Crónica de un despido largamente anunciado: Racing echo a Pizzi después de perder el superclásico de Avellaneda

Al añejo técnico Juan Antonio Pizzi le quedaban en teoría dos situaciones que resolver, a fin de lograr un poco más de oxígeno en su proyecto deportivo en la conocida institución de Avellaneda. Una era superar con un resultado positivo, léase empate o victoria, el duelo contra el eterno rival de barrio al que había vencido recientemente en un partido saturado de polémicas. El otro desafío era permanecer con vida en la Copa Argentina, torneo en el que venía zafando con resultados agónicos. El ex jugador de Rosario Central y River que en el nuevo milenio se dedicó a la dirección técnica, finalmente encontró su gran espada de Damocles en el clásico de Avellaneda, duro partido en el estadio de Independiente que faltando pocos minutos se convirtió en frustrante derrota para los académicos con un gol de Silvio Romero aprovechando un descuido de la defensa racinguista. Sin saberlo, tras ese resultado adverso, la suerte del entrenador del plantel blanquiceleste estaba echada y solo faltaba la comunicación oficial.

La ausencia de autocrítica en la órbita pública, aludiendo que ese mecanismo de análisis lo realiza de manera interna, incomodó muchísimo a los directivos académicos, quienes en una reunión de urgencia asumieron que lo mejor era despedir al veterano DT, aún con el peso de lo que significa la rescisión del contrato que tenía hasta fin de año. Avalando que lo económico sería al final de cuentas el mal menor, el conocido manager deportivo Rubén Capria fue el encargado de informarle al entrenador que no dirigirá el domingo en el partido que Racing debe jugar en el Cilindro de Avellaneda contra Newell's. Habrá que ver si la partida del técnico culmina con una decisión de común acuerdo o de lo contrario, que clase de resarcimiento económico habrá por parte del club, puesto que Pizzi tiene un vínculo hasta el 31 de diciembre de este año con el equipo celeste y blanco. En las últimas horas se daba a entender que existe un acuerdo entre el DT y la dirigencia académica para cerrar la ligazón contractual, abonándosele el resto de los meses que faltan del ciclo.

Si hay algo que caracterizó significativamente la breve gestión de Juan Antonio Pizzi en Racing, fue sin dudas la tenaz resistencia de los hinchas con este entrenador, un malestar que llevó a muchos a desear -aunque resulte un despropósito emocional- que el domingo Racing cayera derrotado, entendiendo que esa era la única forma de poner afuera del club a un DT que encima no tenía firme respaldo de la dirigencia. En un par de ocasiones, el director técnico hizo público que no se sentía apoyado por la dirigencia a excepción del “Mago” Rubén Capria, un manager deportivo que recomendó su contratación luego que Sebastián Becacecce dejase el equipo de Avellaneda. Conviene destacar que de no ser por el apoyo del directivo que antes se desempeñó como volante del equipo académico, la permanencia del entrenador no se hubiese prolongado tanto tiempo en el club, pues había muchos directivos de esta añeja institución que no coincidían en lo más mínimo con los planteos deportivos del entrenador.

El historial de partidos claves que Racing perdió en circunstancias decisivas a lo largo del año, fueron lenta y paulatinamente la “kriptonita” que fue debilitando al añejo entrenador, secuencia de derrotas que lo golpearon hasta dejarlo groggy tras el partido clave contra el eterno rival como visitante este último fin de semana. El jueves 4 de marzo, la academia sufrió una brutal goleada contra River en la final de la Supercopa Argentina, un 5 a 0 que dolió muchísimo a la dirigencia y fundamentalmente, a los hinchas. El viernes 4 de junio ocurrió la segunda catástrofe en el devenir del equipo bonaerense, cuando Colón le ganó 3 a 0 en la final de la Copa de la Liga. El crédito del añejo técnico que actualmente utiliza gafas de aumento, poco a poco se fue agotando y el brutal cuchillazo que lo dejó herido de gravedad, fue la derrota el pasado martes 20 de Julio, cuando cayó 3 a 1 frente al San Pablo, quedando afuera de la Copa Libertadores. A Pizzi solo le quedaban dos momentos para recuperar oxígeno operativo: el duelo contra Independiente y su firme permanencia en la Copa Argentina. La derrota frente al clásico rival en una lluviosa noche, fue la gota que rebalsó la paciencia de los dirigentes, quienes muy incómodos con el planteo y los cambios durante el partido, finalmente tomaron la decisión de echarlo sin titubeos.

Hasta su despido, el historial de Juan Antonio Pizzi como entrenador racinguista era de un promedio un poco más positivo que la mitad de lo jugado, lapso donde las derrotas contra equipos claves en partidos definitorios medró su resistencia frente a una dirigencia que, de haber podido, tal vez no lo hubiese dejado un semestre en la dirección técnica. A lo largo de estos 7 meses de campaña, el entrenador dirigió 32 partidos, competiciones en las que logró 13 victorias, 11 empates y 8 derrotas, despidiéndose de la institución académica en estas horas con porcentaje del 52,08 por ciento de efectividad. Uno de los momentos en donde se tensó visiblemente la cuerda entre el DT y la dirigencia racinguista, fue cuando el equipo venció 1 a 0 a Rosario Central. Al salir del vestuario esa noche y con rostro de muy pocos amigos expuso su análisis, el cual le cayó a los directivos como un sablazo en las costillas al más puro estilo “Kill Bill”. Esa noche, con su rostro muy enrojecido por las emociones, sostuvo que “Necesito que todos estemos juntos. El Mago (Capria) mostró la confianza que tiene en mí desde el momento en que me vino a contratar, me lo hizo saber en estas horas posteriores a este golpe poco habitual en el fútbol. Me hubieran gustado también algunos apoyos más institucionales, pero sé cómo son las cosas en el fútbol".

Una de las cosas que más molestó en el clásico que Racing perdió frente a Independiente, fue la decisión de sacar a Lisandro López del campo de juego cuando faltaban muy pocos minutos de juego, momentos donde Independiente consiguió el agónico gol del delantero Silvio Romero que le permitió llevarse el clásico de Avellaneda. Ni bien terminó ese gran duelo de barrio, algunos dirigentes académicos no disimulaban en gritar su bronca contra el técnico. Le apuntaban, sobre todo, por la insólita salida de Lisandro López justo cinco minutos después de que Independiente se pusiera en ventaja, jugador que había jugado un buen primer tiempo, soliendo dar un plus en este tipo de partidos. Cuando Pizzi dispuso el ingreso de Piatti por López, el capitán salió muy disconforme con ese cambio aplicado, lo que pudo constatarse cuando se acomodaba la ropa en el banco de suplentes. Ese malestar y el indisimulable fastidió del delantero fue lo que terminó de torcer la voluntad de Víctor Blanco y Rubén Capria, quienes parecían ser los únicos que parecían sostener a Pizzi por distintos motivos.

Mientras empieza la fuerte batalla de nombres para suceder al entrenador despedido, la dirigencia manejaba la posibilidad que Diego Cocca dirigiese al equipo, pero durante las últimas horas quedó confirmado que quien tomará la posta será Claudio Úbeda, quien ya tuvo una oportunidad como entrenador interino en la Academia, antes de ser entrenador de la Selección Sub 20. Para suceder a Juan Antonio Pizzi como DT, la lucha de nombres en danza comprende al uruguayo Alexander Medina, actualmente en Talleres de Córdoba, Gabriel Heinze, entrenador que fue despedido del Atlanta United, sin olvidar que a estos técnicos también se suman nombres como Antonio Mohamed, Diego Dabove y Guillermo Barros Schelotto, siendo este último un candidato de peso, pues su staff incluye a Gustavo su hermano, quien tuvo una exitosa campaña en la institución racinguista dejando buenos recuerdos a los hinchas y dirigentes académicos. La resurrección de Pizzi cuando muchos resultados no lo ayudaban, ocurrió justo en el final del anterior campeonato local y justo en la fase decisiva de la Libertadores, merced a ciertas victorias que impulsaron fuerte su permanencia. Definitivamente los resultados adversos, en especial el del domino frente a los “rojos” fueron el prólogo de una decisión que la dirigencia no titubeó en ejecutar en las últimas horas, poniendo un compás de espera sobre quien será su sucesor en el puesto.

Imágenes: Racing Club