¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Sábado 25 De Marzo
Se trata de Pablo Giesenow, un cordobés abogado de profesión y deportista de pasión, que vivió un trágico accidente que le cambiaría la vida. Este luchador tiene 43 años y es el segundo de 7 hermanos. Su padre es médico y su madre, profesora de inglés. De esta familia surgió un hombre con mucha fuerza, que se convertiría en un ejemplo de vida.
Actualmente ejerce como abogado trabajando en el Tribunal de Cuentas de Córdoba. Tiene 2 hijos que lo esperan cada día, al salir del trabajo. Su vida transcurre con total normalidad, luego del accidente. Sin embargo, hay algo que cambió: la doble amputación que sufrió develó quién es Pablo Giesenow en realidad. Es un hombre perseverante, optimista, soñador y obstinado. A pesar de toda circunstancia el cordobés sigue entrenando, compitiendo y dando lo mejor de sí mismo.
El accidente automovilístico que provocó las amputaciones traumáticas de sus dos miembros inferiores ocurrió en enero de 2015 cerca de Winifreda (La Pampa). Hoy, 5 años después, las marcas de ese momento siguen, pero el espíritu emprendedor de este deportista es más libre. El accidente sucedió en el transcurso de Córdoba a Las Heras (Santa Cruz), cuando iba a visitar a su padre por su cumpleaños. Pero la tragedia lo alcanzó antes de llegar a destino.
Pablo estuvo media hora atrapado en el auto hasta que llegaron los bomberos y la ambulancia. En ese lapso perdió cuatro litros de sangre, pero nunca el conocimiento. Sobre el accidente, Pablo cuenta a los medios cómo fue. “Perdí el control del vehículo y el auto chocó contra el guardarrail, lo que me llevó a que sufra la amputación traumática de mis dos miembros inferiores y me cambió totalmente la vida y en ese momento fue importante el deporte porque la condición física que yo tenía hizo que sobreviviera a semejante accidente.”
Cuando llegó al hospital escuchó al médico preguntar: “¿Trajeron los miembros?”. Al escuchar eso, perdió el conocimiento y se despertó al día siguiente. “Vi que la sábana blanca se terminaba a la altura de las rodillas. No tuve tiempo de nada, ni de deprimirme, ni de pensar por qué me tocó esto a mí. Nos habían pasado cosas peores; estaba vivo y eso era importante”. Esas “cosas peores” es el suicidio de su hermana, cuando ella tenía 18 años y él 19. “Después de una tragedia como la que pasamos, se empiezan a valorar otras cosas. No sé, alguien se amarga por un ‘bochazo’ y uno piensa, ‘bueh…’”.
Hasta el accidente, Pablo solo jugaba al fútbol por hobby y salía a correr de vez en cuando. Pero, desde que sufrió la doble amputación, entrena intensamente en varias disciplinas con frecuencia. Comenzó en el gimnasio para fortalecer el tronco superior de manera de poder usar las prótesis. Su pronta recuperación le permitió “saltarse” la etapa del andador y el bastón. A solo siete meses de la cirugía ya consiguió pararse sobre las piernas ortopédicas
Lo que siempre destaca este abogado es que el deporte fue el verdadero salvador de su vida. Ya que mediante este pudo recuperar y trabajar sus habilidades, además de seguir viviendo experiencias. “El deporte me ayudó sin las piernas y a través de prótesis para correr, andar en bicicleta, practicar tenis, subir las montañas, el Cerro Aconcagua, el Champaquí en Córdoba o el Cerro Famatina en La Rioja”, cuenta convencido de que el deporte le salvó la vida.
Además, valora el apoyo de su familia y sus amigos, como pilar indispensable para salir adelante y animarse a competir. También funcionan como incentivo los reconocimientos como el que le dieron en la Municipalidad de Córdoba y en el Senado de la Nación por su desempeño deportivo y su resiliencia.
A fines del 2017, le llegó la invitación del Summit Aconcagua para integrar el grupo que escala los 6992 metros del cerro más alto de los Andes. Allí dejó la bandera de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018. Fue uno de los grandes desafíos, pero no el único logro. Ya que Pablo Giesenow es uno de los deportistas paralímpicos argentinos más reconocidos.
Para entrenar escalada, Pablo tiene como sede las famosas escaleras del Parque Sarmiento. Cuenta que la gente lo mira y lo frena para felicitarlo. “¿Te imaginás? Un loco arriba de dos fierros subiendo y bajando -se ríe-. Quieren que los motive, que les diga cómo hago. Nada especial: tengo sueños y trabajo para cumplirlos”.
Son muchísimas las anécdotas, logros e historias que la vida de Pablo Giesenow nos brinda. Por eso, lo admiramos y aplaudimos. ¡Grande, Pablo!
Fecha de Publicación: 29/10/2020
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