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Poesía contemporánea Volumen V

Una nueva entrega del análisis literario de las mejores producciones de las hinchadas de nuestro país.

Buenas tardes a todos amigos lectores de Ser Argentino, estoy muy contento de poder traerles, en este humilde acto, una entrega más de nuestra sección titulada “Poesía Contemporánea”. Por si no la conocían, les comento muy someramente que se trata de un análisis, con las herramientas de la crítica literaria, de los verdaderos poemas que las hinchadas argentinas nos regalan todos los fines de semana (al final del artículo pueden encontrar los links a las ediciones anteriores).

Ahora sí, sin más preámbulos, pasemos a la pieza literaria que nos convoca. En este caso no tengo la certeza de cuál fue la hinchada que la inventó porque, como cualquier clásico que se precie de serlo, muy rápidamente rompió las barreras partidarias y se inoculó en todas las tribunas de nuestro país. Dice así:

San Lorenzo se cansó
de pagar el alquiler
ya lo echaron de La Boca
de La Quema y de Liniers

Desconozco los avatares de las mudanzas de localía a las que hace referencia el poema (ya los voy a investigar y se los contaré, pero si alguien los tiene frescos y sería tan amable de contarlos en los comentarios, le estaría totalmente agradecido). De todos modos, me parece un gran comienzo de canción. La rima “alquiler” con “Liniers” me hace pensar en que estamos frente a verdaderos conocedores del idioma, no es fácil rimar absolutamente nada con Liniers. Estos poetas lo lograron. Sigue:

Le pusieron cuatro sillas
le van a poner la luz
cuando esté la cancha lista
se las compra Carrefour.

Y acá se mezcla, por primera vez en el poema, los dos conceptos fundamentales que establecen la particularidad de los poemas que venimos analizando en esta sección: por un lado la capacidad literaria y por el otro la de atacar donde más le duele al rival. Avancemos.

Vos sos así
Cuervo tarado
fui a tu cancha y me encontré un supermercado.

Hermoso. La poesía nos da estos privilegios: no hay que subsumirse a la realidad, el mundo de la ficción es mucho más poderoso. No creo que jamás haya habido nadie que haya ido al predio de Avenida La Plata pensando en encontrarse con un estadio para llevarse la sorpresa de que había un supermercado. Pero esta forma de narrarlo es, sin dudas, la mejor que se puede concebir. Hay más.

Una bandera roja y azul
y un carrito que decía Carrefour.
Yo no sabía lo que hacer
agarré un chango y empecé a recorrer.
Compré frutas y verduras
y un pescado me robé.
Nuestra cancha es de cemento
la tuya es un almacén.

Con el éxtasis del final, la coda del poema, la literatura nos explota en las manos llenándonos de gozo. Primero, la rima asonante de “Carrefour” con “azul” es hermosa. Después, haber encontrado el hecho artístico de que la bandera del supermercado (como referencia a su país de origen) y del club de Boedo tenga los mismos colores. Acto seguido, la voz poética narra un recorrido, azorado, por las instalaciones comerciales. Dice que aprovechó y compró algunos víveres hasta que, al llegar a la pescadería, quizás incitado por los precios de los productos, ya no compró sino que robó. ¿No es una manera maravillosa de meter el mundo del hampa, tan valorado en este género poético, de una manera sutil y solapada?

Un párrafo aparte para las últimas dos líneas, llamar “almacén”a la cancha habla de un poder sintético admirable: no solo se agravia a San Lorenzo, sino que, de paso, se le baja el precio al supermercado francés. Que me parta un rayo si encontramos este grado de poesía en estadios de otros lugares del mundo. ¡Que viva la poesía! ¡Que viva el fútbol! ¡Que viva Argentina!

Si quieren consultar las notas anteriores, este es el Vol I, este el Vol II, este el Vol III y este el Vol IV.

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