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Se fue el DT Carlos Timoteo Griguol, aquel que alentaba golpeando un brazo en el pecho

El histórico entrenador argentino que falleció a los 86 años ayer, se encontraba muy mal de salud, cuadro médico que se agravó muy velozmente por una neumonía y la presencia de coronavirus en las últimas semanas.

Cuando se pronuncia el nombre de Carlos Timoteo Griguol vienen a la mente muchísimas imágenes, pero hay tres que siempre quedarán en el recuerdo. La primera el infinito gesto de cariño con los jugadores más jóvenes, casi hablándoles como un padre, cuando estos se preparaban para salir al campo de juego. La otra, con el paso de las temporadas y también de los torneos, la clásica boina oscura que usaba para cubrir un cabello que comenzaba muy rápido a evaporarse, convertida también en misteriosa cábala. La tercera, sin dudas, es la más popular del mundo deportivo, cuando los jugadores pisaban el pasto camino al círculo central, el DT les pegaba cariñosamente, pero con fuerza, un choque de su brazo y mano con el pecho del futbolista. Esta última sin dudas fue la que más sedujo a todos los fotógrafos y camarógrafos de TV, hasta convertirla sin dudas en un infaltable clásico de las transmisiones para la pantalla chica. El hombre de estos recuerdos, desgraciadamente ayer partió físicamente, pero su impronta, simpatía y la inconfundible garra que le ponía a todos los partidos, se mantendrá por los siglos de los siglos.

 

Nacido en Las Palmas, provincia de Córdoba, Carlos Timoteo Griguol llegó al mundo un 4 de septiembre, en 1934, con destino de leyenda deportiva, algo que consiguió desde que su corazón lo guio a tomar el conocimiento para convertirse primero en futbolista y luego en Director Técnico. Su familia debió soportar en los últimos días una infame cadena de fake-news (noticias falsas) por las redes en las que se indicaba su defunción hace bastante tiempo, pero lamentablemente “el Viejo”, como le decían sus más cercanos y aquellos que lo trataban constantemente, estaba muy complicado de salud por un cuadro de neumonía agravado por coronavirus. El gallego tenía 86 años y se encontraba internado hace veinte días en el sanatorio porteño de Los Arcos, ubicado en la Avenida Juan B. Justo. Se hace inevitable recordar que el legendario entrenador deportivo de Ferro, Gimnasia y Rosario Central, entre otros clubes, padecía de un tiempo a esta parte de Alzheimer, situación a la que se sumó en las últimas semanas desafortunadamente una afección pulmonar agravada por el coronavirus. El prestigioso DT argentino había sido vacunado contra el coronavirus a fines de febrero, pero tanto Carlos como su esposa contrajeron la enfermedad muy poco tiempo después.

 

Su cuadro de salud había vivenciado altas y bajas, situación en la que durante las últimas semanas se habían presentado síntomas de leves mejorías, aunque su cuerpo comenzó un veloz deterioro en los últimos días. En medio de la conmoción por semejante pérdida, el exjugador Víctor Hugo Marchesini, uno de sus yernos, confirmó la devastadora noticia a través de las redes sociales, con el siguiente texto: "Se nos fue Timo. Gracias por todo Viejito, imposible no tenerte presente minuto a minuto. Te voy a extrañar. QEPD". Esto fue replicado en cadena por muchísimos usuarios de las redes sociales, esta vez sabiendo que no se trataba de una información falsa creada a propósito. Aquel cruel intento de los usuarios digitales de retirarlo de la vida antes de tiempo, había cobrado forma cuando en esos bastardeados circuitos sociales de mensajes había trascendido la falsa noticia acerca de su muerte, momento donde todo el plantel de Gimnasia hizo un homenaje al llegar al estadio 1 para jugar el tradicional clásico ante Estudiantes, portando vistosas gorras con la inscripción “Fuerza Timo”. La carrera de este magnífico entrenador muy querido por todo el fútbol y aquellos que lo conocían de la vida cotidiana, obviamente había cobrado fuerte impacto cuando el gallego dirigió a Ferro Carril Oeste en los años 80. Su llegada a esa institución en el barrio de Caballito marcó sin dudas un antes y un después.

 

 

De la mano de Carlos Timoteo Griguol, Ferro comenzó a forjar una personalidad de gran impacto en los partidos, mixeando un estilo aguerrido en el mediocampo y la defensa, pero con unos delanteros potentes que llegaban al arco rival portando una enjundia para conseguir el tanto y sacudir a sus rivales. Mostrando sus numerosos conocimientos en la planificación de los partidos, el Viejo llevó a los portadores de la casaca verde y blanca a dos títulos inolvidables para la historia de ese club, primero consiguió el Nacional 1982 y dos años más tarde repitió con el Nacional 1984, temporadas en las que contó para esas competencias con grandes figuras como Héctor Cúper, Oscar Garré, Adolfino Cañete y Alberto Márcico en el equipo. Su partida de la institución de Caballito, fruto de algunos cambios dirigenciales, terminó convirtiéndose en el firme calvario para aquellos que no entendieron aquello de las buenas y malas rachas. Ferro Carril Oeste perdió su tradicional línea de juego, bajo velozmente en los promedios generales, la suerte se ensañó bastante en algunos torneos y en la actualidad navega en el Nacional B con más pena que gloria, tras un histórico pasado de títulos y prestigio deportivo.

 

El destacado entrenador, bastante quisquilloso, pero al mismo tiempo jadón y divertido por demás, era lo que se dice un “personaje” y el fútbol lo amaba con enorme pasión, la misma que él le ponía a cada partido, entrenamiento o jugada planificada para demostrar todo lo que sabía cuando sus dirigidos entraban al campo de juego. El talento de Carlos Timoteo Griguol quedó a la vista cuando después de su carrera dirigiendo en Ferro Carril Oeste, pasó a otras instituciones, pero su pasado de gloria había dejado una huella imborrable en el club de Caballito, sin olvidar que en 1973 llevó a Rosario Central a obtener el Torneo Nacional con una campaña que los Canallas jamás olvidaron.  En los años 90, cuando nadie imaginaba que un día Diego Armando Maradona se ubicaría en el mismo rol que el simpatiquísimo gallego en el viejo milenio, consiguió que Gimnasia y Esgrima La Plata obtuviese el subcampeonato en los torneos Clausura 1995 y 1996, sin olvidar tampoco la misma ubicación en el campeonato Apertura 1998. La carrera de Carlos Timoteo Griguol en el fútbol argentino también lo encontró dirigiendo a Kimberley de Mar del Plata allá por 1979, a River Plate en el periodo 1987/88, cuando se había retirado muy fastidiado el Bambino Veira tras conseguir todos los títulos posibles en un año. Griguol también se dio el gusto de dirigir a Unión en el 2002, pero la campaña no fue la idea.

 

No se mostraba realmente muy enamorado de mudarse a otros países para continuar con su profesión, pero dos equipos lo hicieron reflexionar y allí fue el Viejo con enormes y sustanciales conocimientos a demostrar lo suyo con el Tecos de Guadalajara en México en el período 1975/76, mientras que dos décadas más tarde hizo una fugaz experiencia en el Real Betis de España en el lapso 1999-2000. Capaz y honrado, cabrán y simpático al mismo tiempo, no perdía oportunidad de seducir a propios y ajenos con sus salidas, una persona que en su profesión impulso a una generación para la dirección técnica como hicieron César Luis Menotti, Carlos Bilardo o el actual técnico del Leeds Marcelo Bielsa, quienes ayer manifestaron su dolor ante la novedad ocurrida en Buenos Aires. Su figura quedó eternizada en la espectacular estatua erigida en los jardines de la gran sede social de Ferro Carril Oeste en Caballito, un barrio al que Timoteo siempre volvió con todos sus sentimientos y un corazón teñido de esos colores. Tras conocerse la triste novedad de su muerte, la mayoría de los equipos hicieron saber a través de las redes sociales de su pesar por esta impactante novedad. La familia del gallego, amado por todos en cualquier hecho de la vida, decidió despedirlo con un mensaje muy elocuente que se retransmitió con gran celeridad en las redes sociales.    

 

“Con mucha tristeza les comunicamos el fallecimiento de nuestro amado Carlos Timoteo Griguol. Maestro del fútbol y de la vida, por eso lo llamaban cariñosamente el Viejo. No solo ganó campeonatos, sino que hizo hombres de bien. Nos tomamos de sus palabras: ‘Lo importante no es ser el mejor de todos sino el mejor que uno puede ser’. Siempre apostó a la seriedad en el trabajo, al esfuerzo, dedicación y respeto. Un luchador dentro y fuera de la cancha. Ocurrente, inteligente y divertido. Durante muchos años sobrellevó una enfermedad, cuidado amorosamente por Betty y su familia. Hoy lo despedimos con mucha pena. Queremos recordarlos así, en las puertas del cielo, de pie, dando su típica palmada en el pecho. Agradecemos todas las muestras de cariño que recibimos y los invitamos a despedirlo cuidándonos entre todos visitando la página de Facebook - En memoria de Timoteo Griguol".

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