¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la sección“El fútbol es un juego de efectividad” aprendí del gran goleador uruguayo Sebastián Abreu. De loco, nada. Y es verdad. No existe premio al esfuerzo y menos al merecimiento. El que la emboca más, gana. No se si es más justo o no pero es claro como el agua. Ahora: hay formas y formas de embocarla en el arco. Y hay algunas que son una oda al talento. A veces colectivo, resultado de una combinación de pases, enganches, piques al vacío y desmarques exquisitos y otras del talento individual del pie “con un guante” como se decía antes. El fútbol argentino ofrece miles de goles de factura increíble.
Cuando uno hace memoria suele ser injusto. Olvidar hechos cuando menos. También está la subjetividad. Lo que para mí puede ser magnífico quizá para vos no tanto y ¿quién puede discutirnos los gustos? Así que voy a rememorar los que más recuerdo yo. Pido disculpas de antemano por todos los que puedo olvidar.
El primero que recuerdo fue uno del grandioso de Norberto “Beto” Alonso contra Alemania. Un amistoso jugado en Munich en 1973, un año antes del Mundial en ese país. Todavía se llamaba República Federal; el Muro caería en 1989. Tiro libre sobre la derecha del ataque nacional a la altura más o menos del vértice del área grande. “El Beto”, zurdo, a perfil cambiado se la clavó en el ángulo del primer palo de Sepp Maier, el imbatible arquero alemán que resultaría campeón del mundo. Y Argentina ganaría el partido tres a dos.
De ahí mi memoria salta obviamente al Mundial Argentina ´78. Como corresponde. “El Beto” no era muy tenido en cuenta por el nuevo técnico César Luis Menotti, que lo ponía de suplente a pesar de los pedidos de la gente. Pero en una muestra más de carácter de lo que es un ganador, ingresó solo siete minutos en el segundo tiempo contra Francia que le alcanzaron para darle un pase fenomenal a Leopoldo Jacinto Luque que clavó el 2-1 que nos hizo pasar de ronda. El hermano de Luque había fallecido un par de días antes pero “Leo” quiso jugar igual. Piel de gallina. Pero si hubieron dos goles que generaron locura fueron los de Mario Kempes para el 2-1 y Daniel Bertoni para el 3-1 en la final contra Holanda (hoy Países Bajos). La locura fue total. Nuestra primera Copa del Mundo.
Un año después un tal Diego Armando Maradona jugando el Mundial Juvenil de Japón 1979 (en que Argentina lograría su primer título juvenil) hizo un gol muy similar al que le haría a los ingleses en 1986. Diego decía que este de chiquilín fue el más lindo de su carrera...
Voy a saltar entonces hasta el ´86, ya que acá estamos. Mundial de México. Y el diez hace el segundo gol más lindo de los Mundiales. “El gol de Diego contra los ingleses”. La mejor apilada que vi en mi vida. Porque fue a nivel Selección Mayor, en un Mundial, contra una potencia del fútbol y en una instancia mata-mata. No creo que haya mucho más para agregar sobre este gol. Quizá que recorrió 52 metros en 10.6 segundos y le metió 12 toques con su zurda mágica al balón. El de “La mano de Dios” fue un lindo gol si fue con la cabeza. Que nació de una avivada de Maradona de ir a buscar un despeje hacia atrás de un zaguero alemán y ganarle al propio arquero rival. Si realmente fue con la mano y producto de una avivada eso para mí invalida todo mérito.
Otro ineludible es el gol del Cani a Brasil en el ´90. A pesar de que no me gusta usar la palabra, fue épico. Semifinales del Mundial en Italia. Argentina no tenía a un gran equipo pero tenía a Maradona. Los brasileros tenían un equipazo. En el primer tiempo no cruzamos la línea del mediocampo y ellos nos llenaron a pelotazos en el palo. Pero Diego a pesar de su tobillo maltrecho apiló a tres brasileros y cedió para dejar a Caniggia solo contra Taffarel. “El hijo del viento” después dijo que iba a definir directo pero que prefirió eludir al golero en lo que fueron los dos segundos más largos de la historia, para tocar a la red con el arco vacío y conquistar uno de los goles más gritados de la historia.
Contra Brasil hay un algo especial sea en Mundial o en amistoso. Esos goles se recuerdan más. Y ahí tenemos unos cuantos por Copa América, como el de Claudio “El Piojo” López. Creo que el primero grande de verdad contra la verdeamarella. El Maracaná lleno de brasileros y “El piojo” que pone un zurdazo asesino desde un ángulo imposible casi contra la raya de meta y silencia al estadio. Lo gritó el país entero. También contra Brasil está en inolvidable de Leo Messi al ángulo para el 4-3. Y el de Ángel Di María para el 1-0 que nos coronó Campeones en 2021 de Copa América. Después de un milimétrico pase de Rodrigo De Paul… dos cuestionados siempre…
Me voy hasta 1994 en Estados Unidos, para seguir una línea cronológica. El Seleccionado de Alfio Basile venía de ser Bicampeón en las Copa América de 1991 y 1993. Teníamos un equipazo, el que hasta la "Scaloneta" tenía el récord de partidos invicto. Jugaba una barbaridad ese seleccionado. Sin Diego, que se había retirado por primera vez. Pero sin embargo la clasificación se complicó hasta el repechaje con Australia y ahí volvió el Gran Diez. Ya en el Mundial clavó un golazo al ángulo derecho del arquero griego, después de una pared magnífica y múltiple entre Fernando Redondo, Gabriel Batistutta y él mismo. Fue el que gritó a la cámara con la cara desencajada de bronca y emoción, no de cocaína como estúpidamente se dijo en su entonces. Si no nos hubieran sacado de ese Mundial (hubieron otros casos de doping comprobados en donde se suspendió al jugador pero no al equipo) éramos campeones sin la menor duda.
De los que yo recuerdo tengo que saltar a 2006 porque en 2002 nos volvimos en primera de la mano de Marcelo Bielsa y con un equipo que ganó las Eliminatorias caminando. Reloco que si no clasificábamos casi de pedo no valía en una época. Y acá me quiero detener en la Selección Mayor dirigida por José Pekerman. Que venía de ganar dos Mundiales Juveniles con tremendos equipos que jugaban como los dioses. Ese equipo nos dio en 2006 el gol con más toques de la historia, que terminó en la red del arco de Serbia gracias a una llegada de Esteban “Cuchu” Cambiasso, que jugaba de ocho. Fueron veintisés toques que involucraron a nueve jugadores de todas las líneas, enormes como Juan Sorín, el propio Cambiasso en mitad de cancha, Román Riquelme, Javier Saviola, Maxi Rodríguez y Hernán Crespo, que tiró un taco adentro del área para habilitar a un Cambiasso que llegaba libre. Lo que grité ese gol, madre mía. Y eso que el control y la paciencia eran un clásico de los equipos de Pekerman. En octavos de final fuimos testigos de otro de los más gritados: el famoso de Maxi Rodríguez en octavos contra México, cuando el partido se moría e íbamos a los penales. No solo bajó de pecho un cambio de frente infernal, sino que antes de que pique en el piso remató al arco de volea y la clavó al ángulo del segundo palo. Fue el principio de la paternidad sobre los pobres mexicanos.
Pero 2006 fue un Mundial inolvidable también porque fue el primero de Leo Messi en la Selección Mayor. Y con toda su magia llegaron cientos de goles increíbles que gritamos como locos. Coronados por el de la Final contra Francia y los penales. En el medio los hizo de tiro libre preferentemente al ángulo, apilando rivales y eludiendo patadas, de cabeza, de pared con varios y distintos socios, de larga distancia y de abajo del arco. Emociones muy fuertes porque fueron goles de la Selección pero también de él, ese ser mágico, humilde, bueno y generoso que es el mejor de la historia.
En 2010 ¿cómo olvidar el de Martín Palermo contra Perú en las eliminatorias? Imposible. Después de tres derrotas (entre ellas el escandaloso 6-1 en Bolivia) habíamos empezado ganando con un gol del Gonzalo "Pipita" Higuaín tras un pase filtrado de Pablo Aimar, pero los de la banda nos empataron en el minuto cuarenta y cuatro del segundo tiempo y nos dejaron al borde de no clasificar. Hasta el tercer minuto de descuento. Ya estaba en la cancha Martín. Agónico córner para Argentina. La pelota va de largo hasta el otro costado y viene de nuevo para este lado. La para Federico "El Pocho" Insúa, que había tirado el córner pero esta vez patea de arrastrón al arco. Dos rebotes y abajo del arco y de una tormenta que todo lo hizo más épico, Martín la manda a la red. Locura es poco. Ya en Rusia vino el tremendo golazo de Gabriel “El gringo” Heinze contra Nigeria. De “palomita”, al ángulo y desde más allá del punto del penal.
En 2014 uno del “Pipita” Higuaín nos dio el pase a Semifinales contra Bélgica. Todos se olvidan de ese gol fundamental obra propia de un tremendo goleador nunca valorado en su real nivel. Que tiene otro de afuera del área tremendo contra Brasil. Aimar, Ángel Di María y de Sergio “Kun” Agüero por nombrar unos pocos, también convirtieron varios tremendos “desde la casa” en Copa América y Mundiales.
En 2018 recordemos el pase a octavos con el gol de Marcos Rojo luego de un centro de Mercado en el alargue contra Nigeria.
Así llegamos a Qatar 2022 en donde volvimos a gritar uno que dejó afuera a México y nos puso en otra fase: el de Enzo Fernández al ángulo izquierdo del arquero. Y en donde para mí hicimos el gol más lindo de nuestra historia. Más que el de Diego a los ingleses, porque fue de equipo. Más que el del “Cuchu” a Serbia porque los toques fueron menos pero mil veces más rápido, a un toque y con la magia de Messi, que la jugó con el revés del pie hacia fuera y adelante, contrarrestando una vez más todas las leyes de la Física. Hablo del gol de Angelito en la Final contra Francia. Después de la salida de Cristian “Cuti” Romero y los toques Alexis Mc Allister, Messi, Julián Álvarez, Mc Allister de nuevo que la fue a buscar y cedió para “El ángel del gol”. Nunca vi algo tan bello y preciso.
Claro que cerramos con el que más gritamos en la vida: el penal de Gonzalo “Cachete” Montiel, tan acostumbrado a definir copas que ya sabíamos que éramos Campeones cuando lo vimos caminar desde el círculo central.
Imagen: Freejpg
Fecha de Publicación: 27/07/2023
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