¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónEl 17 de abril de 1974, la selección argentina de fútbol se desplazó hasta Rosario para disputar un partido como parte de su preparación para el Mundial que tendría lugar en Alemania ese mismo año. El conjunto iba a enfrentarse a un combinado local, cuyo once inicial lo formarían cinco jugadores de cada uno de los dos principales equipos de la ciudad, los irreconciliables Newell's Old Boys y Rosario Central. La alineación se completaría con un tal Trinche Carlovich, que entonces militaba en Central Córdoba, equipo rosarino de segunda división. Decían que “acá es una leyenda”.
Empezó el partido y Carlovich, a quien solo los más fanáticos futboleros de la ciudad habían visto jugar, deslumbró a todos los presentes con un fascinante catálogo de pases y gambetas, como el doble caño que dicen que él inventó. Consiste en tirar un caño, esperar al rival, y entonces, tirarle otro en dirección contraria. No sirve para nada, pues vuelves a la casilla de salida, pero es bello como casi todo en la historia de Carlovich, el mejor futbolista de la historia. Al descanso, los rosarinos vencían por 2-0. Le estaban dando un baño a la selección nacional. Entonces, cuenta la leyenda, alguien del cuerpo técnico de la albiceleste entró en el vestuario de los locales y pidió que cambiaran a aquel tipo desgarbado que casi nadie conocía. “Está desanimando a los muchachos”. El Trinche no volvió a pisar la cancha. Los rosarinos terminaron venciendo por 3 a 1.
La leyenda de Carlovich es una de las más fabulosas de la historia del fútbol. Años más tarde, Menotti le convocó para la selección argentina. Cuentan que se fue a pescar y no se presentó. Cuando el seleccionador le preguntó por qué no había acudido le dijo algo de que el río bajaba muy alto. Según el propio Menotti, el gran Marcelo Bielsa, que ha sido entrenador de la selección argentina, el Athletic de Bilbao o Newell’s Old Boys, pasó dos años yendo cada semana a ver jugar al Trinche.
Era tan bueno que un día le expulsaron y el árbitro tuvo que revocar su decisión por miedo a que las dos aficiones lo lincharan. “Vuelve al campo o me matan”, parece que le dijo al futbolista. La única jugada suya que hay grabada –apenas jugó en primera– aparece en una película, Se acabó el curro (1983). El director necesitaba imágenes de un partido y fue a la cancha de Central Córdoba a rodar uno. En un momento de la cinta, entre el diálogo de dos de los personajes, se ve a un tipo tirar un regate fabuloso. Es el Trinche.
Fuente: El País
Fecha de Publicación: 25/03/2020
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