Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Les Luthiers. El humor inteligente siempre vigente

Con tres funciones agotadas en el Auditórium de Belgrano, el reconocido conjunto de humor irreverente y lúcido regresó a los shows con un remix de “Viejos hazmerreíres”

El inquebrantable amor por el humor no tiene adversarios capaces de provocar olvido en aquellos que mantienen una fidelidad inclaudicable con sus héroes artísticos. Está claro que aquellas estructuras creativas gestadas por este grupo de artistas permanecen inoxidables con el paso de las décadas. Luego del inevitable parate generado por las limitaciones para concretar shows con asistencia masiva de espectadores, la vuelta de Les Luthiers era en el análisis, uno de los hechos artísticos más esperados por la audiencia los días 13 y 14 de mayo pasado. Regreso que provocó en cuestión de segundos que de las funciones originales en el Auditórium de Belgrano, todas las expectativas crecieran, y los productores agregaran más funciones en junio para cubrir la demanda existente en la misma sala porteña.

Durante los últimos cinco años las drásticas modificaciones que vivenció este prestigioso “conjunto de instrumentos informales”, fueron muchas más que las que sus fanáticos de los comienzos pudiesen esperar. Esa secuencia de partidas o abandonos consensuados dio inicio el 21 de agosto de 2015 con la muerte de Daniel Rabinovich, quien en los últimos años luchó con mucha valentía y entereza con un cáncer cerebral muy dañino. Durante el 2017, después que el grupo argentino recibiese en España la gran distinción “Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades”, el pianista y actor Carlos Nuñez Cortés hizo el anuncio irrevocable de retirarse de la banda, luego de cumplir 50 años de actividad. La última alteración en esta formación, se dio durante el inicio de la pandemia, con el fallecimiento el 22 de abril de 2020 de Marcos Mundstock. Una estructura artística como la del “conjunto de instrumentos informales” que vivenció estos cambios en tan poco tiempo, naturalmente podía haberse sentido muy afectada. Sin embargo, siguiendo el dogma del grupo donde lo esencial es aprovechar las obras e interpretarlas con una exacta rigurosidad en tiempo y espacio, los movimientos creativos siguen vigentes y cautivadores.

Viejos hazmerreíres en Belgrano

El mecanismo que diseñó este grupo con el respaldo del productor Lino Patalano para dar por iniciada su fase de regreso a los shows, fue comenzar una tournée que comenzó en los primeros meses del año en España. El siguiente paso y como adecuado módulo previo al desembarco en suelo porteño fueron las funciones que la formación concretó los días 29 y 30 de abril en el teatro Coliseo Podestá de La Plata. Ambas fechas en la Ciudad de las Diagonales dejaron muy conformes a los realizadores, situación que planteó un clima favorable para las funciones previstas en Capital Federal, en un sitio donde nunca se habían presentado en los últimos 40 años. La decisión de encarar una versión actualizada de “Viejos hazmerreíres” obedece a la necesidad de realizar un paulatino proceso de adaptación de todos los integrantes tras el fallecimiento de Mundstock, porque aquél show estreno inédito anunciado, "Más tropiezos de Mastropiero", jamás pudo ser interpretado por el inicio de la pandemia.

“Viejos hazmerreíres” tiene un esquelo conductor que es la emisión de "Radio Tertulia", una emisora donde los conductores vivirán momentos de incomodidad, desconocimiento y mucha controversia. La apertura con ese dueto de locutores radiales, desnuda el primer acierto del show, situación donde Roberto Antier hace gala de una maestría para cargar el pesadísimo smocking de Marcos Mundstock. Así el evento arranca bien posicionado para dar rienda suelta a flamantes versiones de “Las majas del bergantín”, esa “zarzuela náutica” de inquebrantable efecto risueño y emotivo contexto hispano. Los distintos momentos de la presentación con “Quién mató a Tom McCoffee” (música en serie), “Loas al cuarto de baño” (obra sanitaria) o “Pepper Clemens sent the messenger, nevertheless the reverend left the herd” (ten-step), exponen que la calidad de los textos y números musicales tienen una garantía de perdurabilidad donde las nuevas generaciones se divierten tanto o más en vivo, que aquellos legendarios fans que conocen de memoria cada uno de los cuadros que tiene el show en esos 120 minutos.