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Sergio Víctor Palma, el campeón que siempre la peleó contra la adversidad

Obtuvo la corona mundial en los Estados Unidos en 1980 y, cuando se retiró, no dejó de pelear contra las enfermedades que aquejaron severamente su existencia, hasta que su cuerpo se rindió frente a la nueva afectación pandémica.

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Palma

Los anales de la historia recordarán que Sergio Víctor Palma, el legendario boxeador argentino que ganó el título mundial en 1980 frente a Leo Randolph en una excepcional pelea en los Estados Unidos, falleció de coronavirus el pasado lunes 28 de junio, pero su impronta, ganas de vivir y también su voluntad de luchar contra la adversidad fue mucho más fuerte que todas las trompadas que arrojó esa noche de agosto cuando alcanzó aquel sueño de consagrarse campeón peleando de visitante contra un rival muy difícil.

 

En tiempos donde las defunciones tienen indefectible vinculación la nueva enfermedad que azotó al mundo desde finales de 2019, desafortunadamente la cantidad de afectados impide en muchos casos hacer un detenido foco en algunas partidas físicas en tiempo y forma por la manera en que ocurren, algo que sucedió con el boxeador argentino cuando en la misma jornada ocurrieron fallecimientos de otras famosas personalidades argentinas en la misma fecha. 

         

Sergio Víctor Palma, brillante excampeón mundial de boxeo que venía peleándola contra varias afecciones físicas en el nuevo milenio, falleció por coronavirus el pasado lunes 28 de junio en el Hospital Interzonal General de Agudos de Mar del Plata, nosocomio donde estaba internado, pues Palma ya era paciente de riesgo por un accidente cerebrovascular (ACV) sufrido en el año 2004, sin olvidar que el famoso púgil estaba afectado por el mal de Parkinson, enfermedad que le fue diagnosticada algunos años después.

 

El recordado campeón del mundo en la categoría supergallo que logró la corona en 1980, dejó de existir en horas de la madrugada el Hospital Interzonal General de Agudos de la localidad  marplatenses, pese al esfuerzo del plantel médico para mantenerlo con vida al detectársele un duro cuadro de coronavirus, novel enfermedad que terminó de vencerlo cuando un cuadro de complicaciones simultáneas retrotrajo la mínima recuperación que había experimentado durante su prolongada internación en ese reconocido nosocomio.

 

El contundente púgil chaqueño de 65 años, había presentado durante las últimas horas de su internación severas dificultades para respirar y era paciente de riesgo por un accidente cerebrovascular (ACV) que Palma había sufrido en 2004, complicación a la cual se sumó un tiempo más tarde un drástico cuadro de Parkinson que fue minando paulatinamente sus defensas a nivel general, afectación que generó su fallecimiento a las 8 de la mañana en la unidad modular del HIGA, a la que había ingresado el pasado lunes 14 de junio.

 

Dentro del cuadro de boxeadores argentinos que consiguieron el título mundial, la historia recordará lo alcanzado por el púgil chaqueño en la categoría “supergallo” con muchísima valoración, pues tuvo en su brillante trayectoria deportiva el honor de haber sido uno de los pocos boxeadores argentinos que consiguió el título del mundo en los Estados Unidos y frente ante un boxeador local, Leo Randolph, el pasado 9 de agosto de 1980, durante un combate que merced al talento del argentino se definió mucho antes de lo previsto.

 

Aquella victoria que consiguió Sergio Víctor Palma la alcanzó en una pelea que triunfó por nocaut en el quinto round, después de propinarle una tremenda golpiza al portador del título, una confrontación en el ring de Spokane, lugar de batallas que se encuentra al oeste de Washington. El recordado combate por la corona mundial fue una batalla que se pactó a 15 rounds en la que estaba en juego el cetro versión Asociación Mundial de Boxeo (AMB), título por el que ya había pugnado en 1979 con el colombiano Ricardo Cardona.

Sergio Víctor Palma

En una trayectoria que fue de menor a mayor velozmente, el boxeador originario de La Tigra, Chaco, tuvo una aceptable temporada por el campo amateur, tras lo cual desarrolló una meteórica campaña en el boxeo profesional, especialidad donde primero obtuvo el campeonato argentino a expensas del rionegrino Arnoldo Agüero, para luego conseguir la corona sudamericana frente al uruguayo Hugo Melgarejo, campeonatos que consiguió con bravura y enorme sacrificio para resistir los golpes rivales en aquellas confrontaciones.

 

Escalando en el ranking de la AMB, el 15 de diciembre del 79, en una pelea en un estadio de Barranquilla, estuvo a punto de noquear a Ricardo Cardona, pero se llegó a las tarjetas para definir al ganador y ahí se impuso el colombiano, quien a su vez el 4 de mayo del 80 perdió la corona a manos del peleador estadounidense Leo Randolph. La historia recuerda que tres meses más tarde, el estadounidense Randolph asumió su defensa obligatoria ante el púgil chaqueño en una ignota localidad al oeste de Washington, Norteamérica.

 

Lo puntual fue que Sergio Víctor Palma, que estaba a pocas semanas de cumplir 25 años, subió al ring del Coliseum de Spokane muy convencido de su estrategia, tarea que con el paso de los rounds fue minando la fuerza del combatiente, quien muy percutido por todos los golpes del argentino lentamente fue perdiendo su resistencia, lo que lo llevó a caer en el quinto round de manera inapelable. Con ese ataque consistente, Palma se convirtió en el primer argentino en ganar el campeonato mundial de peso supergallo en suelo yanqui.

 

Una vez obtenida la corona en esa categoría, el chaqueño concretó cinco defensas con gran éxito que ocurrieron entre noviembre de 1980 y junio de 1982. En ese bloque de tiempo el boxeador argentino se midió con el panameño Ulises Morales, al dominicano Leo Cruz, al colombiano Ricardo Cardona, al tailandés Vichit Muangro y el panameño Jorge Luján, peleas donde se impuso con eficacia reteniendo en cada una de estas confrontaciones el título AMB que había logrado en los Estados Unidos un par de temporadas antes.

 

La secuencia exitosa tuvo su desenlace adverso recién el 16 de junio de 1982, cuando el púgil chaqueño perdió la revancha concedida a Leo Cruz en el Centro de Convenciones de Miami, una pelea con muchas polémicas y situaciones bastante discutidas. Posterior a esa derrota y como consecuencia de una serie de continuas lesiones que impidieron su continuidad en el primer nivel, el boxeador argentino emergió en un cuadrilátero el 10 de agosto de 1990, o sea, una década y un día después de haber llegado a la cima mundial.

 

Sergio Víctor Palma abandonó la profesión con un historial muy destacado que denota un cuadro global de 62 combates, de los cuales ganó 52, veinte antes del límite, perdió 5 y tuvo solo cinco empates. Ya retirado de la actividad, el ex púgil alternó clases de boxeo con el rol de analista especializado en esta disciplina para algunos medios, continuidad que se vio alterada en el año 2004 cuando vivenció un imprevisto choque en el Puente Pueyrredón, episodio que derivó en un severo accidente cerebrovascular (ACV).

 

La adversa racha de problemas físicos tiempo más tarde continuó con la extracción de un tumor maligno de un riñón, organismo que algunos años más tarde acusó además el drama de habérsele detectado la enfermedad de Parkinson en un control rutinario. A principios del año pasado el legendario boxeador vivía en Miramar, acompañado de su pareja, con la preocupación de tantas complicaciones físicas hiriéndolo de manera simultánea, cuadro de situación que lo tuvo en alerta ante la llegada del covid-19 en la zona donde residía.

 

Agradeciéndole a Dios su prolongación en la faz terrestre, aún con los severos malestares que golpearon su cuerpo, mantuvo su dignidad personal aún con el endurecimiento de su cuerpo, lo cual lo obligaba a comunicarse bastante de manera escrita con los medios que lo consultaban o aquellos interesados en su salud. En diálogo con una agencia nacional, el boxeador sostuvo que “soy un cuerpo frenado, el Parkinson no la produjo, el boxeo en sí, y como boxeador la misma se torna más complicada", un sinceramiento muy doloroso.

 

En esas declaraciones, el histórico campeón supergallo AMB además indicó sincero que “el Parkinson no mata a nadie, pero dificulta bastante el buen vivir. Mi salud se deteriora por un proceso neurodegenerativo en las células que necesita el cuerpo humano. Tomo un medicamento con dopamina para compensar esa carencia, pero produce limitaciones en la estabilidad, habla y deglución. Demostrando la misma resistencia que cuando peleaba en el ring, Sergio Víctor Palma ejerció una batalla digna que claudicó hace muy pocos días.                                                                           

Imágen: Télam // Archivo Estadio Luna Park.

Fecha de Publicación: 19/07/2021

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