¿Qué podemos decir, que no se haya dicho ya, de Mirtha Legrand? Muy poco, pero lo que podemos es afirmar que los santafesinos, aun viviendo en democracia, nos enorgullecemos de tener en estos pagos, una reina. ¿O es que acaso alguien duda de que esta señora es la reina indiscutida de la televisión argentina?
Villa Cañás, una localidad del sur de la bota, la vio nacer el 23 de febrero de 1927, sin imaginar entonces, que Mirtha, o La Chiqui como se la llama cariñosamente, transcurriría 80 años de carrera ininterrumpida, en cine, radio, teatro y televisión.
Siendo hija de padres españoles, ostenta ciudadanía argentina y española. Una hermana gemela y un hermano mayor, completaron la familia. Su nombre real es María Rosa y, ante el apodo de Gordi (luego Goldi) a su gemela, surgió la idea de apodarla Chiquita y así fueron las hermanas conocidas en los círculos cercanos. Cursar sus estudios en Rosario, facilitó el tomar cursos de actuación en el Teatro Municipal, los que comprendían canto, piano, danzas clásicas y españolas y recitado. Era muy común en esos tiempos, que especialmente las niñas recibieran esta formación complementaria a la escolaridad, pero el ser mellizas daba a las hermanas Martínez Suárez (tal es su verdadero apellido) un plus ante los espectadores.
El cambio de ciudad, al fallecer el padre, no interrumpió la formación artística, sino que se intensificó en el aspecto actoral. Desarrollando sus estudios en el Instituto PAADI; La Academia Gaete y el Conservatorio Nacional de Arte Escénico.
Una monarca precoz
Su “reinado” ya comenzaba a los 12 años, cuando fue coronada por el presidente de la Nación Roberto Ortíz, como Reina del Corso de la Avenida de Mayo, evento tan popular como importante, de alcance nacional. Ambas hermanas vestidas de lagarteranas, ganaron la corona, la primera fue Mirtha y al año siguiente Silvia. Esta destacada participación en los corsos, les valió el ofrecimiento, por parte del director Luis César Amadori, para participar como extras en la película “Hay que Educar a Niní”, un filme cómico protagonizado por la recordada Niní Marshal. Al año siguiente participaron en la comedia para jóvenes “Novios para las muchachas”.
El verdadero salto a la fama de Mirtha fue al lograr la participación en “Los martes Orquídeas”, en el importante estudio Lumiton. Era una comedia romántica en la que Juan Carlos Thorry, casi 20 años mayor, era el protagonista que debía besar a la joven estrella, lo que provocó en ella el descubrimiento de, según sus propias palabras, “cómo era eso”. Lo estudios Lumiton le brindaron un contrato por cinco años, plazo en el que varias películas fueron filmadas.
El creciente éxito de su carrera artística provocó la necesidad de contar con un representante, éste fue Ricardo Cerebello y a él se le debe la elección de los seudónimos Mirtha y Silvia Legrand. Además de participar en muchas películas, las hermanas condujeron un programa en Radio Splendid, llamado “El Club de la Amistad”, ganando una nutrida audiencia joven y motivando la creación de un club de seguidores. Las mellizas dejaron de trabajar juntas en el cine, después de filmar la película “Claro de Luna”, de Luis César Amadori, en 1942.
Un currículum destacado
Suman 36 las películas protagonizadas por Mirtha. No faltaron otros ofrecimientos que fueron rechazados, como el protagónico de “El Angel Desnudo”, dando lugar este rechazo al surgimiento de otra gran actriz argentina: Olga Zubarry, quien aceptó reemplazarla y logró con este rol su consagración en la industria cinematográfica. Nombraremos sólo algunos de los títulos: La Vendedora de Fantasía, La de los ojos color del tiempo, En la ardiente oscuridad, Safo, historia de una pasión, La Patota, una filme lleno de realismo avanzado para su tiempo. La película “Con gusto a Rabia” de Fernando Ayala, fue la última que filmó.
Intercaladas con el cine, sus actuaciones en “M ama M”, “Carola y Carolina, las hermanas viceversa”, también fueron exitosas. El teatro no fue ajeno a su labor actoral, actuó en piezas de distinto carácter, siendo su mayor éxito “40 Kilates”. Su retiro de los escenarios se produjo actuando bajo la dirección de su esposo Daniel Tinayre,
Sin lugar a dudas, su programa de T.V. que comenzara en 1970 “Almorzando con Mirtha Legrand”, la llevó al podio de la televisión, sumando 52 años de emisión. Hoy en día, este ciclo despierta constante admiración. Es un clásico difícil de tomar como ejemplo a seguir, sin correr el riesgo de la imitación.
Una vigencia inaudita
Con alguna interrupción ocasionada por censuras políticas e ideológicas, el programa cuenta con un público que es consecuente y ferviente seguidor y donde esta señora de 93 años, hace gala de buenos modales, respeto al entrevistado, un conocimiento profundo de la realidad y de estar perfectamente actualizada e informada de los aconteceres del país y del mundo. A su mesa se han sentado y se sientan, renombradas personalidades del arte, la política y la ciencia, así como ciudadanos comunes que se han destacado por algún evento, desgraciado o afortunado, que los haya puesto ante la opinión pública.
Todo lo que podría contarse de esta mujer que lleva con hidalguía y eficiencia sus 94 años de edad y sus 80 años de carrera, amerita que el país entero la haya consagrado como “La Reina de la Televisión Argentina”
Argentino, nacido en la ciudad de Santa Fe. Licenciado en Comunicación Social, especializado y apasionado por la redacción. Amante de las canciones, los idiomas y la interculturalidad. Me gusta emocionarme con un lindo texto y dejarme sorprender como un niño. Juego a que soy escritor y músico.