Muchas veces, las redes sociales solo ocupan el rol de hacernos perder el tiempo, de juntar odio hacia personas que ni conocemos o de generar desinformación. Pero otras, sirven para acercarnos las razones que están detrás de hechos que pasan como si nada por delante de nuestros ojos. Hoy quiero contarles un ejemplo.
Hace poco, me enteré de esta historia por @NicoLopresti, un usuario de Twitter, así que desde acá, un saludo por revelarme de forma tan clara este acto casi mágico.
El tema es así: Israel Damonte es un jugador de fútbol que siempre, en la famosa foto grupal que se sacan los planteles antes de cada partido, sale mirando para el costado, nunca de frente. Aunque su gesto aparece en fotos de Godoy Cruz, Nacional de Uruguay, Estudiantes y Huracán, la verdad es que nadie le había dado mucha bola, así que el tema pasó desapercibido. Pero una vez que saltó, mucha gente empezó a buscar fotos de archivo y confirmó que hace años tiene este gesto (específicamente desde 2009, ya van a ver por qué). Como el mundo del fútbol es terriblemente cabulero, lo primero que se pensó fue en una cábala, pero no. Es algo muchísimo más interesante.
La cuestión es que David, el hermano de Israel, era muy despistado de chico. Por ese motivo, en las fotos familiares, en las de navidad, en las del colegio y hasta en las del viaje de egresados, salía mirando a cualquier lado menos a la cámara. Me imagino álbumes y álbumes de fotos descansando en la mesa ratona de la madre llenos de retratos en los que se disfruta el perfil de David y nunca su cara de frente. Retratos que hoy son divertidos tesoros.
En 2007, Israel se sacó una foto en la celebración del Arsenal campeón y para cargar a su hermano, salió mirando para el costado. “Me cagaste varias fotos de chico, yo ahora te cago esta” pareció decirle el futbolista, en forma de chiste y código interno familiar, claro. Quién no tiene esa camadería con hermanos, primos o tíos, en donde la picardía compartida se disfruta internamente y, sobre todo, ante los ojos curiosos de los que se quedan afuera de la joda. Quién no puede identificarse con ese sentimiento de comprender a otro sin la necesidad de utilizar ninguna palabra porque desarrollaron un idioma propio, casi mental, durante toda la vida.
Pero en 2009 cambió la suerte, el destino y los paradigmas de esta familia: David falleció de manera trágica en un accidente de tránsito. Con toda la incertidumbre, sorpresa y angustia que devienen de estas pérdidas irreparables.
En su cuanta oficial de Twitter, Israel subió una foto con el difunto, acompañada con unas sentidas palabras: "David. Mi ídolo, mi hermano y mi gran amigo. Siempre estarás en mi corazón". Enseguida, el posteo se llenó de comentarios de aliento y buenos pensamientos para el jugador y su familia. Tanto hinchas de los clubes en los que formó parte como colegas y periodistas deportivos manifestaron su apoyo a Israel para darle fuerzas en aquel momento que sería, sin dudas, uno de los más duros de su vida.
Es a partor de ese momento, casi instantáneamente, que Israel empieza a salir en las fotos del equipo en el que esté jugando mirando para el costado. Cuando le preguntaron qué buscaba exactamente con el gesto, la respuesta fue perfecta: “es mi manera de tenerlo presente”. Y vaya si lo logró. Ahora, cada vez que veo a Damonte mirando para el costado, yo también pienso en su hermano. Y en todos los hermanos que se pierde. Y en la tristeza que sentiría yo si me pasara algo así. Misión cumplida.
Hipólito Azema nació en Buenos Aires, en los comienzos de la década del 80. No se sabe desde cuándo, porque esas cosas son difíciles de determinar, le gusta contar historias, pero más le gusta que se las cuenten: quizás por eso transitó los inefables pasillos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Una vez escuchó que donde existe una necesidad nace un derecho y se lo creyó.