Cuando Dios fue leproso

La imagen de Diego Maradona con la camiseta rojinegra dio la vuelta al mundo. Y en Rosario su llegada significó un episodio al que nadie le pudo ser indiferente. Porque, lógicamente, El Diez revolucionó la ciudad. Luego de su paso por el Sevilla de Bilardo, en la segunda mitad de 1993, Maradona regresaba al fútbol argentino para ser leproso. Fueron pocos partidos, pero dejó una marca imborrable en la principal ciudad santafesina.

Aquel 10 de octubre de 1993, se cortarían los largos 8 años, 10 meses y 8 días que el futbolero argentino tuvo que esperar para volver a ver al Diego en el fútbol argentino. Y lo hizo con la camiseta de un equipo del interior del país. Pero, claro, Newell’s es uno de los clubes grandes que están afuera de Buenos Aires. Los partidos que disputó el más grande de todos los tiempos con la casaca del leproso fueron pocos. Aún así, se los recuerda para la eternidad, en la ciudad del leproso y el canalla.

Si hay algo a lo que nos tiene acostumbrados Diego, es a reinventarse. Maradona venía de jugar en España, en el recordado equipo que también tenía entre sus filas al Cholo Simeone. Pero el Diez ya había pasado por muchas situaciones complicadas. En lo deportivo, el Pelusa estuvo a punto de regresar a Argentinos Juniors, pero en el medio se metió Newell´s Old Boys de Rosario y así nació un amor eterno entre el más grande de todos los tiempos y La Lepra rosarina.

El 9 de septiembre de 1993, la noticia fue la vuelta de Maradona al fútbol argentino y la sorpresa provocó la felicidad de media ciudad de Rosario. Diego estaba más vivo que nunca e ilusionaba a todos los hinchas argentinos, un año antes del Mundial de Estados Unidos.

Cuando los números no importan

Las estadísticas dicen que Maradona solo jugó en Newell’s cinco partidos oficiales y dos amistosos. En uno de ellos, ante Emelec de Ecuador marcó el único gol con la casaca rojinegra, en el Parque Independencia.

El jueves 2 de diciembre, Newell’s enfrentaría a Huracán en el Tomás A. Ducó, en lo que sería el último encuentro oficial disputado por Diego Armando Maradona con la camiseta de Newell’s Old Boys. En esta disputa, Diego sufriría un desgarro muscular que lo alejaría de las canchas hasta su vuelta en enero en el amistoso con el Vasco da Gama. Esa sí fue la despedida del Diez con los colores rojo y negro.

Recién el año pasado, Diego Armando llegó a Rosario como técnico de Gimnasia La Plata. En otro inusitado record, se convirtió en el primer DT de un equipo que, en la previa, canta con la hinchada rival, quienes lo homenajearon con una camiseta con la imagen de su cara. También le instalaron un "trono de rey" donde sentarse en el banco de suplentes. Newell's Old Boys le rindió pleitesía al Diez y él respondió con gratitud y con su corazón, relegando a segundo plano el partido de fútbol. Además de la alegría, Diego también tuvo su tiempo para la emoción y las lágrimas: la dirigencia leprosa le regaló una camiseta con el nombre de su madre, La Tota, y Maradona no pudo evitar romper en llanto.

Se dijo que lo de Maradona siendo leproso fue “un romance que duró 540 minutos”. Esto es por el tiempo que transcurrió en cancha con la camiseta de Newell’s. Pero ese amor no terminaría ahí. Diego siempre recuerda a los hinchas rojinegros. En el corazón y en la historia del club, quedarán marcadas a fuego las imágenes del astro con la 10 de La lepra.