Racing debate como actualizar su estructura futbolística en medio de un gran caos

La realidad es devastadoramente cruel e inocultable. Si los directivos de Racing en algún momento pensaron que echando a Juan Antonio Pizzi solucionarían el poderoso problema que el club de Avellaneda ostenta en los últimos meses, la decisión que aplicaron ante ese devenir traumático fue insulsa, fallida y detonadora de nuevos problemas. Los hinchas del equipo blanquiceleste están muy pero muy enojados y tienen total razón: Racing hace seis meses o más que no juega a nada, sufre horrores defendiendo y cuando recupera la pelota no tiene la más mínima idea que hacer con ella, planteo que obviamente ha provocado la previsible secuencia de derrotas y devaluados empates que obtuvo la Academia desde que echaron a Pizzi como si hubiese traicionado al mismísimo Jesús. 

Al ex– entrenador lo tenían entre cejas y ni siquiera por respeto lo dejaron llegar a dirigir el partido que podía haberle dado un escueto avance en la Copa Argentina, compromiso decisivo de la actividad local que encontró al equipo de Avellaneda finalmente eliminado por la mala puntería de Copetti en la ejecución de penales luego de igualar 3 a 3 el match que jugó en el interior del país. Estando abajo en el score 3 a 1, los jugadores racinguistas hicieron lo posible para remontar semejante desventaja logrando la igualdad en el último minuto con un cabezazo del mismísimo Copetti, destacado atacante que cuando caminó a patear el quinto penal con el resultado 4-5 se lo notó agotado, remate que el arquero rival contuvo provocando el adiós al último torneo donde Racing figuraba con cierta posibilidad de alcanzar uno de los objetivos anuales planteados.

Desde ese momento y con el consuelo de mantener una ubicación digna en la copa de la Liga Profesional de Fútbol, el equipo blanquiceleste deambuló errático en la mayoría de los partidos disputados hasta el último fin de semana. Bastaba escuchar a los seguidores de la Academia para saber el disgusto que estaban y están viviendo. “Toman la pelota en el medio y empiezan a lateralizar el juego sin avanzar, están minutos y minutos sin tirar un pase hace adelante, es imposible conseguir resultados con esa postura”, exclaman muy serios los fanáticos más añejos del equipo, muy disgustados especialmente con Lisandro López, estrella del club que volvió del anodino fútbol de los Estados Unidos para ponerle el hombro al club de sus amores, pero que no se destacó en ninguno de los partidos de los que tomó parte.

El fastidio de los seguidores de la Academia creció con el paso de las fechas, semanas en las que “Licha” pidió que el plantel hiciese una severa autocrítica para resurgir de esa seria situación de constantes resultados negativos, pero la opinión del delantero que está casado con una de las hijas del presidente de la institución Víctor Blanco, cayó muy mal tanto en el seno del vestuario racinguista como en los hinchas y directivos de la entidad. Nadie por esas horas optó por responderle, pero sus declaraciones solicitando que Racing asuma una posición analítica para mejorar su desempeño actual, sin dudas incomodó tanto que hasta el nuevo director técnico Claudio Úbeda encontró incómoda esa solicitud de alguien que en su momento abandonó la entidad recientemente casado, para jugar en el intrascendente fútbol de los Estados Unidos, estadía donde participó de pocos partidos, regresando casi a poco de haberse mudado a territorio norteamericano.

Desde entonces los hinchas racinguistas sufrieron el malestar de ver a su equipo jugando sencillamente horrible, pero desde sus hogares con la obvia distancia de la televisión para resistir las complicaciones sanitarias en épocas pandémicas. El último domingo, después que se permitió la presencia de hinchas en los estadios, los dirigidos por Úbeda jugaron de local frente a Estudiantes, equipo al que vencían con un sufrido 1 a 0, que faltando muy poco para desgracia de los académicos finalizó con el tanto que marcó la igualdad de ese encuentro, momento donde miles de fanáticos de la Academia explotaron insultando a la dirigencia, el técnico reemplazante y obviamente al equipo que ingresó al campo de juego.                        

Terminó el juego. #Racing y Estudiantes empataron 1 a 1 ⚽.

A los 2' del complemento abrió la cuenta Moreno para la Acadé y a los 35' igualó Godoy. #RacingVsEstudiantes #Torneo2021 pic.twitter.com/yWAszZ7aiB

— Racing Club (@RacingClub) October 4, 2021

Semejante presión con la gente haciendo público su disgusto y bronca repercutió fuerte en el seno de la institución, desatando los esperables rumores sobre la inestabilidad de Úbeda en su puesto, algo que el mismísimo Rubén Capria debió desmentir en las últimas horas a nivel nacional. En una entrevista concedida a la cadena ESPN, el ex–volante académico le dijo a esa famosa señal deportiva que “con Úbeda la idea de seguir hasta diciembre e ir trabajando lo que viene, Claudio es parte del club, de las formativas. Confiamos en que este momento lo pueden llevar adelante, él y su equipo técnico son parte firme del club, son elementos confiables en la estructura que tenemos”, tal los conceptos del dirigente, quien no pudo ocultar su enorme disgusto sobre la cantidad de versiones que daban al técnico fuera de la institución de Avellaneda antes del próximo encuentro como visitante.

Capria también se refirió a la danza de nombre que giran para reemplazar a Úbeda en ese puesto y el manager deportivo de Racing sostuvo que “hay varios que pensamos, pero después hay condiciones que son complejas, algunos están trabajando y otros no, pero ven los momentos de iniciar el proceso, Argentina no está fácil, esto también complica. En ese sentido uno busca la mayor jerarquía posible, pero siempre termina siendo una apuesta, no es solo la experiencia, sino terminarían dirigiendo 10 entrenadores. Buscamos ahora una persona que tenga peso propio, un recorrido, la autoridad para poder tomar el equipo y sacarlo adelante, hay que ver qué es lo que hay en el mercado para finalmente elegir”, tal la declaración del manager deportivo racinguista, coronando una semana muy difícil en una de las dos principales instituciones deportivas de Avellaneda.                    

Imágenes: Télam / Racing Club