āFue tan fuerte el estilo que creó que obligó a otros grandes a crear su propio estilo. Algunos lo lograron y otros no. HĆ©ctor Larrea lo logró, por ejemplo. Yo escuchaba āBuenos dĆasā y sabĆa que no me habĆa equivocado en el dial, que estaba en Rivadavia escuchando a Cacho Fontanaā, comentaba el locutor Oscar GonzĆ”lez Oro al diario La Nación. El periodista Ćngel de Brito en sus redes posteaba el adiós al locutor fallecido el pasado 5 de julio, āLa voz se convirtió en leyendaā La vorĆ”gine informativa, que tanto le debĆa en calidad y precisión -hoy ausente- a Cacho, se deglutió la triste noticia.
Para muchos un perfecto desconocido, el hombre de los medios que reinventó la radio en los sesenta junto a Antonio Carrizo, conjugando preparación, sapiencia y un tono distendido, quedó tan desdibujado en la amansadora mediĆ”tica como el fallido festejo que se realizó en la Bombonera, minutos antes de un partido, donde los hinchas se preguntaban desconcertados quiĆ©n era. Y Cacho era el conductor de āOdol preguntaā, Ā donde se premiaba el conocimiento sin mĆ”scaras ni cantos ni humillaciones. Era el revolucionario de la tevĆ© y la radio, a tono con la modernizaciones tecnológicas y de estilo. Era la voz que otorgó la mayorĆa de edad a la publicidad argentina. Pero encima de todo era un hombre que admitió una y mil veces los errores aunque la masa/mersa chimentera, mĆ”s la envidia de varios, condenaran al ostracismo a Cacho los Ćŗltimos treinta aƱos de vida. āNo sĆ© cómo serĆ” el destino, no puedo imaginarlo, pero a lo mejor este sea la Ćŗltima posibilidad de estar frente a cĆ”mara. Ustedes no saben lo difĆcil que es alejarse de este medio, que ha sido tan generoso con nosotros, que nos ha dado tantoā, las palabras casi de despedida en 2018 de Cacho Fontana con un premio a la trayectoria. Con esa voz, la mejor de la locución argentina por siempre.
Hombre de radio
Ritmo, coherencia, personalidad y creatividad. PodĆa entrevistar al premio Nobel Luis Federico Leloir, aquella transmisión de 1970 un hito en la tevĆ©, a Ringo Bonavena antes de combatir con Mohammad AlĆ el mismo aƱo, como a Juan Perón en el exilio de Madrid. Cuatro horas. Ā Arranca una notable carrera presentando a la orquesta de Juan DĀ“ Arienzo en el Chantecler, Norberto Palese de Barracas, nacido el 23 de abril de 1932, rebautizado por el actor Carlos Carella como Cacho Fontana, y llega a un gran momento en āEl RelĆ”mpagoā con Luis Sandrini y Tita Merello en Radio El Mundo, aquel novedoso programa que transmitĆa desde la redacción de un diario. āLa radio es el medio que mejor permite ejercitar la imaginación. Tiene una instantaneidad contundenteā sostenĆa Cacho que luego de pasar una dĆ©cada en esos estudios, que luego serĆan Radio Nacional -hoy uno lleva su nombre en MaipĆŗ 555 y allĆ se despedirĆa de los micrófonos en 2019-, pasa a integrar una camada galĆ”ctica en Radio Rivadavia. Sus primeros trabajos con JosĆ© MarĆa MuƱoz, en la transmisión del Mundial de 1966, darĆan el reconocimiento de pĆŗblico y medio por la dicción impecable, sus modales y su estilo rotundo y enĆ©rgico a la hora de comunicar. āFontana Showā en Rivadavia, con MarĆa Esther Vignola y Rina MorĆ”n y guiones de Alberto MigrĆ©, Hugo Moser, Jorge Guinzburg y Abel Santa Cruz entre otros, lo mejor de lo mejor en los mejores momentos, marcó un hito en la manera de hacer radio. āFontana, entendió mejor que nadie que la radio dejaba atrĆ”s a la ficción a manos de la televisión y que sus nuevas herramientas serĆan la información veloz, el flash al instante, el deporte, la utilización de la industria discogrĆ”fica en reemplazo de la presencia de los mĆŗsicos en vivo, la cobertura telefónica internacional, la conexión trepidante con el servicio, con la noticiaā, en la ajustada reflexión en argentores.com.ar, del profesional que sigue marcando el Ć©ter; Beto Casella, Santiago del Moro y siguen pasando las voces. Ā
āLa voz portadora de la verdadā
Pero desde antes, 1959, Cacho habĆa incursionado en la tevĆ©, en la Ć©poca magna de los locutores, y trabajaba en āEl Show de Andy Russelā, el primer gran programa de entretenimientos argentino; en el que casualmente debuta en cĆ”maras otro enorme de la radiodifusión, Antonio Carrizo. āFue una de las primeras veces en las que se alcanzó un nivel tan elevado en los participantes. Era inusual porque no se trataba de aventureros que iba por el premio sino de especialistas en cada tema. Odol siempre consideró el hecho de dar un premio en dinero como algo simbólico, no querĆan enriquecer a alguien gratuitamente de la noche a la maƱanaā, recordaba Cacho del posterior āOdol preguntaā, con 19 aƱos al aire, y que impuso una vara -Āæirrepetible?- dentro por una caja boba no tan boba. Con seguridad.Ā Ā āCacho equilibraba, en su estilo de palabra y gesto, la sobriedad y cierta autoridad la marcación rotunda y acentuada: era la voz portadora de la verdadā, subrayaba Juan Sasturain en el diario PĆ”gina/12.
En simultĆ”neo el locutor participaba en el suceso de āLa campana de cristalā, que inspirarĆa los engendros siguientes de programas benĆ©ficos con pruebas insólitas, y se afirmaba como ElĀ locutorĀ de la publicidad nacional. Odol (contratado por el padre de Susana GimĆ©nez), Terrabussi, Piccardo, PeƱaflor, Pirelli, Grafa, Tres Plumas, Yelmo y La SerenĆsima, slogans como āDigale sĆā (Terrabusi), āY pĆ©guele fuerte (YPF), āCon seguridadā (Odol), llevan su impacto discursivo y un innegable legado en los locutores. En tandas comerciales se puede escuchar aĆŗn a locutores que son hablados por el estilo Fontana.
Ā
āQuĆ©date a ver, no te vayas de allĆ, el mundo en que vives te quiero mostrar" fue el tremendo salto que en 1977 produjo Cacho, que se encontraba en un impasse televisivo. Caso extraƱo de Fontana porque se lo considera Hombre de la Televisión, aunque sus participaciones fueron discontinuas y, hacia el final, casi inexistentes, salvo invitado en algunos programas para ventilar sus miserias. Volviendo a āVideoShowā en el histórico -demolido- Canal 11 de la calle Pavón, que contaba en el equipo a la recientemente fallecida Magdalena Ruiz GuiƱazĆŗ y a Enrique LlamĆ”s de Madariaga, la utilización de āla mĆ”quina de mirarā, o se la cĆ”mara manual de video, produjo un salto Ā en cómo se hacĆa periodismo; en la peor etapa, los aƱos oscuros de la dictadura militar. Carlos Monzón, Tato Bores y Susana GimĆ©nez fueron de los primeros entrevistados el 11 de febrero en el novedoso horario de 23 a 1; Cacho inventando una franja despreciada que en los ochenta, āNotiDormiā, y los noventa, āVideoMatchā, se transformarĆa en furor. Un polĆ©mico paso por la gerencia de Canal 11 (1979), y otro mĆ”s en la conducción con Pinky de āLas 24 horas por Malvinasā (1982), en las cuales se recaudaron un millón y medio de dólares que nadie todavĆa sabe su destino final, Ā fueron las primeras seƱales de alarma en un paso intachable.
Cacho, Tesoro Nacional
Su matrimonio y divorcio con la modelo Liliana Caldini, madre de sus dos hijas -tuvo otra con la locutora Dora Palma en 1954-, se transformó en carne de tapas de revista, en lo bueno y lo malo. Un alto perfil a la picadora gruesa, āse van a reĆr pero espero que me crean. El Negro tenĆa un problema con su pareja y yo querĆa solucionarlo. Como no habĆa lugar para encontrarnos -con Nancy Herrera-, lo hicimos en el mueble (un hotel de alojamiento) y nos sentamos alrededor de una mesa frente a frente, con una copa de champĆ”n. Pero la cama quedó armada como al llegar. Cuando salimos, tenĆamos a todos los fotógrafos encimaā, dirĆa Fontana metido en los problemas de pareja de Herrera y su amigo, Alberto āNegroā Olmedo, en 1987. Ā Sus romances y salidas se transformaronĀ en tópico de las conversaciones en las mesas familiares y cafĆ©s, peligrosamente.Ā
Luego vendrĆa Marcela Tiraboschi en los noventa y las denuncias por maltrato y abuso, el locutor sobreseĆdo por la justicia, pero no por los medios que ayudó a fundar. Una pendiente que tendrĆa pequeƱos regresos, en su querida Radio Rivadavia en los noventa, Ā o la conducción por los 90 aƱos de la radio argentina desde Tierra del Fuego (2010), retransmitida por cien emisoras. Aunque era tal su gravitación y pregnancia en los pasillos de radios y tevĆ© que cuando A.R.P.A., la entidad que nuclea a las radios privadas nacionales, tuvo que optar por una personalidad representativa para ponerla en la tapa de su anuario por los ochenta aƱos de la radio, fue Fontana el elegido.
Amaneció la hora de los interminables homenajes a cambio de la falta trabajo, que obligaron a Cacho, sumado a las dolencias fĆsicas y emocionales, a recluirse en un geriĆ”trico de Palermo. Habitación de por medio de su admirada Pinky. āPalese cuida a Fontana. Fontana fue un hombre que pagó mucho por ese nombre, por el seudónimoā, confesarĆa al periodista Pablo MascareƱo del diario La Nación en 2019, Chacho fallecido el 5 de julio de 2022. Y en el diario, ni en la radio, ni el telĆ©, menos en la redes, se realizó ni un segundo de silencio. Cacho repetĆa que la radio es un regalo para el oyente. Fontana fue un regalo para los argentinos.