figuras que por esa sala transitaron, jamás imaginaron que una producción muy ambiciosa convertiría al escenario y parte de la platea en un moderno estudio de televisión.
La historia de “Network” es simple. Un veterano conductor de noticiero, informado que levantarán su programa por bajo rating, anuncia que se suicidará y en esas horas previas a su determinación, despotrica feroz contra lo que se le cruza en su camino. La conducta que desarrolla en esas jornadas levanta la medición de encendido, desatando un conflicto bajo la gerencia comercial, cuando una directiva aprovecha ese choque para instalar dentro del canal otro perfil televisivo de programas. Las luchas entre funcionarios de la emisora dará pie a una gama de egoísmos personales y profesionales, estos últimos cuando buscando el número del rating salvador todo derive en problemas con el futuro dueño de la emisora.
La estrella electrónica
Howard Beale, sabe que luciendo enajenado en pantalla, sube las mediciones, conducta de tono furiosa que lo lleva a descargar sus dardos contra el enemigo común de la sociedad, logrando un protagonismo que tampoco sabe gobernar a la perfección. Coco Sily, nuestro Beale, quien llegó a esta especial convocatoria con poco rodaje en teatro de texto, no pareció amedrentarse ante el desafío, insuflándole un tono enérgico y carismático al protagónico.
Los roles de Florencia Peña (Diana Christensen), Eduardo Blanco (Max Schumacher), César Bordón (Frank Hackett) y Pablo Rago (Arthur Jensen) acompañaron con rigor en la función de estreno, pero todo hace pensar que esas actuaciones con el paso de las semanas irán formando el semblante definitivo. Es encomiable la dirección de Corina Fiorillo, que logra que la atención no decaiga en medio de la parafernalia tecnológica, multicámaras y multipantallas, nunca vistas en el medio local. Solamente la escena de la separación de uno de los personajes se pierde entre la grandiosidad de la puesta.
Porque sin dudas la gran protagonista del espectáculo es la estructura luminotécnica montada en el escenario y otros vectores, moderna e impactante tecnología que sumerge al espectador en el interior de un estudio televisivo, mientras los empleados del canal van y vienen con esa histeria que uno advierte también en la pantalla chica actual. La espectacular apuesta de presentar un show teatral de estas características, mérito de Ariel Diwan y su socio mexicano Morris Gilbert, justifica durante esas dos horas cada peso o dólar invertido en esa recreación tan lograda.
El medio no es el mensaje
Los tiempos han cambiado y hoy la tv compite con las plataformas, el celular, la PC y otros formatos electrónicos que emergieron adrenalínicos a la conquista del público. Esa postura despabiladora que ejerce “Network” sobre escena desde el primer hasta el último segundo, expone el caos existente a la búsqueda de acaparar audiencia, cueste lo que cueste, a la caza del “me gusta” hoy. Esa mirada crítica ejercida a los medios y sus hacedores, a las grandes firmas actualmente diversificadas en redes, pero también al público que ejerce un consumismo incansable en la canasta en 2022 de los influencer, resulta un postulado que con el paso de las décadas no parece haber envejecido en lo más mínimo, sino todo lo contrario. Hace 40 años, el grupo de rock pesado “Riff” filosofaba en una de sus canciones “La pantalla me lo cuenta con el desayuno, y es que mañana, no quedará ninguno”. Aquella letra no parece haberse oxidado con el paso del tiempo, y el mensaje de “Network”, tampoco.
🤩 Seguimos súper agradecidos por la buena onda que recibimos.
— Network (@network_teatro) July 22, 2022
📺 #NetworkArgentina es un gran desafío para nosotros y cada elogio nos anima a continuar!
🎭 Estamos de Jueves a Domingo en el @teatrocoliseo
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Teatro Coliseo- Marcelo T. de Alvear 1125. CABA
Funciones: jueves y viernes a las 20; sábados a las 20.30; y domingos a las 19.30.
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