Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Juan Román Riquelme. Un Romance que tuvo el homenaje de tu vida

A casi diez años de su última aparición en una cancha de manera oficial, el futbolista concretó su match despedida, fiesta donde asistieron famosas figuras encabezadas por el campeón del mundo Lionel Messi.

Por esas cosas del fútbol, donde muchas veces la lógica se rinde de manera inmediata al carrousel de conflictos e intereses que abundan en esta especialidad deportiva, el último partido de la estrella boquense Juan Román Riquelme debió esperar casi una década para poder llevarse a cabo. Durante la presencia del directivo Daniel Angelici como presidente de Boca, la relación con el mediocampista Juan Román Riquelme jamás transitó los carriles de una supuesta normalidad. Ese desgastante vínculo alcanzó un pico a mediados del 2014, cuando luego de varios cruces y declaraciones, el exitoso futbolista dejó Boca Juniors en junio de esa temporada. Harto de los manoseos y el fuerte destrato que admitió recibir de muchos de  los directivos que participaban en esa época de la comisión deportiva, el volante ofensivo comunicó que no renovaría su relación con el club de La Ribera, lo que provocó en esas últimas semanas vistiendo la camiseta azul y oro, que los hinchas mostraran su fastidio con la dirigencia xeneize a raíz de esa crisis con el ídolo más importante de la historia de esta institución futbolística. En todos los anales deportivos figura totalmente marcada a fuego aquella noche del 11 de mayo de 2014, una velada donde el cuadro local venció a Lanús por 4 a 1. Bajo una intensa y persistente llovizna, Riquelme jugó su último match oficial con la camiseta que más ama en la vida.     

               

El vice Juan Román organiza la fiesta

Los años pasaron, los conflictos políticos en Boca también se mantuvieron y en el 2019 cuando se realizó la última elección de autoridades en el club de La Ribera, Riquelme se decidió a participar en política integrando la fórmula Amor Ameal – Mario Pergolini, en carácter de vicepresidente segundo. Tras la renuncia del conductor televisivo a su cargo, el poder político del jugador creció desde su lugar en el Consejo de Fútbol, lo que también comenzó a quitarle protagonismo al presidente Ameal, muy opacado por los gestos dirigenciales del talentoso volante de creación. En la presente temporada, cuando se cumplen cuatro años de aquella elección ganada y otra por competir en diciembre, esta figura excluyente en el corazón de los boquenses decidió no demorar más aquel sueño que venía postergando por múltiples motivos, eligiendo el domingo 25 de junio para concretar su ansiado partido despedida en el club de sus amores, allí en la Bombonera, el lugar que la estrella deportiva definió como “el jardín de su casa”.

 Desde todos sus compañeros en las distintas épocas que estuvo en Boca, como aquellos colegas que lo acompañaron en las competencias con la selección argentina, la lista se armó vertiginosamente y cuando llegó el momento de concretarse, se percibieron dos ausencias muy destacadas. Por un lado Martín Palermo, con quien vivió un lapso de amor y odio bastante mixeado jugando con la azul y oro, quien se justificó al comentar que ese mismo día dirigía al club Platense. Rolando Schiavi, quien estando en el club de la calle Brandsen como entrenador interino, fue despedido de la institución hace pocos años sin que mediase explicación alguna, fue el otro personaje que brilló por su asuencia. Fuera de eso, el último partido de la gran estrella xeneize contó con todos los elementos necesarios para ser sin dudas una fiesta inolvidable.

Históricos entrenadores en la Bombonera

El duelo previsto, es decir Boca Juniors versus la Selección Argentina, incluyó como DTs de estas formaciones por un lado a Carlos Bianchi en el banco boquense, mientras que los jugadores del equipo blanquiceleste tuvieron a la dupla Alfio Basile y José Pekerman con el buzo de entrenadores. Obviamente hubo un gran invitado de lujo, quien hasta el último minuto tuvo a los organizadores cruzando los dedos para que nada alterase su llegada a la Bombonera. Lionel Messi, quien además arribó al estadio con Leandro Paredes, Angel Di María y el entrenador Lionel Scaloni, que en la ocasión se sumó al gran homenaje como  jugador y no dirigiendo. Con casi 26 jugadores por equipo y el obvio paso del tiempo en algunos de ellos, estrictamente en su peso o masa corporal, Boca y la selección argentina jugaron con ganas, sin pierna fuerte en ningún instante y muchas ganas de divertirse allí en una jornada soñada por todos los seguidores del mediocampista boquense. El partido se jugó con un primer tiempo de 40 minutos y el complementario de 30, una duración en la que los involucrados buscaron la valla contraria sin pausa, pero con buen juego.