Sergio Agüero y una decisión equivocada con un costo deportivo imprevisible

Sergio “Kun” Agüero cada noche que pasa en suelo catalán debe estar viviendo una gran e inolvidable pesadilla. Hay decisiones equivocadas que pueden tener un costo mínimo en la maniobra general, pero hay otras que definitivamente provocan un infinito caos para el autor de esa determinación errónea. Sería muy fácil echarle la culpa al propio Agüero por no hablar en la intimidad con Messi y preguntarle si permanecería en el Barcelona, detalle que no es menor ante la realidad de los hechos vigentes, pero también es cierto que en ese juego de idas y venidas que tienen las estrellas futbolísticas, haber conocido con bastante antelación la decisión del delantero rosarino actualmente jugando en el PSG, podría haber generado un caos en la logística de los grandes pases que tuvo el poderoso fútbol europeo durante el último receso en el verano del viejo continente.

En el entramado de los grandes pases internacionales del fútbol, hay decisiones que no se pueden exhibir hasta el último segundo, pues de conocerse con antelación la maniobra, la misma correría riesgo de terminar en estruendoso fracaso. Las fallidas negociaciones entre el Barsa y Messi durante el último año para que este astro permaneciera en el club catalán fueron numerosas, pero siempre con saldo infructuoso. El famoso burofax que envió en su momento el jugador al gran club español fue la primera señal de alerta, dejando entender a la vista de todos que la supuesta armonía entre la estrella y su equipo se había quebrado de manera irreconciliable, por más que las partes involucradas hasta último minuto dieron un último esfuerzo buscando pegar un cristal demasiado delgado que no tolera adhesivos demasiado ostentosos.

Cuando el equipo culé tomó la determinación de no renovar el vínculo con Lionel Messi, ya era muy tarde para el “Kun” Agüero, quien pensando que mudándose al Barsa tendría la chance de compartir equipo con su amigo y colega, firmó con el equipo español teniendo la sensación que estaba concretando el pase de su vida, una fatal determinación que de no hallar un camino de reconversión futbolística puede sumir al reconocido ex-delantero de Independiente en un depresivo clima tanto en lo anímico como en lo deportivo, generando un problema extra para Lionel Scaloni, quien desea contarlo entre los convocados para el Mundial Qatar 2022 a fines del año que viene. Si el reconocido atacante con un muy buen poder de gol durante su estadía en la liga inglesa comienza a sufrir el pésimo momento de la institución catalana, puede ocurrir que llegue al final del próximo año fuera de nivel y sin la confianza necesaria para revertir este pésimo momento de su carrera.

Obviamente Lionel Messi decidió por su seguridad deportiva no hacer público ante nadie la determinación que asumiría, cuando el Barcelona presionó a esta estrella indicando que no tenía dinero suficiente para mantenerlo en el club según las reglamentaciones vigentes, lo que colocó a la gran estrella rosarina en un brete de profundas dimensiones. Cuando el principio de acuerdo con los jeques árabes para incorporarse al PSG francés asomó firme en el análisis, ya había transcurrido ese lapso de limbo que Agüero tenía para meditar con calma si valía la pena dejar el fútbol inglés para mudarse al corazón de España, sabiendo que ese traslado le permitiría compartir club con su amigo y compañero de la selección de nuestro país. El día que Lionel Messi anunció que su futuro proseguiría en el París Saint Germain, no es extraño pensar que muy probablemente Agüero contemplara buscar todas las argucias posibles para rescindir su reciente ingreso a la institución catalana, retroceso imposible a esta altura de las circunstancias.

La innegable somatización de comprender que tal vez su decisión de mudarse al Barsa era una de las peores decisiones de su carrera deportiva, cobró vida cuando Agüero en uno de sus primeros entrenamientos en el club culé sufrió una inesperada lesión, percance físico que lo obligó a permanecer varias semanas fuera de las canchas. El calvario que estaba en ese momento viviendo el famoso delantero de Independiente que militó exitosamente en el fútbol inglés hasta principios de temporada, pareció pasarle factura al organismo del atacante, que veía desde su casa como París se rendía a los pies de Messi, mientras todo su futuro estaba jugado a un equipo sin su principal estrella, un técnico discutido y todas las presiones por semejante éxodo deportivo en el futbol de España.

💪 ¡@aguerosergiokun continúa con su recuperación! 💙❤️ pic.twitter.com/7e0TAWCsMW

— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) September 4, 2021

Cuando finalmente pudo incorporarse primero a los entrenamientos y más tarde al juego de su equipo de manera paulatina, las cosas en el Barcelona se estaban poniendo mucho peor que en la isla canaria de La Palma atacada por el reflujo de un volcán. El equipo de la localidad catalana ya estaba desnudando los problemas de no contar con el delantero rosarino, mientras su técnico Ronald Koeman no encontraba la vuelta para enderezar al equipo sin su máxima estrella y goleador. Los partidos pasaron, el Barcelona comenzó una racha de fulminantes derrotas, secuencia a la que se sumó el catastrófico choque con el Real Madrid, duelo que los catalanes perdieron de manera inapelable, provocando un clima enrarecido en la cúpula dirigencia, quien dejó de ver al añejo técnico holandés con buenos ojos. Los pocos minutos de Sergio Agüero en la cancha hasta ese momento no le sirvieron de mucho, más allá de marcar un gol, porque el equipo luce herido de muerte al menos en lo que corre del actual campeonato.

Molestos y muy fastidiados por las interminables derrotas del equipo culé, los hinchas del Barsa el último fin de semana mostraron la peor cara del fútbol, cuando varios fanáticos se abalanzaron sobre el auto de su director técnico para golpearlo y reclamar por la mala campaña del equipo. El entrenador holandés sabía que estaba en la cuerda floja, situación que explotó este último miércoles cuando el equipo catalán perdió como visitante frente a Rayo Vallecano por 1 a 0, partido donde Sergio Agüero jugó desde el arranque, labor en la cancha que lo halló con cuatro ataques de cierto riesgo, varias pelotas perdidas y gran síntoma de decaimiento anímico en muchos pasajes del encuentro. La comisión directiva del Barcelona no se anduvo con vueltas y después del match, llamó a Ronald Koeman a fin de avisarle que su ciclo en el equipo culé había finalizado, tiempos donde el Barsa se inclinaría a buscar al entrenador Xavi Hernández, un histórico que podría devolverle a la institución catalana la mística perdida en los últimos tiempos.

Enfrentado a una realidad inimaginable, con su equipo en los últimos puestos, sin técnico y sumido en un colapso general del que no saldrá rápidamente, Sergio “Kun” Agüero debe hallarse sumido en una previsible y aceptable depresión, tomando conciencia del enorme error de mudarse a un famoso club por sus intuiciones, ignorando que el factor dinero de nuevo vuelve a convertir todo en sustancia imprevista de control. Aguardando que todas las tensiones se aplaquen en la entidad catalana hasta que llegue un nuevo entrenador y sin la cantidad de minutos necesarios en la cancha hasta el momento, el delantero más de una vez debe estarse reprochando su decisión y también el enigmático silencio expuesto por su amigo Lionel Messi, tal vez el motivo central de abandonar el fútbol inglés para ir tierras desconocidas solo por estar con su compañero de la selección, un pase que puede tener todavía derivaciones desconocidas en el futuro del ex-delantero de Independiente.                                  

Imágenes: Redes Sergio Kun Agüero // Redes Barcelona