El título de la esperanza

Muchas veces se dice, afirmación con la que estoy de acuerdo, que lo importante no es el resultado sino el camino que se siguió para llegar a él. Los que dicen defender “ganar como sea” sospecho que también preferirían jugar lindo y golear al rival antes que meter el 1 a 0 con la nuca en el minuto 93. Además, creo que es una cuestión estadística: jugando bien es muy probable que se consigan resultados, mientras que jugando mal, los que lleguen serán producto del azar, y, por ende, más esporádicos. Pero al margen de este planteo casi ético, es indiscutible que ganar ayuda. En términos anímicos sobre todo, y sabemos lo determinante que es una mentalidad ganadora en cualquier competencia deportiva. Y el seleccionado argentino sub 20 ganó 2-1 contra Rusia en la final del torneo L´Alcudia de Valencia. Los goles argentinos los hicieron Colidio y Marinelli. Además, empezó perdiendo y lo dio vuelta, algo meritorio en sí mismo, pero aún más valioso cuando es una de las grandes deudas de nuestra selección mayor: la dificultad de imponerse a un partido que empieza adverso. Aimar y Scaloni, técnicos del campeón, están a punto de escribir sus primeras páginas al mando de la selección mayor. El recambio generacional no se va a dar sólo a nivel jugadores sino que también se verá en los bancos. No está confirmado si se van a quedar con el puesto (la verdad es que son muy jóvenes y no tienen demasiada experiencia en la conducción de grupos tan difíciles de manejar como una selección nacional), pero a priori la expectativa es buena. Terminado el partido con Rusia, Aimar declaró, con la mesura y la serenidad que lo caracteriza, que "Es lindo ganar, claro. Pero hay que enfocarse en lo que viene, no sólo en el corto plazo con la mayor. Yo estaré con los más chicos que es donde me siento más cómodo". Tener un técnico mesurado y con los pies en la tierra es bueno. Si encima es un crack, mucho mejor.