¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónArgentina juega en estas horas el primero de los tres encuentros que corresponden a una nueva etapa de las eliminatorias, partido que afrontará con la totalidad de los jugadores que convocó Lionel Scaloni. Lo cierto es que estuvo a punto de tener que armar casi de sorpresa, un equipo conformado únicamente con jugadores que militan actualmente en nuestro territorio. De no haber aparecido el fallo del tribunal TAS, el seleccionador de la escuadrilla mayor hubiese tenido que disponer de otros jugadores que actualmente no se encuentran en su consideración principal, porque desgraciadamente, la actual plantilla de integrantes del seleccionado argentino está conformada por jugadores que militan en los principales clubes de Europa. Lo que se ha denominado en muchas situaciones, como un equipo de “jugadores turistas”, que vienen, juegan un ratito con supuesto entusiasmo y al poco tiempo regresan a sus vidas de millonarios en el viejo continente. Los resultados se encuentran a la vista: Argentina no gana un Mundial desde junio de 1986 y si falla en ese cometido el año próximo en Quatar 2022, deberá ir preparando para el 2026 una hermosa torta con 40 velitas, cuatro décadas viendo como los demás acumulan títulos y gloria.
El problema no es nuevo, más bien es un viejo y duro conflicto que afecta a la selección argentina no solo en esta oportunidad, sino desde la última conquista de un campeonato mundial por parte de nuestra nación. La mayoría de las estrellas que sobresalen en clubes locales, pocos meses después pasan al fútbol europeo por millonarias sumas, alterando de esta manera la logística de los seleccionadores desde 1990 a la fecha. El interés de contar con los deportistas más destacados, muchísimos de ellos participando de equipos fuertes en España, Italia, Inglaterra, Francia y Alemania, suena muy lindo desde lo estadístico y comercial, pero llegado el momento de tenerlos a todos juntos para entrenar y prepararse para una competencia decisiva, provoca que el asunto se complique muchísimo más de lo imaginado al querer reunirlos con cierta anterioridad.
Las principales instituciones del viejo continente también tienen razón. Pagan fortunas de manera automática, las cuales sirven para sanear en parte las finanzas de las muy alicaídas arcas de los clubes argentinos, para contar con valiosos jugadores que llegado el momento de dichas convocatorias, dejan sus equipos en Europa para sumarse al seleccionado y así desmembrar de cuajo formaciones de las ligas que venían agarrando ritmo, juego y firme línea de planteo en dificilísimos torneos con sus rivales de cada nación. Las eliminatorias o los amistosos de las famosas “Fechas FIFA” son una bomba de tiempo, puesto que allí en esas participaciones las estrellas convocadas están expuestas a una inesperada lesión o un artero foul que deje al involucrado varios días sin entrenar o ingresar al campo de juego.
La Championship o los campeonatos que las principales instituciones juegan en sus países durante cada temporada que va de junio a junio en algunos casos, son duras competencias que retribuyen ese esfuerzo con premios millonarios y otros acuerdos comerciales que los clubes necesitan después para reforzarse, pagar sus deudas o construir una cancha auxiliar de entrenamiento, llegado el caso. Por eso cuando la Conmebol y la FIFA acordaron que a raíz de los graves problemas pandémicos, en estas semanas se desarrollen tres jornadas de competición correspondientes a las eliminatorias mirando al mundial Quatar 2022, todos los equipos fuertes pusieron el grito en el cielo, sabiendo que durante las próximas fechas de esos torneos locales, sus equipos no contarían con dichos jugadores argentinos citados para defender los colores celeste y blanco en la previa de un nuevo torneo mundial.
Los directivos, con un ojo en la billetera y otro en la tabla de posiciones, entienden que la camada de estrellas adquiridas recientemente, están jugando mucho menos en sus clubes por esta disposición que impone la FIFA de ceder a los deportistas para afrontar esta clase de encuentros a lo largo del año. El reciente boicot contra esta imposición que impulsaron las ligas de Italia, España e Inglaterra, a la cual sospechosamente Francia no se sumó ante el fastidio de sus pares, provocó la primera señal de alarma para el equipo que dirige en la actualidad Lionel Scaloni, quien siguiendo la vieja escuela de entrenadores, tiene la vista dirigida más a lo que ocurre en Europa que en el campeonato local, desatando el fastidio a ciencia cierta entendible de los clubes europeos, los cuales esta vez decidieron ponerse un poco menos comprensivos, rechazando la idea de ceder a estos deportistas, argumentando cuestiones de tono sanitario con el regreso de dichos jugadores a sus países días después.
El tribunal deportivo internacional TAS durante el último fin de semana se expidió ante el pedido de la AFA y también actuando de oficio en lo que asomaba como una dura batalla de intereses entre ambas posiciones. La decisión de favorecer el reclamo de la selección nacional de contar con dichos deportistas, apareció como un reconfortante bálsamo para el plan de Lionel Scaloni de sumar 30 jugadores, muchos de los cuales participan en esas principales instituciones europeas con campeonatos de muy alto nivel competitivo. Estas idas y venidas, generando la incertidumbre sobre si el polémico entrenador podría contar con dichas figuras para las fechas de las eliminatorias, no fue un mojón aislado sobre cuál será la reacción de los clubes del viejo continente. Pagan millones de euros y quieren que sus contratados permanezcan más tiempo jugando en esas ligas, que exponiéndose a estos partidos que en muchos casos se convierten en peligroso laboratorio físico cuando varias estrellas vuelven a sus países con ciertas averías físicas que requieren como siempre gran cantidad de reposo y semanas sin poder sumarse a los equipos en áspera competencia.
¿Qué hubiese sucedido si el TAS no fallaba a favor de la selección argentina? Sin dudas el entrenador que formaba parte del equipo que lideró en su momento Sampaoli previo a esa horrible estadía en el Mundial Rusia 2018, hubiese tenido que convocar muy a su pesar a varios jugadores que militan en los equipos argentinos, los cuales en la mirada del técnico no tienen la misma consideración que las habituales estrellas que juegan en Europa. Toda esta conflictiva disputa que no es fruto de un problema reciente, sino algo que con el paso de las décadas, cada vez agrava la dimensión del inconveniente entre las necesidades del coach de la selección y la disponibilidad restringida que quieren imponer desde los clubes del extranjero desgastados de prestar a sus estrellas y que las mismas regresen lesionadas, ahora alcanzó una escala preocupante cuando el boicot se corporizó poderosamente.
La pregunta que se hacen la mayoría de los hinchas, especialmente aquellos que ven bajo una crítica mirada la polémica decisión de armar un seleccionado con mayoría de estos “jugadores turistas”, es cuándo un DT de la selección mayor no se inclinará por priorizar en un plantel aquellos jugadores que se encuentran participando de la liga local, algo que permitiría de manera inmediata generar una convocatoria de los elegidos sin esperar aquel aval europeo de poderosos clubes que miran con mala cara cada pedido o solicitud que les llega desde la AFA para ceder a sus deportistas. ¿Argentina no tiene chances de armar un “Equipo B” que pueda jugar sin estar condicionado por esa tradición de tener que estar en el fútbol del viejo continente para ser llamado a la selección mayor? A juzgar por todas las decisiones asumidas en la última década, un seleccionado con jugadores militando en la Liga Profesional de Fútbol en la actualidad es casi tan imposible como acertar el pozo del Loto acumulado en los últimos meses.
Igualmente y en vista de los horripilantes resultados que la selección argentina consiguió en los últimos mundiales, por los pasillos de la AFA hay circulando una carpeta que tiene un proyecto que se llama “Clasificación 2026”, el cual podría ver la luz si los resultados de Quatar 2022 no son los anhelados por los directivos e hinchas de nuestra selección. El tan mentado proyecto que circula silenciosamente entre aquellos que no suscriben a este mecanismo de armar una selección con mayoría de jugadores radicados en Europa, tiene una serie de planteos que no suenan descabellados si Argentina quiere conseguir de nuevo el máximo título mundial tras las brillantes conquistas alcanzadas en 1978 y 1986. Todos los que accedieron a este “proyecto en borrador” no se manifestaron disconformes sobre la mecánica del mismo, entendiendo que para conseguir un objetivo de esta clase, asoma la necesidad de concretar algunos sacrificios en busca del trofeo que más le interesa a este equipo de representación nacional.
El proyecto “Clasificación 2026”, el cual vislumbra una mala performance de la selección que dirige Lionel Scaloni en suelo árabe el año próximo, plantea como requisito central que para integrar el equipo argentino mayor hay que pertenecer a un club de este país al momento de jugarse el siguiente campeonato mundial, excluyendo de esta manera a todo jugador participando de equipos extranjeros en la actualidad. La idea es formar un equipo con nuevos jugadores que se mantengan cuatro o más años en el país, con la finalidad de disponer de los mismos en cada convocatoria o entrenamiento tendiente a ir configurando un plantel que pueda interactuar seguido sin depender de viajes, autorizaciones u otro tipo de limitaciones estructurales, cosa que el DT que por esas temporadas conduzca el staff de deportistas elegidos pueda tener inmediatamente a sus convocados para promover una serie de entrenamientos tácticos mirando de pleno a la próxima competición mundial, una competencia en la que se apunta a que Argentina clasifique para la misma, más allá de los resultados que después se obtengan en ese torneo de acotada definición internacional. Los fans de Lionel Messi quedarán shockeados: ni siquiera él figura como excepción para esa futura estructura, pues los creadores del proyecto “Clasificación 2026” dan por entendido que el exitoso delantero del PSG no llegará a dicho campeonato mundial en cinco años.
Fecha de Publicación: 02/09/2021
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