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Nacimiento de una estrella caída

Te contamos un poco de la biografía de un golfista que nació un día como hoy, triunfó en el mundo del deporte, y rápidamente se nos cayó del altar.

Se trata de Ángel Pato Cabrera, un golfista de renombre que nació en Villa Allende el 12 de septiembre de 1969. Este cordobés juega principalmente en el PGA Tour de Estados Unidos. En realidad, en el circuito y en todos lados es conocido como "El Pato" Cabrera. Hasta ahora, tuvo una trayectoria prolífica: ha ganado dos de los cuatro majors, el US Open en 2007 y el Masters de Augusta en 2009. ​Con este último reconocimiento, se convirtió en el primer latinoamericano en obtenerlo y posicionó a Argentina en el mundo del golf a nivel internacional.

Sus comienzos fueron cuando trabajaba como caddie en el Córdoba Golf Club de Villa Allende. De ahí también salió el exitoso jugador de golf argentino Eduardo Romero. Quien, entre charlas y juegos, se convertiría en su mentor. Con solo 20 años se convirtió en golfista profesional. En su cuarto viaje a Europa logró clasificarse para el Tour Europeo de 1996. Ese sería el comienzo de una carrera inolvidable, llena de galardones, premios y reconocimientos. Además de una fama intachable en el mundo del golf. También se convertiría en orgullo nacional, ya que nos representaría a todos los argentinos alrededor del mundo en las competencias. 

La caída

El Pato Cabrera fue una estrella, que brilló por poco tiempo. (O no tan poco). Dos mujeres lo denunciaron por ejercer violencia de género. Con todo lo que eso conlleva. Una figura pública que nos representa, un deportista de alta alcurnia, un destacado ícono de la argentinidad en el ámbito del golf. Siempre fue reconocido en los medios por su excelente desempeño como deportista. Incluso fue premiado por la reconocida Fundación Konex. Ya que obtuvo el Premio Konex 2000 y el Premio Konex de Platino 2010 como mejor golfista de la década en la Argentina.

Pero, justamente, su trayectoria viene a mostrarnos que no todo lo que brilla es oro. En esta época de reivindicación de los derechos de la mujer y rumbo a una sociedad que no tolere ningún tipo de violencia, es importante cuestionarlo todo. Un paso muy importante, y difícil, es también cuestionar a nuestros ídolos. ¿Quiénes son?, ¿cuánto poder tienen?, ¿son impunes?, ¿les tenemos que perdonar y permitir todo, solo por el hecho de que son talentosos? ¿A qué cosas habilitamos a nuestros héroes, admirándolos sin tapujos ni cuestionamientos? Lamentablemente, no es la primera vez que una figura pública es denunciada por violencia. Tampoco será la última. Por eso, es hora de revisar nuestras camisetas y nuestras idolatrías. Los artistas, deportistas, estudiosos, cantantes, músicos que amamos no son dioses, son humanos. Son humanos nacidos y criados en la misma sociedad enferma que nos cría a nosotros. Por eso, también deben ser cuestionados. Y de ahí surge la gran polémica sobre ¿separar la obra del autor?

Los hechos

La denuncia más polémica tuvo fecha en 2017. Fue su expareja, Cecilia Torres Mana, quien la llevó a cabo. Los motivos eran claros: golpes e insultos. Maltrato psicológico y físico tanto en el seno del hogar, como en el exterior de su casa. El proceso judicial es extenso, sin embargo, la última noticia fue que ordenaron la captura internacional del golfista, quien debía presentarse en el tribunal pero se encontraba jugando al golf en Estados Unidos. La jueza a cargo es Mónica Traballini y fue quien dispuso esta última orden. Del 2017 a esta parte sucedieron muchas cosas. Cecilia Torres, víctima de violencia y denunciante, difundió videos y grabaciones sobre los episodios que sufrió. Además, otra expareja llamada Micaela Escudero también lo denunció por violencia y cuenta con orden de restricción. ¿Cuántas mujeres más tienen que salir a denunciar?

Más allá de la justicia

Más allá de las imputaciones, declaraciones y condenas que se lleven a cabo en este largo proceso judicial, la idea de recordar la efeméride del nacimiento de "El Pato" debe teñirse con tintes trágicos. Creo que como argentinos y como sociedad en general debemos cuestionarnos qué lugares les otorgamos a las personas violentas. Qué reconocimientos, qué privilegios, cuánto poder. Muchas veces, las víctimas de violencia por parte de personalidades reconocidas tardan en denunciar porque, junto al proceso judicial, se viene un proceso social más fuerte. Enfrentarse a una revictimización por parte de la comunidad, escuchar los prejuicios de toda una sociedad y prepararse para que los medios hagan un espectáculo de la situación de vulnerabilidad.

Por eso, creo que es importante que, en todos los ámbitos, culturales, deportivos, artísticos, haya un amparo para las víctimas, y que la Justicia no tiene que hacer oídos sordos a estos tipos de denuncia. Por eso creo que ya no podemos tener héroes e ídolos que fuera de la cancha se comportan con máxima violencia. Porque esa idolatría otroga impunidad, y a esa impunidad la pagan las víctimas.

 

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