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Ir a la secciónBuenos Aires - - Lunes 27 De Marzo
A sus 44 años, Carolina Sánchez, de 1,80 de altura, que se desempeña como ala-pivot, está jugando su segunda temporada y es la capitana en el equipo del sur italiano. Con una trayectoria de 30 años en el básquet profesional, alternando durante ese tiempo competencias de ligas europeas y sudamericanas, prácticamente juega durante casi todo el año, un ejemplo a seguir teniendo al deporte como estilo de vida.
El básquet es la pasión de Érica Carolina Sánchez, que a partir de los 14 años comenzó a desplegar su juego en países del viejo continente, además de formar parte durante 19 años de la Selección Argentina y, en muchas oportunidades, también defender la “borravino” del seleccionado mendocino en los campeonatos argentinos y torneos internacionales.
‘Caro’ Sánchez comentó que “llevo ya 30 años dando vuelta por Europa y actualmente me encuentro en la primera categoría de Italia que es la A1. El año pasado cuando estábamos jugando la A2 quedamos primeras y debido a todo el tema de la pandemia por Covid-19 nos permitieron este año tener el ascenso a la A1. Volver al nivel más alto del básquet femenino italiano a esta edad, la verdad que para mí es una alegría enorme”.
Respecto a su trayectoria profesional durante tantos años, explicó que “cuando terminaba de competir en Europa en abril o mayo, regresaba a la Argentina, cuando algunas ligas de Sudamérica recién comenzaban a fines de abril, yo enganchaba como refuerzo y seguía jugando unos tres o cuatro meses”.
Sánchez ha jugado durante muchos años, y cada uno de esos años, lo hizo por completo: “Durante mis 30 años en el básquet, jugaba en Europa durante el período de setiembre a abril o mayo. Cuando terminaba, volvía al país, o bien a Ecuador o Chile y jugaba en los campeonatos que comenzaban en esos países a mediados de abril. También Las Heras y la Liga Nacional de Argentina se formaron en ese período, porque eran cuando terminaban las chicas en Europa y arrancaban como refuerzos en los meses de abril o mayo. Yo estuve 10 años en España, en Italia también habrán sido otros 10 años más, y además en Portugal y Arabia Saudita”.
La basquetbolista manifestó que Campobasso “se encuentra al sur de Italia, como a una hora y media de Nápoles y a tres de Roma. Es un pueblo muy chico, pero la verdad que nunca esperé que recibieran así al básquet femenino, tenemos una gran hinchada. Este año, cuando nos permitieron el ascenso a la categoría A1, se propusieron hacer un estadio mucho más grande para poder albergar una gran cantidad de público y esperan para este año, cuando se acomode un poco el tema del coronavirus, poder llegar a 1.500 personas por partido. Obviamente, existen algunos protocolos que no permiten tener tanta gente en los estadios, sólo unas 200 o 300 personas y nada más, con distanciamiento social, pero estoy muy contenta de estar en el alto nivel y jugar la categoría superior en Italia y la región donde nos encontramos es Molise”.
Reconoció que “haber sido elegida como capitana del equipo italiano ha sido un orgullo para mí, quiere decir que estoy con las ideas cuando llegué a este club de poder trabajar para el equipo. Mi objetivo a corto plazo, es terminar de la mejor manera en lo que quizás sea mi última temporada como jugadora”. Y al respecto, ya piensa en calzarse el buzo de entrenadora: “Estoy pensando en mi futuro a largo plazo, ya estoy dirigiendo categorías inferiores, me estoy preparando para dirigir en altos niveles, con el objetivo de poder llegar a dirigir categorías superiores, obviamente siempre trabajando y proyectándome, como lo hice como jugadora también poder hacerlo como entrenadora, llegar lo más lejos que se pueda en este deporte y seguir aprovechando y viviendo de lo que más me gusta que en el básquet”.
Carolina no dudó en afirmar que “para todo deportista, la Selección Argentina es un orgullo, es lo que todos quieren lograr, no se fija en el dinero sino por los colores de su país. Yo comencé en 1995 con la Selección, estando 10 años como capitana y esos años fueron increíbles, participando en tres mundiales, en 2002 en China, 2006 Brasil y 2010 en República Checa. Dos Preolímpicos para clasificar a las Olimpiadas de Londres y Pekín, que no se logró. La verdad que fueron momentos increíbles con el seleccionado, fueron muchos logros, muchos momentos duros también que pasamos. Un entrenador que me marcó y me dio toda la confianza fue Eduardo Pinto, entrenador del Seleccionado Femenino de Argentina por 20 años. También cada entrenador que tuve en un club me dejó una enseñanza y un aprendizaje, no sólo en lo deportivo sino además en lo personal, por lo que tengo que agradecer a cada uno que pasó por mi vida ya que fueron grandes referentes”.
Fecha de Publicación: 29/12/2020
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