Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Cuando la culpa es de todos no es de nadie

Tema de la semana: lo que (no) dejó la Superfinal.

Sábado a las 2 y pico de la tarde. Mi hijo no se quería dormir y nosotros necesitábamos que lo hiciera porque si no se nos avecinaba una superfinal muy interrumpida. No lo lográbamos y nos íbamos poniendo más ansiosos y más nerviosos. Por cuestiones que define un poco la naturaleza y otro poco el patriarcado en el que estamos inmersos aunque no nos demos cuenta (en especial si no nos damos cuenta), mi mujer subió al cuarto a darle una teta: el arma letal para el insomnio. Cinco minutos más tarde, el análisis sobre si jugaba Wanchope o Benedetto, si River ponía 4 o 5 defensores se interrumpió de golpe. Habían atacado el micro de Boca. Y ahí empezó otra historia.Ya habrá tiempo para analizar el operativo policial (de hecho, les recomiendo chequear Ser Argentino mañana, yo sé lo que les digo), pero hay cosas que quiero decir que van más allá de las responsabilidades y de los desmanes. En primer lugar, quiero resaltar algo que me parece lo más importante de todo. Desde el minuto cero todo tipo de comunicadores (y luego funcionarios del Estado) se llenaron la boca con el tema de “somos así”, “esto demuestra lo que somos”, “la culpa es de la sociedad en la que vivimos”. Mentira. Enorme y absurda mentira.Adentro del Monumental había más de 60 mil personas a las que se les faltó el respeto una y otra vez (no se avisaba si estaba suspendido o no, después les dijeron que empezaba a las 6, después a las 7, muchos estuvieron varias horas parados sin poder ir ni al baño porque los túneles del estadio estaban tapados de gente) y la desconcentración fue extremadamente pacífica. Me gustaría ver qué pasa si en esas sociedades de los países a los que tanto miran con una envidia inocultable se tiene a 60 mil personas presas durante tantas horas sin información oficial. Además, y me pongo un poco sensible porque me acuerdo de mi viejo, una frase que él decía me está resonando desde el sábado: cuando la culpa es de todos no es de nadie. Y, querido lector, yo no tengo la culpa ni la responsabilidad de lo que pasó. Si usted no tiró piedras ni es barra brava ni estuvo a cargo del operativo policial, tampoco la tiene. No se deje engañar. Usted no es responsable de nada, ni su familia ni sus amigos ni sus vecinos. Si lo convencen de lo contrario, de que la “sociedad” está perdida y por eso no podemos organizar un partido de fútbol, van a terminar teniendo razón. No les crea. Es una trampa.
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