¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Sábado 25 De Marzo
En “Mañanas informales”, el programa del querido Jorge Guinzburg, surgía una de las cocineras de la tele que revolvería el cucharón electrónico de una manera original, más fresca, desacartonada, sin filtros. Jimena Monteverde, heredera de la familiaridad de una Doña Petrona con la practicidad de la Hermana Bernarda, más un toque dulzón en sus interminables ojos claros, revolucionó la cocina hogareña en su magia de compartir las recetas, a todo sabor y ritmo. En un poco más de una década Jimena, que cocinó para princesas y argentinos en todo el mundo, a través de la televisión, la radio y las publicaciones en libros y fascículos best seller, inauguró un estilo de una cocina cotidiana, rica, sana y linda. Y se transformó en una figura del espectáculo nacional, que se codea con Marcelo Tinelli y Mirtha Legrand, sin perder la esencia de la nena que tocaba puerta a puerta con sus tortas bajo el brazo. La esencia Jimena que no se negocia.
Jimena Monteverde: (Carcajadas) Lo tomo como un trabajo más, soy una persona normal, cero diva. Y, sinceramente, no me molesta mucho la exposición. La tele posibilitó reunir lo que más me gusta en un solo espacio, la cocina y el trato con la gente.
JM: Mi cocina la defino como cotidiana aunque ahora tengo el desafío de compartirla desde la mesa de Mirtha. En ese programa incursiono en recetas gourmet, más elaboradas. Entonces ahora muestro dos vetas, una de una cocina más simple, y otra que no deja de ser accesible, y que sostiene que todos nos podemos lucir.
JM: No, para nada, y sale así como sale (risas). A veces uno se arrepiente de lo que dice (silencio) Ya me pasó varias veces. Soy re jodona pero es pura espuma. Es que no te imaginás que lo van a levantar con otras intenciones y, después, hay que dar explicaciones. Muchas veces los chistes que hago son los mismos de mi casa. La diferencia es que un estudio de televisión todo se amplifica.
JM: No sé si negativo pero si que te hacen pensar en poner más filtros. Y después cuando decís alguna cosa medio desubicada, sin mala intención, te arrepentís al toque. De todos modos, en el saldo prefiero jugar con mi versión sin filtro. Así como soy me ha ido muy bien.
JM: ¡Eso me lleva mucho tiempo! Formé realmente un equipo muy lindo de cocineros que ayudan con las recetas y las preparaciones. Incluso controlando a los proveedores para que sean las mejores. Hasta llegar al plato en la pantalla pasan días, semanas de prueba y error. La decoración, la guarnición, el postre, todo tiene que ser lindo para la mesa sea en lo de Mirtha, o para las casas.
JM: Sinceramente me cuesta y estoy en todos los detalles. Igual hoy tengo un equipo muy sólido y empiezo a descansar un poco más en los colaboradores. Pese a eso, ¡sigo metiendo la cuchara en todas las ollas!
JM: Es la misma esencia (pausa) Ahora por circunstancias de la televisión estoy más expuesta pero la verdad el día que tenga que cocinar para vender tortas, no se me va caer ningún anillo. La fama televisiva es muy efímera, y hoy podés estar arriba, mañana no te conoce nadie.
JM: Es una palabra que me encanta. Y además aliento que las mujeres tengan un espíritu emprendedor, e intenten crecer por su cuenta. Tener su propio emprendimiento, su propio sustento. Y su libertad, también. Por suerte ahora es más fácil que cuando yo arranqué, y espero que cada vez sea más fácil, que las mujeres labremos nuestro propio camino.
JM: Hace quince años que empezó esto cuando aparecí con Jorge Guinzburg. Nunca se me ocurrió que iba trabajar en la tele de chica. Mi sueño era ser cocinera, nada de chef, cocinera. Miraba a los cocineros de la tele, y los imitaba a rolete, sin imaginar que iba trabajar tanto en un estudio.
JM: En mi casa fui aprendiendo con mi mamá y abuela. Toda la infancia fue girar alrededor de la comida. Éramos una familia muy italiana. Nuestra vida pasaba por la cocina. Mi Nona y mi mamá eran fantásticas cocineras. De ellas aprendí el amor por la cocina. Y mis primeros platos obviamente fueron las pastas y las masas, bien de tanos.
JM: Cómo era la más grande, y cocinaba para mis cuatro hermanos, no tenía un plato especial aunque me destacaba en lo dulce, budines, tortas, panes. Me gustaba mucho la pastelería, y me la pasaba mirando programas de recetas dulces antes que telenovelas. No me perdía ninguna receta y trataba de replicarla con lo que había en casa -con la misma idea que transmito a mis seguidores ahora en la tele, redes y en www.jimenacocina.com. De aquella época de espectadora apreciaba mucho Alicia Berger y Marta Ballina, y con ambas pude estudiar. Por la pastelería me acerqué a las Hermanas Santa Cruz, donde daba sus clases la Hermana Bernarda, que aún no había empezado en la tele. Con ella aprendí recetas fantásticas alemanas.
JM: Por casualidad. En ese momento, mediados de los dos mil, venía trabajando muy bien con mi restaurant. Y en Radio Continental en el programa de Oscar Gómez Castañón, amigo de mi marido Mariano, salía con una receta semanal por teléfono. Justo una productora de Canal 9 estaba por arrancar un programa y me preguntaron, a través de Oscar, si me animaba a dar una prueba de cámara. Y fue tan rápido, que me presenté, debuté, y luego pasé por varios canales, incluido la locura de ShowMatch, uno de los momentos más creativos y lindos de mi carrera.
JM: ¡Sí! Fue un boom inesperado. Imagínate que mi primer libro, “Cualquiera puede cocinar” (2011), va por la decimotercera edición. Incluso por momentos estuvo primero en la lista de ventas, por lo que también se puede decir que soy un best seller (risas). Los libros, y los fascículos, de la última década son de las producciones más queridas por mí, casi como si fueran unos hijos, je. Me gusta mucho escribir para todas las edades, y más todavía cuando la gente confiesa que hacen las recetas y le salen bien.
JM: Claro que sí. Obviamente hay que poner amor para una buena comida. Y también hay gente que ya tiene cierto don.
JM: Aunque parezca mentira muchas veces los hombres aprenden mejor a cocinar, y se transforman en mejores cocineros, que las mujeres. Tengo una teoría sobre eso. Es que el hombre se puede dedicar a una cosa. En cambio, las mujeres tenemos varias puertitas abiertas. El hombre puede concentrarse naturalmente, apaga el teléfono, se abre una botella de vino y que nadie lo moleste (risas) Nosotras tenemos miles de ocupaciones, incluso con la familia, y eso hace que los hombres tengan mejor final de los platos.
JM: Me parece que está buenísimo porque más gente cocina y come de una manera sana y casera. Motiva más a cocinar en la casa. Y que siento que es algo que tenemos que recuperar, el almuerzo o cena en nuestro hogar. Es volver al disfrute del momento de cocinar. Además despertó en los jóvenes un deseo nuevo por aprender a cocinar y eso me encanta. Todo suma al propósito de comer rico y sano todos los días. Obviamente que estos meses de cuarentena estimularon como nunca la cocina en casa porque no había otra opción.
JM: Las redes sociales se convirtieron en las estrellas de la mesa de pandemia, y permitieron acompañarnos desde las cocinas de todo el mundo. Y también posibilitaron que mucha gente con la cocina encontrara un ingreso económico ¿Qué más pedir?
JM: Creo que fue cuando fui a cocinarle una princesa en Malasia en 1997. Eso fue lo más loco que me pasó gracias a la cocina, y quedó como una anécdota increíble para toda mi familia. Porque como estaba embarazada de mi hija menor, Amparo, y no me sentía del todo bien, pedí ir con marido e hijo chico, ya que no quería desaprovechar una oportunidad sin igual. Además tampoco sabía por cuánto tiempo, era para enseñarle al chef de la princesa algunas de mis recetas. Así que planifiqué de apuro y sin fecha de regreso. Y fue de película, en limusinas, hoteles seis estrellas, entre reyes y sultanes.
JM: Sorpresa, no. Así se fue dando la vida. Lo que seguramente hoy no le diría a mi hija es que estuviese con un único hombre. Con Mariano también se dio una situación muy particular ya que pude hacer mi vida de una manera muy libre, sin restricciones. Mi libido creo que fue toda hacia el trabajo. Y no tuve mucho tiempo para otras cosas. Así que no lo siento una carga ni un pendiente ni nada rarísimo.
JM: No. Jamás de chica imaginé que iba estar tanto tiempo con alguien. Igual imagináte que pasamos toda las crisis habidas, y por haber, como cualquier pareja. Decir que siempre estuvimos genial sería una gran mentira. Como todo el mundo, seguramente tenés momentos que estás genial con él, y otros momentos que no querés verlo ni en figuritas.
JM: Ja. Para nada. Mariano no cocina nada, nada, nada. Ahora en pandemia me ayudaba un poco, me grababa los videos para las redes, pero de la cocina no tiene ni idea. A veces nos enojamos porque digo que no puede ser que no tenga ni la más mínima idea de la cocina viviendo conmigo. Tengo asumido que esa es una batalla perdida con él.
JM: Nada que ver. Victorio, que se encarga de la cuestión financiera de nuestra empresa familiar, y Amparo, me ayudan un montón y trabajan conmigo casi a la par. Incluso hasta lavan los platos, je.
JM: Los argentinos comemos muy bien. Incluso en comparación de otros países que comen más comida chatarra. Nuestros menú nacional posee muy buenos productos en cuanto calidad. El argentino es de buen comer. Y creo que cada vez más. Además nos hemos ampliado un montón y nos gusta probar. Somos de buen paladar.
JM: Somos un país ganadero por excelencia y tenemos la mejor carne del mundo, cosa que es verdad. A diferencia de otros países que tiene el mejor pescado, y lo tiene incluído su dieta diaria. De todos modos nosotros deberíamos comer más pescado ya que tenemos un mar enorme. También tenemos una logística, y precios, qué hacen que los consumidores tiendan más a la carne que al pescado. Se hace difícil además porque construimos históricamente una pauta alimentaria, metida en la sangre, bajo la carne y carne. Pero de a poco los cambios se van dando y son las nuevas generaciones que amplían el gusto argentina.
JM: El plato nacional que más me gusta es el asado. Disfruto hacerlo, disfruto comerlo. Es una linda tradición muy argentina que arranca apenas prendés el fuego. Y es impagable el momento cuando servís a tus amigos y familia.
JM: No complicarse con una receta difícil. A veces uno invita a una persona y se frustra tratando de impresionar. El plato sencillo es el que más garpa. Una buena salsa, una buena milanesa con un rico puré, no pierden nunca. No hay que complicarse con recetas de canales gourmet. Siempre menos es más.
500 g de harina 0000 + extra – 2 huevos – 150 g de azúcar – 80 g de manteca – 1 cda de esencia de vainilla – 1 cda de ralladura de limón – 30 g de levadura – 1 taza de agua tibia.
RELLENO: 5 cdas de Nutella.
COBERTURA: Crema pastelera: ½ litro de leche – 200 g de azúcar – 3 yemas – 3 cdas de maicena – 1 cda de esencia de vainilla – azúcar granulada, a gusto.
Fuente: https://jimenacocina.com/rosca-de-pascua-bomba/
Fecha de Publicación: 28/03/2021
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