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Lionel Messi. Un negocio mundial

El delantero del PSG y la Selección Argentina será una de las figuras Qatar 2022, siendo la cara excluyente para las empresas auspiciantes. Cómo se convirtió en marca estrella de los últimos mundiales.

El fenómeno que vivimos en los últimos 20 años vuelve a repertire, pero esta vez a una despampanante escala que habrá que ser resistente para resistirla por su gran potencia y sobredimensionado volumen operativo. Estamos a pocos meses para que el Mundial Qatar 2022 se ponga en marcha, y uno de los rituales que acompaña el desarrollo de la etapa previa de una competencia así es la inmediata e inevitable aparición de avisos comerciales vinculados con la competencia que se desarrollará del lunes 21 de noviembre al domingo 18 de diciembre. Y varios apuntan sus spots a nuestro capitán, Lionel Messi.

 

En la temporada 2006, en tiempos donde el astro deportivo consolidaba su carrera en el Barcelona Fútbol Club, los auspiciantes todavía no lo veían como la incandescente figura emblemática. Ese año en el que jugó muy pocos minutos en el mundial de Alemania. Sin embargo, muchas firmas de aquel tiempo comercial apostaron a su figura comercial y el resultado de aquel firme fenómeno en crecimiento, fue que antes, durante y después del torneo que se jugó en las ciudades germanas, la televisión abierta argentina terminó emitiendo más de 46 horas de avisos comerciales.   

Marca dentro y fuera de los mundiales

Por entonces las empresas de la industria deportiva y otras afines lo tenían en un lugar de enorme importancia para facturar con sus productos, pero no en aquél glorificado pedestal futbolístico, un lugar al que llegaría recién cuando Argentina jugó aquella histórica final con Alemania en Brasil. El jugador rosarino que creció en las inferiores de Newell´s Old Boys de esa localidad, al desarrollarse el campeonato Mundial Sudáfrica 2010, sin embargo ya tenía sobre sus hombros gran cantidad de títulos con el Barcelona, oportunidad en la que Diego Maradona dirigía al seleccionado argentino. En aquel tiempo, nadie en su sano juicio podría recordar la cantidad de empresas que lo contrataron, pero sin dudas el impacto magnético de su figura promocionando ciertos artículos o servicios lo ubicaba como uno de los mejores facturadores del momento. La severa eliminación de Argentina a manos de Alemania nuevamente antes de las semifinales, truncaría el fructífero negocio que significa auspiciar a un deportista que llega a la final y gana un campeonato mundial.

Uno de los puntos fuertes de la facturación comercial del delantero que actualmente se encuentra jugando en el París Saint Germain, ocurrió a mediados del 2014, cuando todos los equipos clasificados jugaron el recordado mundial en Brasil. A esa altura de su exitosa carrera, las marcas lo tenían como la estrella top ideal para promocionar cualquier cosa y el único que podía quitarle auspiciantes o respaldos comerciales era Cristiano Ronaldo, el delantero de Portugal, que siempre fue su sombra negra en muchas competencias de las desarrolladas en suelo europeo. En aquella edición del campeonato del mundo por la cercanía de la sede en donde se desarrollaba el torneo, el volumen mediático del jugador nacido en Rosario era muy potente y resultaba un irresistible imán para las empresas más poderosas del mundo, firmas que decidieron apoyarlo sabiendo en esas semanas que la clientela continental gastaría mucho dinero. Alejandro Sabella dirigía al equipo argentino y la campaña de aquél momento entusiasmaba a los hinchas, por más que la sequía de esta gran figura santafesina en las redes contrarias era bastante evidente. Sin embargo y en un invierno donde todos los fanáticos cantaban “Brasil decime que se siente”, la mayoría de las empresas apostaron por el argentino y la cantidad de horas en pantalla que estuvo este deportista promocionando productos superó las 200, más allá de la decepción generada en el último bloque suplementario de la final con el gol de los alemanes que ganaron el título ese año.

 

 

Messi, Messi, Messi

La economía argentina durante el Mundial Rusia 2018 sin dudas no era la mejor, pero a caballo de un campeonato de fútbol que se jugaba en una zona alejada de nuestra nación, las firmas igualmente decidieron apostar a la figura del astro deportivo, quien lucía en ese momento un nivel futbolístico destacado en Barcelona, sin sobresalir tanto como cuando vestía la camiseta argentina. Como se presumía que no habría tantos hinchas que pudiesen costear el elevadísimo gasto operativo de aquellos pasajes, estadía y entradas para ver ese campeonato en la zona europea más oriental, las empresas decidieron focalizar todas sus baterías promocionales en aquellos productos accesibles al consumidor promedio, por eso no extrañó que la estrella rosarina saliese vendiendo cuanto objeto o alimento apareciese a esa altura de las circunstancias. Las empresas sabían que por su edad, el jugador estaba a “punto caramelo” para facturar en distintos estratos comerciales, entendiéndose que todos los targets publicitarios abarcarían más cantidad de consumidores involucrados que en las anteriores oportunidades. La cantidad de horas que Lionel Messi apareció en televisión abierta y cable, superó todo lo previsto y entre el período previo al campeonato y todas las semanas de competición, los televidentes tuvieron al delantero argentino asomando en sus pantallas casi 300 horas, sumando la totalidad de todos los spots comerciales emitidos.

Barcelona a París no mata billetera

En los últimos cuatro años, coincidiendo con las últimas temporadas que el exitoso astro argentino jugó en el Barcelona Fútbol Club y su histórico traspaso al París Saint Germain, las firmas siempre estuvieron atentas a las campañas deportivas del hábil delantero. Los tiempos deportivos alternaban altas y bajas, pero lo que no se veía afectada por aquellas épocas era la facturación del jugador, que por distintos contratos creció un 450 por ciento en promedio, época en la que muchos hinchas del equipo español jamás imaginaban que el atacante rosarino se alejaría del club catalán a mediados del año pasado, provocando a esa altura de los acontecimientos un cimbronazo deportivo que recorrió el globo de forma supersónica en distintas culturas y tierras del planeta.

Acomodado en su nueva ciudad del territorio europeo, París le proporcionó un gran cantidad de contratos con distintas marcas y servicios que decidieron sumarlo a su contexto institucional, ingresando en sus arcas un mínimo de 80 millones euros por distintos arreglos, sin contar con todos aquellos que el deportista santafesino mantuvo a pesar de su transferencia al PSG francés. Con 35 años y el circuito de su carrera cercano a lo que podría considerarse su despedida de esta clase de competencias mundialistas, el jugador sabe que esta podría ser la última oportunidad para disfrutar de las mieles de su popularidad facturando con su imagen, algo que su padre y el equipo de asesores considera de igual forma. Por eso, sin conocerse si lo veremos jugando en el Mundial EEUU-Canadá-México 2026, el atleta rosarino comenzó a cerrar todos los contratos que aparecen en su agenda, entendiendo que su presencia en Qatar 2022 se convertirá en uno de los puntos fuertes de su exitosa carrera deportiva.

 

Imágenes: Redes Leo Messi

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