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Ir a la secciónBuenos Aires - - Domingo 05 De Febrero
La inocultable pasión de los árabes por las actividades artísticas y deportivas alcanzan en los comienzos de este arranque de milenio, un lugar muy destacado en la grilla de eventos que pueden observarse durante los últimos años, simbolizado en distintas actividades. En un desembarco voluminoso con sus millonarios capitales, volcando cifras de importancia para la actividad automotriz, con la realización del Gran Premio de Fórmula 1, la llegada de nuevos autódromos en los Emiratos y el respaldo a ciertas escuderías, naturalmente el otro espacio en donde esos aportes patrimoniales alcanza una destacada dimensión para la concreción de eventos deportivos, es en la industria futbolística, donde han contratado en estas décadas a jugadores y técnicos para mejorar el nivel de sus equipos, situación que lo tuvo al mismísimo Diego Maradona dirigiendo uno de los principales clubes de la región.
Ese poderío económico hay que expresarlo en los hechos y que mejor que recordar al gran ídolo del fútbol mundial fallecido hace apenas un año y pocos días, cuando todo el mundo no imaginaba que una situación pudiese ocurrir en aquél momento. Lo cierto y triste del asunto es que Diego Maradona partió el miércoles 25 de noviembre de 2020 en medio de la pandemia a la posteridad, situación que los jeques consideraron que convenía evocar al realizar un partido amistoso en uno de los modernos estadios que poseen en Riad, match jugado esta semana en horas del mediodía con la finalidad de recordar al astro de variados equipos del mundo en donde el número diez se desempeñó hasta finales del viejo milenio con exitosa repercusión deportiva. La idea fue generar un choque futbolístico entre Boca y Barcelona, casualmente el club ribereño donde alcanzó mayor popularidad en Argentina y el equipo europeo que a principios de los años ‘80s rompió el chanchito para llevarse a la estrella boquense del otro lado del Océano Atlántico.
Para que la fiesta en Riad fuera completa, insuflando importantes cifras en dólares, los organizadores se aseguraron la presencia de dos de sus hijas y la viuda del deportista, sin olvidar tampoco a uno de los hermanos del jugador, comitiva que completaron parejas de los invitados y también el cantante Ulises Bueno. Después de ganar la Copa Argentina en su duelo con Talleres para llevarse la Copa Argentina, en una decisiva tanda de penales en la que volvió a lucirse el arquero Agustín Rossi, los Xeneizes llegaron a la localidad designada para este partido homenaje, enterándose varios días antes que el Barcelona no se presentaría con su equipo de primera división, sino con un combinado de jugadores de la tercera al que se sumarían algunos jugadores que suelen estar en el banco de suplentes en el tradicional campeonato español. En síntesis, un amistoso con un equipo presentado por los catalanes sin demasiada exigencia para jugar, a pesar que la formación argentina que se trasladó a los Emiratos Árabes fue la misma que obtuvo el título nacional durante la semana pasada en Santiago del Estero.
El partido fue tan pobre de uno y otro lado que, a excepción de los tantos conseguidos en el segundo tiempo por Jutglá (Barsa) y Zeballos (Boca), siempre flotó la sensación en esos 90 minutos de participación “amistosa” que el trofeo se terminaría definiendo en los tiros desde los doce pasos, un mecanismo que en el segundo semestre del año que se despide, le brindó incontables satisfacciones a los Xeneizes. No hubo momentos de tensión en ningún área salvo tres o cuatro jugadas aisladas, un encuentro bastante friccionado donde nadie a excepción de Sebastián Villa buscó llevarla por abajo, partido que de a ratos aburrió a los asistentes, quienes habrán puesto en duda si se trataba de un partido jugado en serio por el pésimo nivel que ambos planteles exhibieron en Riad durante ese muy caluroso mediodía con la excusa del homenaje al legendario deportista fallecido en Tigre a fines del 2020. Al final, cuando ambos equipos amarretearon su vocación ofensiva, el árbitro Fahad Mirdas decidió no prolongar demasiado la definición del choque argento-europeo, pitazo final en donde los más preocupados por lo que seguiría fueron los jugadores elegidos para patear los disparos desde el punto penal.
Tal como era de esperar, la carta de triunfo para Boca de un tiempo a esta parte se llama Agustín Rossi, quien en la oportunidad se vistió totalmente de negro para jugar, dejando de lado el vestuario violeta eléctrico usado en la final contra Talleres. El arquero de los Xeneizes estuvo a punto de sacarle el remate a Dani Alves, pero dos tiros después se tiró a su derecha para sacarle el remate a Pereira, lo que volcó la ventaja para Boca que metió todos los remates efectuados desde el punto penal, situación que desembocó en la victoria del equipo argentino cuando el barcelonés Guillerm Jaime tiró arriba del travesaño el tiro que terminó dictaminando el 4 a 2 favorable al plantel de la Ribera. El equipo dirigido por Sebastián Battaglia mostró cierta confianza anímica en su traslado del balón, pero hablar de futuro en un equipo que a finales de diciembre quede probablemente desguazado por el sinnúmero de conflictos existentes actualmente en el estadio de la calle Brandsen, asoma inoportuno, porque varios de los jugadores que participaron del amistoso finalmente serán puestos a la venta, o no renovando los prestamos para que continúen en esta formación.
La fiesta de homenaje e a Diego Maradona incluyó un trofeo con una réplica en escala del deportista a principios de los‘80s, estatuilla que los jeques le dieron al capitán Izquierdoz al culminar los penales, con la compañía de Lalo Maradona, Dalma y Gianinna, quienes al participar de este match recordatorio recibieron según se indicó en numerosos sitios de Internet, una cifra estimada en 30 mil dólares para cada uno, gastos de viaje y estadía, igual cachet entregado a la viuda del deportista homenajeado. En el entretiempo Ulises Bueno cantó “La mano de Dios”, tema de su hermano Rodrigo, mientras que en las tribunas estuvo Daniel Osvaldo, actual pareja de una de las hijas del astro deportivo, curiosamente un delantero que jugó en el equipo de la Ribera hace pocos años. Con un entusiasmo plastificado y mucha euforia, la fiesta recordando al histórico número diez terminó con todos los jugadores en el campo intercambiando camisetas, ofreciendo afectuosos abrazos y compartiendo esta evocación al delantero de Boca y el Barcelona, que a un año de su partida física dieron una discreta muestra futbolística para homenajear al más talentoso creativo de esos clubes.
Imágenes: Redes Boca Juniors / IG Ulises Bueno / Télam
Fecha de Publicación: 17/12/2021
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