Para los amantes del golf, Córdoba tiene mil y una opciones. Entre la ruta del golf, los diversos paisajes y los campus inmensos, es la mejor provincia. Uno de los mejores campus de golf de Sudamérica se encuentra en Mendiolaza. Fue inaugurado a fines de 2019 y, desde entonces, no para de sumar visitantes. Es el Terrón Golf Club, que combina la magia de las sierras cordobesas con una calidad única de césped.
Fue diseñado por el golfista profesional estadounidense Tom Weiskopf. Con todos los cuidados y detalles que un profesional tiene en cuenta. Este norteamericano fue campeón de US Senior Open y de varios torneos. Su trayectoria se lleva varias copas y su experiencia es la que hizo que construya uno de los campus de golf más impactantes de Latinoamérica. Es que, luego de terminar su carrera como golfista, se dedicó a diseñar campus. Weiskopf es uno de los mejores arquitectos de golf. Se destaca en todo lo que hace y fue elegido para realizar este proyecto con la familia Tagle, dueña del Terrón Golf Club.
El único
Sin embargo, lo que hace único a este campus en todo el continente americano es que es el único diseñado por Weskopf. No hay otro igual. Sobre todo, porque combina el paisaje con el profesionalismo de un ex golfista y arquitecto de tal calibre.
El campus es inmenso. Tiene lagunas y elevaciones que hacen que sea perfecto para la práctica de este deporte. Todos los factores de las sierras cordobesas se unen armoniosamente para ofrecer un espacio único. La infraestructura del Club House impacta a primera vista. No solo a nivel deportivo, sino también a nivel arquitectónico: es una obra maestra. Weiskopf, se luce una vez más, pero esta vez, en tierras cordobesas. El Terrón cuenta con 7200 yardas de longitud. Su calidad es sublime, su calidez imperdible. Una vez más, las sierras cordobesas nos regalan momentos únicos y nos enorgullecen.
Argentina, nacida en Córdoba. Investigadora en el área de lingüística. En formación constante sobre las Letras y sobre la vida, gracias a la Universidad Nacional de Córdoba. Mis experiencias en viajes me llevaron a aprender cada vez más idiomas y querer conocer diversas culturas desde adentro. Pienso en la escritura como una herramienta para transformar el mundo y volverlo un espacio justo y equilibrado.