Si la globalización continúa en su insoslayable camino y estamos encerrados en la centrípeta marcha que nos despoja de recursos y materias primas a cambio de deudas y desechos, si solo vivimos para ir a la oficina, y de la oficina a casa, si llegamos con lo justo a fin de mes, si nuestro fútbol tiene el festejado honor de ser el segundo exportador a nivel mundial, si los dirigentes de nuestros clubes continúan administrando de la manera que conocemos… si nada de eso lo podemos evitar ni controlar, entonces sigamos sobreviviendo con nuestro arte.
Y, sin dudas, lo que sucede dentro de la cancha es arte, en serio. La creatividad de nuestras hinchadas e hinchas es reconocida e inagotable. Son una expresión de la poesía popular que mezcla nuestra visión del mundo y nuestras infinitas frustraciones pero, sobre todo, nos recuerda que nada (o casi nada) es tan terrible si lo atravesamos con humor. Esa picardía propia de los argentinos, tanto afuera como adentro de la tribuna, para decirle a otro “la posta” (lo que pensamos de él sin tapujos) nos hace únicos frente a los ojos de afuera.
Quienes no disfrutan del fútbol o, simplemente, les pasa desapercibido (¿cómo hacen?) de todas formas pueden sentir simpatía por estas expresiones tan pasionales. Porque, ¿quién no sintió alguna vez en la vida, en la familia, en la pareja, terribles ganas de decir ciertas cosas a los gritos, pero que por educación y respeto callamos? ¿Quién no querría poder decirle a un jefe inoperante que se cree Dios que se calme porque “no lo conoce ni su vieja?” Es inevitable sonreír frente a tanta creatividad para la “inocente” agresión verbal con la que los hinchas se dirigen a los equipos contrarios (¡y, muchas veces, a sus propios equipos!) porque a todos nos gustaría, en el fondo, poder hacerlo en cualquier ámbito. En la cancha está permitido. Veamos algunos de los insultos más inolvidables de ese exponente tan nuestro, quizás podemos tomar algunas ideas como inspiración:
- Arzeno, correte que están jugando.
- Delorte, pasate a nafta.
- Ni con un 38 afana una pelota este hijo de puta.
- Denis, doná los órganos, muerto.
- Gordo, escupí el fitito.
- ¿Cuántas pelotas ves Cordone?
- Vivaldo, afiliate al Pami, viejo choto!
- Tenemos menos luces que Parque Chas.
- Tomate un Actimel, Ribonetto.
- Dale esclavo, pateá el córner.
- Carranza, ojalá que te mate Dios.
- Apretá el círculo, hijo de puta.
- A Krupoviesa le ponés dos medias de distinto color y se caga a patadas solo.
- ¡Devolvele la cara al cuco, Muller!
- ¡Sos horrible!¡Ponete la montura, Bedoya!
- ¡Krupoviesa en tu casa hasta los muebles usan canilleras, burro!
- ¡Che 9, hacé de cuenta que estas en Esperanto y encarate a alguien!
- Gómez, movete un poco que te va a mear un perro.
- ¡Tenés menos definición que un Atari
- ¡García, pedile las manos a Perón!
- Piojo, tenés menos centro que Las Toninas.
- ¡Tírenle agua que se seca la ballena! (Fabbiani en el suelo después de recibir un foul)
- Leyenda, si querés al club te pido por Dios que te autolesiones.
- ¡Gordo, si tu culo fuera una tostada, habría que untarla con un remo!
- Heinze, ponele ganas, ¡Sofovich corre más que vos!
- Ortigoza, ¡dejá la mochila en el vestuario, vas a jugar más cómodo
- A ese ponele Blem, que es de madera el hijo de p*ta. (Al cuerpo médico, cuando le aplicaban a un delantero de Colón el aerosol frío para aliviar el dolor)
- Cuatro, no te conoce ni tu vieja. Cuando te llama a comer te grita: ¡Cuatro a comer!
- Cormillot , Fabbiani es argentino.
- Russo meté un cambio, hermano. ¿Se te rompió la caja?
- Ahumada, ya te aprendiste los números de todos, ahora sacales la pelota.
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