“Bake Off Argentina 2021”: rating nocturno a “baño maría” y una eliminación muy polémica

Conformar los integrantes de una situación grupal en cualquier tipo de actividad depara una ingeniería muy especial, sea una fábrica, una mediana empresa, un equipo de fútbol y hasta los miembros de un comité de consorcio. De la buena química que exista entre los participantes, la coordinación de los mismos a la hora de realizar actividades y el sistema en que interactuarán, dependerán los resultados. Esta simple enunciación sobre actividad grupal es aplicable a cualquier situación de la vida cotidiana, sea la organización de una comida entre amigos, un picado entre amigos, sin olvidar que la conformación de un gran plantel de profesionales o personas que aparecerán en un programa de televisión conlleva respetar un criterio de selección que permita armonía, equilibrio y sana vinculación.

La tercera temporada de “Bake Off Argentina: el pastelero amateur”, llegó a la pantalla de Viacom-Telefé con el fulgor del reciente éxito alcanzado por las dos ediciones del reality “Masterchef Celebrity Argentina”, formato que durante la pandemia explotó con números de rating decididamente espectaculares, los cuales fueron continuados por otra temporada de “La Voz Argentina”, más allá de los pésimos resultados artísticos esgrimidos. En base a los números de rating que lo antecedían, obviamente se esperaba que el esperado regreso del concurso de pasteleros lograse buenas mediciones de televidentes, lo cual hasta ahora no ocurrió. Esa sensible baja del encendido actualmente en determinados programas de tv obedece a dos razones: por un lado, con cese de las desgastantes restricciones sanitarias, la gente ya no permanece en casa viendo en televisión por la noche, sin olvidar tampoco que para seducir al público hay que proponer algo que seduzca, cosa que este “Bake Off 3” solo hace a medias.

Los catorce participantes elegidos esa vez para cumplir los desafíos que propone el trío de especialistas pasteleros integrado en esta edición por Pamela Villar, Damián Betular y la excepcional cocinera Dolli Irigoyen, esta última en reemplazado de Christophe Krywonis, que decidió abandonar el ciclo de Viacom-Telefé, no se diferencian realmente demasiado de anteriores concursantes. Pero sin duda la química existente entre estos tres integrantes del tribunal culinario no viene operando con el mismo equilibrio, algo que se nota mucho en las decisiones que vienen tomando desde el comienzo de la competencia. El concurso a esta altura de la fase de eliminación semanal muestra muy severas incongruencias, cuando llega la hora de establecer la performance de los participantes amateurs elegidos para esta edición. Es difícil arriesgar si sus determinaciones tienen algún tipo de presión del equipo de productores televisivos, pero sin dudas el criterio que están aplicando para marginar el domingo un concursante está despertando algunas preocupantes sospechas.

Los participantes Gabriel Amato, un taxista de 52 años, Belén Pérez, docente de 31 años y Celeste Hernández, licenciada de turismo de 34 años, fueron los primeros concursantes eliminados por el tribunal culinario desde el inicio de esta tercera edición. En el primer domingo de eliminación, fue totalmente justo que el taxista dejara la competencia, pero en las siguientes jornadas de expulsión, llamó mucha la atención que dos chicas terminaran fuera del concurso cuando hubo tres presentaciones peores que las de ellas. Ellos son los participantes Gianluca Ferrari, estudiante de 19 años, Gino Minnucci, también estudiante de 22 años y Emiliano Dibernardi, empleado administrativo de 21 años. El triunvirato de concursantes viene desde la segunda semana de competición mostrando incontable cifra de errores en sus presentaciones, pero a excepción de Gianluca Ferrari, que se convirtió en el cuarto eliminado, los otros dos mantienen su lugar en el concurso de una manera en verdad muy llamativa.

La segunda eliminada semanal fue Belén Pérez y el siguiente domingo fue el turno de la licenciada en turismo Celeste Hernández, quienes pese a cumplir con la consigna, fueron expulsadas por criterios de calidad bastante sospechosos. La partida de Gianluca Ferrari pareció mostrar cierto regreso al perfil ecuánime de los evaluadores, pero la eliminación de Silvina Santarelli ocurrida el domingo 17 de octubre, provocó una enorme indignación entre el público que sigue la competición, sospechando que hay participantes que cuentan con alguna clase de respaldo de los productores del formato televisivo para permanecer el programa, supuestamente por lo que aportan al ciclo en cada una de sus emisiones. Gino Minnucci, el joven de campo con su boina imperturbable, viene preparando pasteles muy bochornosos, similar situación exhibida por Emiliano Dibernardi, quien probablemente se haya confundido de competencia, porque este es un concurso culinario y no la búsqueda de una nueva drag queen para una obra teatral lindante en el terror bizarro. Ambos siguen en la competencia y las redes, como era de esperar, ya empiezan a sembrar sospechas por quienes llegarán a la instancia final del programa.

La bronca del público se entiende sobremanera. La eliminada del último domingo era sin dudas una de las grandes concursantes del programa, venía con destacadas preparaciones y nunca había estado entre los concursantes sometidos a la zona de expulsión. Si bien este domingo la torta de galletitas que había preparado no lograba sostenerse en su ubicación, los sabores y demás detalles estaban bien presentados, cosa que no ocurría con la torta de Emiliano Dibernardi, que estaba muy mal en su interior. El agravante, es que Dibernadi es uno de los participantes que peor desempeño viene mostrando en sus preparaciones, todo lo contrario de la concursante que insólitamente fue marginada durante el último domingo en esta competencia televisiva. El empleado administrativo de 21 años, consciente que era firme candidato a la expulsión por una bochornosa presentación dulce, durante la prueba desarrolló varios comportamientos simulados, buscando despertar en el jurado lástima y consideración, algo que pareció suceder cuando los pasteleros decidieron dejarlo todavía en el programa.

Silvina Santarelli, bella contadora pública de 41 años, es la esposa del ex jugador Gabriel Milito, quien actualmente se desempeña como técnico del club Argentinos Juniors. Llegó al programa sin hacer ostentación de su vinculación con una conocida estrella deportiva y desde el principio mostró su capacitación en la materia. Las primeras cuatro semanas los jurados, a pesar de no consagrarla “pastelera estrella”, se desvivieron en elogios por todos los sabores esgrimidos en sus preparaciones, todo lo contrario del joven concursante con histéricas reacciones siempre mirando a cámara, como si fuera un fallido casting para la búsqueda de una “nueva RuPaul”. La pastelera amateur agradeció al jurado por haberla incluido en la lista de potenciales eliminados, entendiendo que su preparación no estaba a la altura de lo exigido, pero, en comparación con los pasteles presentados por Emiliano en las últimas semanas, sin dudas el promedio de presentaciones mensual la favorecía para no quedar eliminada en esta inesperada situación.

Sorpresivamente, o no tanto para quienes sospechan que no se dirime calidad, sino cierto tono histriónico en la participación, el jurado prefirió que quien continuase participando en la competencia fuera el empleado administrativo, algo que al día siguiente provocó una catarata de durísimas críticas en los medios y otros sitios especializados. La eliminación de Silvina Santarelli, definitivamente la única concursante que le aportaba un tono al ciclo muy familiar, despertó sospechas y también suspicacias sobre el método de eliminación que el jurado viene empleando en las últimas semanas. La delicada concursante siempre evitó dramatizar los momentos de complicación, admitiendo los potenciales errores, situación que convirtió a la bella pareja del conocido deportista en una de las concursantes más celebradas del programa, quien se perfilaba para llegar al menos hasta las instancias finales, pero su temprana eliminación pareció además afectar muchísimo la credibilidad de la competencia desde esa fallida decisión arbitral.

El programa desde el arranque no movilizó al público interesado en estos concursos sobre capacidad culinaria, no tanto por los prestigiosos jurados participantes de esta edición o la limitada simpatía de la animadora Paula Chaves, sino por las decisiones que los expertos vienen tomando cada noche en el programa. El ciclo desde su debut nunca superó los 15 puntos de medición y casi siempre midió menos de esa cifra intermedia, quedando todas las noches siempre por debajo de la novela turca “Doctor Milagro”, el programa más visto de la televisión abierta en las últimas semanas. En base a las irregulares mediciones de la actual temporada de “Bake Off 2021”, se estima que Viacom-Telefé adelantará el cierre de este programa, con la finalidad de poner al aire en los primeros días de noviembre la muy esperada nueva temporada del “Masterchef Celebrity Argentina 3”, cuyos participantes están siendo confirmados día a día por la productora en sus redes sociales.                  

Imágenes: Telefé