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Los históricos e indiscutidos ídolos del fútbol argentino, homenajeados por el seleccionado Sub-23

Antes de participar en los próximos Juegos Olímpicos, donde será una de las cabezas de serie de la especialidad, el equipo dirigido por Fernando Batista rindió un muy emotivo a Maradona, Luque y Sabella, recientemente fallecidos.

El corazón del tradicional hincha argentino no resiste más. Aquellas pesadillas que nunca se pronunciaron como posibles, se confabularon en una dramática secuencia donde los máximos ídolos del balompié fallecieron en un muy corto lapso de tiempo. El primer fogonazo, con detonación y profundidad mundial en cuestión de pocos milisegundos, fue la inesperada muerte de Diego Armando Maradona, una bomba noticiosa que enmudeció a hinchas de distintas partes del mundo. Casi un mes después, la leyenda de Estudiantes y la selección argentina, Alejandro “Pachorra” Sabella, no soportó los arduos problemas que lo aquejaban y su cuerpo dejó de luchar. El tercer impacto en menos de 90 días, resultó la muerte de Leopoldo Jacinto Luque, histórico delantero de Unión y River que se consagró campeón del mundo con la selección argentina el 25 de junio de 1978. Demasiado para el sentir inclaudicable del admirador del buen fútbol, ese que lo recuerda con firme pasión.

 

Está claro que, desde principios de la segunda década del nuevo milenio, la consideración del valor que una camiseta tiene para el admirador de un equipo o jugador, se modificó a tono con la aceleración que el marketing aplicó a la hora de rendir potentes homenajes a esas escuadras o figuras. Si a eso le sumamos la pasión por los símbolos nacionales, estas transformaciones provocaron reacciones inmediatas, traducidas en la comercialización de las nuevas prendas cuando las mismas aparecieron en el mercado. Millonarias ventas con la felicidad de portar un objeto universal que denota identidad y recuerdos inolvidables, a poco de ocurridas obligaron a repensar a las fábricas y diseñadores acerca de la mecánica que signaría los nuevos diseños. Las inagotables desilusiones que experimentó en estos últimos 16 años la selección argentina en distintos lugares del mundo, comandada por el astro del futbol español Lionel Messi, no generaron ese sentir subliminal que otras figuras lograron a lo largo de sus trayectorias, un aspecto ineludible que nadie se anima a discutir.

 

 

Postergados por la pandemia que azotó cada milímetro del globo terráqueo, los habituales Juegos Olímpicos debieron postergarse para la actual temporada, frente al grave colapso sanitario que desactivó las actividades públicas y la presencia multitudinaria de personas en torno a cualquier tipo de reunión masiva. La selección argentina Sub-23, formación de tono semijuvenil que dirige Fernando Batista, fue la unidad difusional elegida por Adidas, para consagrar desde sus prendas un merecido homenaje a las estrellas futbolísticas que pasaron a la inmortalidad en los últimos meses. Antes del amistoso ante Japón, el primero de preparación de cara a los Juegos Olímpicos de Tokyo, la Selección Argentina Sub 23 rindió un justo homenaje a Diego Maradona, Leopoldo Luque y Alejandro Sabella. Esto estuvo estratégicamente calculado, en las distintas facetas de un merecido tributo que no descuidó ningún detalle. Al momento salir a la cancha, los jugadores titulares lo hicieron con la camiseta 10. La prensa en la espalda presentaba varios detalles muy destacados, el fondo del icónico número tenía al Diez levantando la Copa del Mundo en México 1986, algo que se repetía en tamaño inferior en el frente. En la espalda, justo en la parte superior en donde suele ir el nombre del futbolista, se colocó la frase decía 1960-infinito, mientras que en la inferior se leía la palabra “eternamente" y el hashtag #graciasdiego.

 

Mientras los titulares portaban este diseño especial, los suplentes se ubicaron en su sector luciendo la casaca 14 en honor a Leopoldo Jacinto Luque, campeón con la albiceleste del mundial Argentina 1978. Por su parte el cuerpo técnico encabezado por Fernando Batista se puso una blusa del seleccionado nacional, remera que lucía en el pecho el término DT, recordando así a Alejandro Sabella, recordado no como jugador sino por su rol de técnico en el seleccionado argentino que logró el subcampeonato en Brasil 2014. Completando el homenaje a estas figuras, segundos antes que rodara el balón y previo al pitazo inicial, se realizó un minuto de silencio en homenaje a Maradona, pues en la fecha de ese amistoso se cumplían cuatro meses de la fecha en que ocurrió la defunción del ídolo de Argentinos que desarrolló una trayectoria mundial inolvidable. Esa conjunción de homenajes además sumó la presencia de una enorme bandera que decía “Diego para siempre”, una situación a la que se refirió el técnico Fernando Batista después del match que finalizó con la victoria de los albicelestes ante el equipo local por 1 a 0. “Para nosotros Diego Maradona fue un gran ídolo, fue realmente muy emotivo poder ser la primera selección masculina del país que volvió al fútbol portando una camiseta en su homenaje”, tal la declaración alusiva del entrenador argentino Sub-23.

 

 

Conviene detenerse en los llamativos antecedentes de las camisetas que el seleccionado y su cuerpo técnico empleó en este amistoso, sin olvidar además todas las imágenes que se utilizaron para aquella evocación. El número diez es una de las tantas marcas registradas en relación a Maradona y colocarlo al frente conlleva un mensaje implícito, en tanto que la frase y números detrás tienen otra connotación. La idea del año de nacimiento y luego el símbolo “infinito”, emergió en los departamentos de mercadotecnia de la firma que es proveedora del vestuario, evocando aquella famosa portada de un disco de grandes éxitos del líder de Soda Stereo Gustavo Cerati, tapa del álbum que tenía el apellido del músico y el símbolo de la eternidad representado con ese número “ocho” acostado, que también con cierta puntillosidad visual podría ser descripto asimismo como una cinta de Moebius. La foto de Diego Maradona, colocada en blanco y negro dentro del número diez, obviamente es una de las tantas imágenes capturadas en el momento en que el ídolo de Boca levantó la Copa del Mundo en la ceremonia de premiación del Mundial 1986 en México.

 

En el caso de Leopoldo Jacinto Luque, estrella deportiva fallecida el pasado lunes 15 de febrero, después de transitar un difícil cuadro de salud agravado por el contagio de COVID-19, el recuerdo desde lo visual hizo foco en una de las tantas fotos existentes en el torneo mundialista de 1978, primera vez que Argentina ganó en ansiado campeonato del mundo, torneo desarrollado en Argentina durante el régimen de facto existente en ese tiempo. Los conocedores de la inmaculada historia deportiva mundialista del gran equipo que logró el famoso trofeo, naturalmente recordaron que el número 14 fue la camiseta que se asignó al por entonces delantero de River, curiosas épocas donde la numeración de los jugadores tenía estricta relación con el orden alfabético de los apellidos. En aquel campeonato, los jugadores argentinos llevaban numeraciones que no tenían nada que ver con el puesto en el campo de juego.

 

Paradójicamente, Norberto Osvaldo Alonso, el ídolo de River que fue convocado a último momento para ese torneo, llevaba en la espalda el número 1, el genial arquero Ubaldo Matildo Fillol atajaba bajo los tres palos con un buzo con el 5 en la espalda, mientras que Leopoldo Jacinto Luque usaba la casaca número 14. Vender después de aquella conquista deportiva esas blusas en los negocios hubiese sido un fracaso, pero hoy con el marketing vintage, esas camisetas serian adquiridas por los fanáticos sin el menor titubeo. Resulta imposible de olvidar que fruto de la presión del público, César Menotti hizo entrar al Beto Alonso en el partido debut contra Hungría, minutos finales de un match empatado donde una genialidad de la estrella riverplatense con Luque derivó en el gol de Daniel Bertoni, secuencia visual donde el taco del habilidoso mediocampista hipnotizó a la televisación local, equipo de camarógrafos que siguió al jugador “número 1”, aun cuando el gol había sido marcado por otro compañero. Sin Alonso, Argentina no hubiese pasado la primera fase del torneo, detalle que los especialistas del balompié reconocieron con el paso de los años muy a su pesar.

 

 

La idea de colocar la imagen de un jugador en una camiseta, blooperescamente no devino de una idea surgida originalmente en el departamento de la firma alemana que provee de indumentaria al seleccionado argentino. Los memoriosos recordarán que a mediados del 2001, luego del fallecimiento del cantante cuartetero Rodrigo “El Potro” Bueno, el equipo de Belgrano de Córdoba pocas semanas después estrenó dos modelos de camisetas que en su frente tenían la cara del cantante, un ídolo de la zona mediterránea que naturalmente contó con el visto bueno de la AFA, en torno a la tragedia ocurrida con el músico en la Autovía Buenos Aires-La Plata, choque donde también perdió la vida el juvenil actor Fernando Olmedo, hijo del mejor humorista argentino de todos los tiempos. Desde esa implementación que el equipo cordobés concreto en el torneo local de aquel momento, las empresas de vestimenta comenzaron a pergeñar algunas camisetas especiales donde se incluyó la imagen de alguna figura deportiva de la institución que la portaba.

 

Este homenaje a los jugadores argentinos recientemente fallecidos, también es una forma de tributar recuerdo a los valores o elementos de la cultura nacional que revisten interés para la sociedad en los tiempos que corren. El recuerdo al futbolista más importante del país que alcanzó demoledor reconocimiento mundial, es consecuencia de una instalación histórica en la cual los extranjeros siempre al ser consultados por nuestra nación, siempre mencionaron el apellido del crack que sobresalió en Argentinos, Boca, Barcelona y por supuesto en el equipo italiano de Napoli. La idea de utilizar el frente de la remera que los jugadores utilizan en los partidos, imagen que la televisión y fotógrafos retransmiten por sus estructuras técnicas, también sirvió en las últimas horas para que varios equipos de la Copa Argentina de Fútbol antes llamada “Copa Maradona”, colocaran visible en el pecho una especial imagen de las Islas Malvinas, al haber conmemorado otro aniversario de la parcial recuperación del archipiélago argentino, ubicando debajo de las mismas el año de aquel desembarco y el actual calendario que transitamos. Ya habrá tiempo para seguir hablando de los bruscos cambios en las camisetas de fútbol durante el arranque del nuevo milenio, fruto del marketing y las famosas pasiones deportivas (continuará…).

                 

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