Los refranes se amontonan para converger en una situación no inesperada. “Quien mucho abarca, poco aprieta”. “Lo que arranca mal, termina peor”. “Con amigos así, no necesito enemigos”. La lista podría seguir varias páginas, pero lo central del asunto es que después de un catastrófico 2021 donde ninguna de las cosas que intentó tuvo final feliz, el exitoso empresario y animador televisivo Marcelo Hugo Tinelli arrancó esta nueva temporada de actividad con otro fracaso que había quedado colgando del arbolito de navidad durante las últimas semanas. La grave secuencia de situaciones fallidas que involucran el reconocido conductor de la pantalla chica, desbordó todas las previsiones posibles, desmoronándose a poco de acumularse en un año con demasiadas situaciones negativas.
Los actuales tiempos políticos no solo no lo ayudan, sino que le agregan serios obstáculos para desarrollar los objetivos que se había prefijado hace un par de años. La paciencia del contexto dirigencial se agotó, el silencio y las frases de rigor jamás tuvieron efecto en las personas que desconfiaron de su labor y el reciente cruce de temporadas se convirtió en el momento justo para provocar un cambio, novedad que se auguraba antes de las fiestas del cierre de año en esta parte del continente. A excepción de algunos momentos donde logró acaparar el apoyo de los hinchas sanlorencistas en algunos objetivos, muchos importantes en la historia de la entidad, el desembarco de Marcelo Tinelli en el mundo futbolístico en estos años desembocó en más fracasos que aciertos y ahora la realidad le pasa factura.
El empresario esquelino-bolivarense asumió la presidencia de la LPF hace bastantes meses y su presencia en ese organismo cada semana acumuló durísimas críticas, primero a nivel subterráneo y después muy estruendosas en la superficie. Su ausencia en la entrega de premios del último torneo de esta entidad, otro título para River en un 2021 óptimo en conquistas, lo halló insólitamente en su chalet de Punta del Este vacacionando con toda su familia, mientras en Santiago del Estero otros dirigentes ocupaban su cargo entregando la copa y medallas al equipo millonario. Esa controvertida imagen denotando una ausencia a todas luces muy presente, hizo estallar de inmediato la térmica de todos los directivos del conglomerado dirigencial, quienes se mancomunaron en reclamar su renuncia al cargo.
Un momento crucial en la previsible intentona de consolidarse fuerte en la conservadora órbita deportiva, marcó sin dudas su destino, desandando de ahí en más algunas victorias e incontables derrotas, advirtiendo que su destino en el mundo futbolístico no tendría esos históricos logros alcanzados en el mundo de la televisión. El patético resultado de 38 a 38 en la elección para presidente de la AFA con un total de 75 votantes habilitados, expuso a la vista de todos, que los tejes y manejes del principal deporte profesional en el país están a la orden del día para no permitir el acceso de quienes se aventuran en conseguir poder y fuerza dentro del contexto institucional vinculado al mundo de la pelota. La imposibilidad de consagrarse como presidente de la máxima entidad, signó todas sus movidas después.
Marcelo Tinelli intentó batallar en muchos frentes de manera simultánea y en ninguno las cosas le salieron bien. Supuso que podría continuar con su actividad televisiva, sin relegar sus obligaciones como presidente de San Lorenzo, pero al poco tiempo debió solicitar una licencia en la institución de Boedo, buscando remontar un calendario 2021 en la pantalla chica que siempre lo encontró humillado por múltiples circunstancias. Aquellos que en su momento lo votaron para llevar las riendas del club del Bajo Flores, advirtieron que todas las promesas, como lo dice Charly García en su canción, terminaron en el bidet. El enojo de los hinchas “cuervos”, la horripilante campaña de los “santos” a lo largo del año y varios técnicos renunciados, también hizo eclosión en una entidad donde nadie oculta su bronca.
Transcurrieron muy pocos días luego de la última emisión de “ShowMatch”, un programa que expuso acumulación de óxido artístico y nulas renovaciones, para que el empresario recibiese la estocada que menos esperaba en un 2021 aciago y demoledor: la casi totalidad de los presidentes de los clubes de fútbol se unieron reclamando su renuncia a la LPF, dejándole saber que si no presentaba su dimisión al puesto, un artículo en el reglamento del organismo les permitiría llamar a elecciones y destituirlo de la manera más traumática que pudiese cobrar forma. Algunos intuyeron en esto un intento de la AFA de quedarse con la entidad que presidía el marido de la modelo Guillermina Valdez, pero los clubes rápidos a la hora de moverse se despegaron de ese probable tinte político y exigieron una total renovación.
Marcelo Tinelli, un talentoso profesional del mundo de las comunicaciones, construyó en las tres últimas décadas una carrera sobrepoblada de éxitos y situaciones positivas, pero el desdoblamiento en muchas actividades, especialmente aquellas no artísticas, desnudaron a poco de encaradas la endeblez de un hombre que voy recibe el rechazo de aquellos que en su momento lo apoyaron ciegamente. En la tv, todavía le queda un año de contrato en “El Trece”, pero la emisora del barrio de Constitución dejó de considerarlo la carta fuerte de su programación, corriéndolo de horario varias veces, achicando su duración en pantalla, sin olvidar tampoco que su añejo formato artístico tuvo el peor rating de toda su historia en la tv, reflejando la absoluta rotura en la relación con buena parte de los espectadores.
Demasiados traspiés en distintos ámbitos, impactaron en el seno interno del prestigioso y querido animador televisivo, espacio familiar desde donde le reclaman insistentemente que deje algunas actividades no artísticas que le provocan innecesarias complicaciones, asomando el pedido para que deje la presidencia de San Lorenzo y también la LPF. Tras ese pedido dirigencial para que renuncie a su cargo en la Liga Profesional de Fútbol, Tinelli tampoco descarta alguna decisión similar en otro contexto, aunque su fervoroso sueño de asumir la misión para construir un nuevo “Gasómetro”, en donde funcionó la añeja cancha con tablones de madera sobre la Avenida La Plata, lo mantiene expectante en su contexto deportivo, por más que muchos fastidiados hinchas sanlorencistas lo tengan entre cejas.
Después de acusar el impacto de esa reunión que pidieron los presidentes de los clubes en la semana navideña, para tratar el tema de remover a su actual presidente, Marcelo Tinelli inmediatamente calificó el reclamo como un “golpe artero”, sospechando que detrás de la maniobra se encontraba Claudio “Chiqui” Tapia y sus socios de la AFA. Una reunión en la semana previa al cruce de calendario, con la dirigencia reunida pidiendo respuestas, frenó sus intenciones de inmediata remoción, para aceptar un nuevo encuentro este martes 11 de enero al mediodía, sorpresiva y particular dilación del reclamo, donde se insinuó que toda esta maniobra defensiva fue respaldada desde Balcarce 50, para evitar un intenso choque a la vista general de los interesados en medio de las tradicionales fiestas de fin de año.