¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Jueves 23 De Marzo
A horas del primer partido que jugará la selección argentina por esta nueva triple jornada de eliminatorias, muchísimos se preguntan cómo seguirá la relación entre Lionel Messi, la nueva estrella del PSG y Mauricio Pochettino, afiatado técnico del equipo parisino que en pocos meses pasó de tener un equipo bastante bien armado en la Ligue 1 a contar ahora en su plantilla con el jugador más codiciado del planeta. Se sabía a ciencia cierta que no iba a ser fácil vivir dicha situación de convivencia en estos primeros meses, entendiendo que la fuerte personalidad de ambos sería un elemento inevitable tanto en el vínculo deportivo como personal. A juzgar por lo ocurrido en estos últimos dos meses, les asiste la razón a quienes sospechaban que ciertos factores operarían en esa nueva mancomunión puesta a prueba por situaciones aceptadas pero no totalmente comprendidas en su enunciación.
El famoso jugador rosarino llegó en las últimas horas para jugar los tres encuentros que se desarrollan en esta secuencia de días, sabiendo que su nueva y momentánea salida de París para representar a la selección de su país genera una invisible tensión con el entrenador de la escuadra parisina. El delantero entiende que su relación con el equipo argentino pasa en estos meses por uno de sus mejores momentos, después de ganar la Copa América frente a Brasil en campo carioca y luego tributar una fantástica demostración futbolística ante su par de Bolivia en el estadio Monumental en el primer partido con público, después de una gran cantidad de meses sin espectadores en las canchas por las restricciones sanitarias que la pandemia detonó a finales de marzo de 2020. Esta postura de la FIFA de avalar un plan de tres fechas, para recuperar aquellos encuentros suspendidos por los problemas que trajo el desembarco del “covid 19” a nivel mundial, sin dudas asoman como un tester físico muy exigente en el atacante santafesino a sus 34 años.
El inicio de la relación entre el técnico del Paris Saint Germain fue acorde a los términos a esa altura de la vinculación que podían esperarse, es decir, camaradería, cordialidad sin límites y felicidad inocultable por desarrollar un poderoso nexo deportivo que favorezca aquellos objetivos que el equipo parisino exhibe, entre ellos la muy soñada conquista de la Champions League, esa competencia continental europea que desvela a todos aquellos conjuntos de fútbol con alto nivel profesional en una competición para equipos fuertes en sus relativas ligas territoriales. Esa alegría holográfica naturalmente pareció derrumbarse a poco de expuesta, cuando Mauricio Pochettino prefirió no exponer al exitoso delantero apenas arribado a la escuadra francesa, sabiendo que la incorporación del atacante debía a toda costa transcurrir en un marco sin presiones, permitiéndole un lapso de adaptación en estos meses que no sería del agrado de ninguna de las partes involucradas, una maniobra que contó el apoyo del presidente del PSG desde que Messi puso su firma en el contrato.
El extenso lapso de aggiornamiento físico necesario para que Lionel Messi pudiese jugar sus primeros minutos en el team de la ciudad luz, encendió la mecha de la incomodidad a poco de comenzado el vínculo, pues el ex atacante del Barcelona estaba ansioso por dejar atrás lo vivido en el equipo catalán y poner en marcha de la manera más veloz, una nueva etapa deportiva con el club que pagó sin chistar casi 150 millones de euros para contar en esta temporada y la que viene con su codiciada presencia. Mauricio Pochettino decidió en esas semanas prorrogar sin titubeos la fase de adaptación y cuando debió sacar a su nueva incorporación del campo de juego, recibió misiles verbales de todo calibre y potencia por excluir a la flamante adquisición de la escuadra parisina, tensión que segundos después se evaporó que Messi tenía una lesión ósea que le impedía jugar normalmente. Estos dolores acontecieron tras la primera secuencia de partidos que Messi desarrolló con la selección argentina, partidos donde sus ocasionales rivales no se cansaron de foulearlo de manera constante, buscando anular su talento creativo en el ataque blanquiceleste.
Por suerte, como suele ocurrir en esta clase de múltiples competiciones simultáneas, este nuevo camino de la estrella argentina viviría su momento más feliz hace pocas semanas, en el duelo que por la Champions League el PSG desarrolló de forma exitosa frente al Manchester City, casualmente el club dirigido por Pep Guardiola, anterior entrenador del astro rosarino en su paso por el club catalán. En un partido con intervalos de buen fútbol y mucha marca a presión, el delantero rosarino marcó el gol decisivo del partido durante un ataque que supo combinar de manera brillante con su nuevo colega Kylian Mbappé, quien de taco le brindó una milimétrica asistencia para disparar de zurda al palo izquierdo del arquero rival, en un shot que descoló totalmente al guardameta del equipo inglés. Pasaron así cuatro partidos hasta que Messi se sacó la mufa de no convertir y las sonrisas pasaron a multiplicarse minuto a minuto ante la feliz circunstancia ocurrida.
Malacostumbrado a ganar en el campeonato local de manera constante, frente a rivales de inferior nivel que la escuadra parisina, ese engolosinamiento pareció estallar el último fin de semana cuando el Rennes de local venció al PSG por 2 a 0, en un encuentro donde los jugadores del Paris Saint Germain alternaron pasajes de buen fútbol con otros donde poco faltó para que el resultado no fuese una brutal goleada en contra jugando de visitante ante un rival que en los papeles asomaba difícil de confrontar pero no imposible. El argentino completó noventa minutos en la escuadra francesa sin rendir lo esperado, pero sabiendo que el entrenador lo mantendrá en la plantilla aportando lo suyo cuando considere que en esas circunstancias tiene el apto físico para completar un partido sin lastimarse, generando así un rendimiento apropiado sin poner en riesgo la respuesta del deportista a futuro.
Ahora que el delantero rosarino empezaba a tomar ritmo con el PSG, llegaron de nuevo a esta altura del mes los tres partidos que el atacante rosarino concretará defendiendo a la selección de su país frente a Paraguay, Colombia y Perú, encuentros que detonan como es de esperar la preocupación del técnico argentino del equipo parisino. Mauricio Pochettino entiende que estos duelos para clasificar al Mundial Qatar 2022 son encuentros donde este talentoso delantero sufre una agresiva y descontrolada marca corporal, la cual suele dejar huellas en las piernas del atacante santafesino, provocando inevitablemente un período sin jugar para recomponerse de malestares físicos inocultables. Necesitado de mantener aquél sendero de continuos triunfos en la copa local, el técnico del PSG se mostró fastidiado por tener que ceder a su nueva estrella, entendiendo que cada vez que el deportista rosarino se encuentra a punto para jugar con el equipo que desembolsó varios millones de euros, llega la etapa de eliminatorias y eso vuelve a fojas cero todo lo sembrado en París.
En estas fechas sin contar con la nueva incorporación, Pochettino buscará afianzar toda la estructura del equipo parisino, entendiendo que poderosa intermitencia de encuentros que Messi hoy desarrolla en su nuevo club compromete en parte los objetivos que el gran club francés se ha prefijado de aquí a mediados de la próxima temporada, poniendo por delante la conquista de la Champions League, quizás la complicada frutilla que le falta colocar al conjunto de buenos resultados conseguidos hasta la fecha. Buscando regular sus fuerzas y energías desdoblado entre los partidos con su nuevo club y esta exitosa fase comandando a la selección de su país, Lionel Messi entiende que deberá coordinar internamente aquél esfuerzo que significa competir en la Liga Francesa y conseguir el ansiado título mundial con el plantel dirigido por Lionel Scaloni, a fines de la próxima temporada. Las cosas se encuentran verdaderamente en un estado de gracia, pero cualquier descuido de su parte podría comprometer la conquista de ambas competencias, situación donde su vínculo con el técnico del PSG deberá lograr una correcta maduración para no convertirse en un nuevo obstáculo insalvable en su exitoso currículum futbolístico.
Fecha de Publicación: 08/10/2021
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