¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Viernes 31 De Marzo
Lo que parecía complicado se transformó en algo menos dificultoso y aquello que en los papeles sonaba de intermedia exigencia se convirtió en un calvario. En solo cinco días y pocas horas, la selección argentina tuvo que sacar chapa de finalista antes del partido que lo llevaría al séptimo encuentro por el trofeo mayor. El duelo con Países Bajos, un choque que los analistas deportivos calificaron de intermedio en cuanto a peligrosidad, se terminó convirtiendo ese anochecer por poco en una interminable pesadilla, cuando ese encuentro de octavos contra la selección naranja terminó en los penales prendiéndole muchas velas al arquero marplatense.
Contrariamente al pánico que existía por enfrentar a Croacia en semifinales, el asunto no solo se resolvió en el tiempo normal, sino que tampoco pasó grandes apremios en los 90 minutos, ante una muy insulsa Croacia que sin duda llegó físicamente peor que la “Scaloneta”. El equipo dirigido por Lionel Scaloni se preparó para otra jornada de sufrimiento, pero a los 34 minutos con un penal irrefutable, Lio Messi llevó tranquilidad a los hinchas con un disparo acorde a las circunstancias y eso pareció desmoronar a los croatas, que hasta ese momento no habían creado ninguna situación realmente peligrosa para la valla argentina.
Sostener esa mínima diferencia hasta que llegase el salvador pitazo del árbitro y evitar meterse en vestuarios con una paridad, sin dudas fue lo mejor que consiguió la selección de nuestra nación. Lo cierto es que cuando menos lo esperaban, los jugadores de la blanquiceleste se encontraron con otro regalo inesperado, a raíz de una pésima estrategia defensiva de los croatas, justo cuando el atacante Julián Álvarez, que estaba cerca para crear algún gol en el arco contrario, finalmente se dio el gusto merced a un descuido antes del entretiempo de ampliar el marcado, mientras los europeos por esos segundos estaban desesperados para conseguir el empate, en esos minutos vieron derrumbarse esa chance y quedar 0-2 al llegar al entretiempo.
La segunda conquista fue una atropellada contra el arco contrario que pareció enroscada, pero la enorme fuerza de ex-número 9 de River contra la valla croata fue muy valiente, descolocando a sus rivales que salieron en zona a marcarlo de manera equivocada. Para los europeos, esos dos golpes en una muy corta fracción de tiempo, parecieron llevarlo al knock out, minutos donde Argentina con muy poco casi estira la diferencia merced a una mala salida de su rival.
Volver a la cancha con el marcador en contra por dos goles ante un oponente así, sabiendo que los minutos restantes se consumirían de manera mental mucho más veloces que lo real, pareció insertar al equipo guiado por el volante creativo Luka Modric en una situación demasiado incómoda y tensionante. Fue justo en ese primer cuarto de hora de la segunda parte, donde se percibió que todos sus compañeros acusaron bastante más de lo debido ese doble impacto ocurrido en el final de la etapa inicial. Desde esos dos trompazos, la selección de Croacia ya no fue la misma y se notó en sus siguientes reacciones.
Los errores del staff del Viejo Continente habían quedado expuestos ni bien volvieron del vestuario, porque la picardía de Lionel Messi para encontrar huecos y proyectar jugadas peligrosas para el oponente, se fueron multiplicando, lo que sacó de las casillas al técnico europeo. Los ataques de la floja selección croata asomaban demasiado reiterativos en su proceder, por lo cual la línea de fondo blanquiceleste apenas tuvo un par de momentos antipáticos, pero no mucho más que eso en una segunda etapa donde toda la gente sacaba la cuenta mental, aguardando en que minuto Argentina aumentaría el marcador.
Cuando el reloj marcaba casi 25 minutos de la segunda etapa, el habilidoso número 30 del PSG armó una jugada propia de su repertorio y dejó al ex -delantero de River con todo listo para aplicar una definición bien contundente. Con el 3 a 0 a favor, Argentina hizo todo lo que indicaba el manual. Metió todos los cambios que hacían falta para poner este duelo muy veloz dentro de un freezer, buscó renovar oxígeno en las líneas más desgastadas y le dio algunos minutos en el campo a Paulo Dybala, que podrá decirle a sus familiares y amigos que no viajó a Qatar por un simple protocolo turístico como acompañante.
24 horas más tarde, Francia salió a conseguir su pasaje a la final frente a una sobrevaluada Marruecos, equipo que llegó a semifinales mucho más por errores de los contrarios, que por sus propios méritos. El aguerrido equipo africano ganó en los penales frente a España, un plantel que se nota que prácticamente no practicó tiros desde los 12 pasos en Qatar, sino es imposible que hayan errado en pocos segundos tantos disparos seguidos. Ya en cuartos, los marroquíes consiguieron el milagro que el técnico portugués excluyera al delantero más importante de esa selección, Cristiano Ronaldo, creyendo que Ramos sería nuevamente el mesías goleador, situación donde Santos recién hizo entrar al famoso número siete cuando su equipo ya perdía por 1 a 0.
La selección francesa, actualmente campeona del mundo y con ganas de revalidar la corona conseguida hace cuatro años en Rusia, definitivamente jugó despierta y sin ganas de agrandar más a este plantel aguerrido. En un duelo donde la superioridad gala nunca estuvo en tela de juicio, ya a los 5 minutos una pelota por la izquierda que la defensa marroquí no supo ni pudo despejar, encontró al jugador Theo Hernández poniendo con un guadañazo de izquierda la apertura del partido para los franceses, mientras el técnico rival se agarraba la cabeza para ver como revertía una desventaja casi acaecida en los vestuarios.
El DT del equipo africano expuso allí con el marcador en contra sus perceptibles limitaciones tácticas, mientras todos sus dirigidos intentaron más por la fuerza que por su incipiente habilidad con el balón, conseguir el empate. El habilidoso francés Kolo Muani, cuando el partido todavía parecía parejo en el score, supo poner justo el vital 2 a 0 en el momento apropiado y ahí se acabó Marruecos. Regulando de manera inteligente las energías necesarias para jugar la final, el entrenador galo metió los cambios necesarios y se dedicó a hacer correr la pelota para desacomodar a los africanos.
La final tiene dos protagonistas muy destacados, habrá que ver cuanto juega lo físico o lo mental en un duelo así, pero es obvio que hay garantía de una gran partido para este domingo en el mediodía argentino, para muchos la revancha soñada de lo ocurrido en tierra soviética hace cuatro años y medio.
Imágenes: Télam
Fecha de Publicación: 16/12/2022
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