¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónCon la llegada de cada campeonato mundial en distintas naciones del globo, cada torneo que se desarrolla con la participación de las principales selecciones del mundo, conlleva cada edición la llegada de un nuevo balón creado para recordar no solo al país que realiza el mundial, sino también las características culturales de la nación que tiene a su cargo la organización del torneo más importante del planeta. La fenomenología de la pelota que se usa en esta clase de competencias internacionales, oficialmente tuvo su punto destacado de crecimiento con la realización del Mundial Alemania 1974, época en la que la firma alemana Adidas encaró un trabajo a conciencia para mejorar muchos aspectos de la gran protagonista de todos los partidos.
Después de aquella histórica competencia en suelo germano, tomando en cuenta el exitoso funcionamiento de aquella esfera diseñada para las competiciones, la empresa con la licencia oficial para crear cada mundial la pelota que se utilizará en estos torneos, puso en marcha una gama de enormes desafíos porque el lugar donde aterrizaría sería nada menos que Argentina, un país con un gran nivel de afecto, cultura y devoción por este juego.
En la temporada 1978, finalmente con nuestra nación seleccionada entre muchos países que postularon para desarrollar esa edición del campeonato mundial, Argentina recibió a las más importantes selecciones del mundo para un torneo muy especial, al tratarse de la primera vez que nuestro país sería sede de la máxima competición. Se construyeron tres estadios para aquél campeonato, uno en Mendoza, el Chateau Carreras en Córdoba y el José María Minella en Mar del Plata, a la postre las sedes por fuera de la Capital Federal, localidad en la que se mejoraron mucho las estructuras del José Amalfitani en el club Vélez Sársfield, ocurriendo algo similar en el famoso “Monumental” del Club Atlético River Plate, lugares donde se construyeron y mejoraron varias tribunas, para dar cabida a semejante evento internacional. La empresa Adidas, en tanto, diseñó la pelota “Tango” y los argentinos como el resto de aquellos países la vieron como una esfera mágica por sus características, sobresaliendo la costura de esos hexágonos que la integraban de una manera impactante a la vista. En una faena de menor a mayor, la selección que dirigió César Luis Menotti logró el título en la gran final frente a su par de Holanda por 3 goles a 1 en el tiempo suplementario. Nadie olvidó jamás aquella pelota creada para nuestra primera conquista mundialista.
El balón que se usó en aquella edición era bastante más pesado que la pelota que ahora los jugadores emplean en la competencia, un esférico que fue traído al país con la suficiente y necesaria antelación para que los jugadores argentinos se adaptasen al mismo. El jugador que más entendió la dinámica de ese distinguido balón fue el mediocampista Norberto Osvaldo Alonso, número 10 de River, quien jugó en el primer partido de la selección un cuarto de hora en el segundo tiempo, cuando Argentina empataba dramáticamente con su par de Hungría. La selección de Menotti no lograba en la red su buen juego, momentos donde la mayoría del estadio empezó a corear el mítico apellido del volante millonario, quien se emocionó al escuchar 75 mil personas nombrándolo.
Menotti, que lo llevó a ese plantel presionado por autoridades nacionales, no tuvo más opción que ponerlo en lugar de Daniel Valencia, cambio que fue más aplaudido que el himno nacional en esa helada noche en el Monumental. Una magistral jugada con Leopoldo Jacinto Luque culminó en ese tramo final, con un inolvidable tacazo del “Beto”, quien la devolvió casi con la mano a su compañero, instantes donde con un pase habilitó a Daniel Bertoni para el segundo tanto. Sin aquél taco del “Pelé Blanco” al delantero de Unión, Argentina jamás hubiese jugado la final del campeonato desarrollado en nuestra nación en 1978.
Para esta edición que tendrá a Qatar como nación organizadora, habrá una nueva pelota creada por la firma germana especialmente, la cual tiene como nombre el término “Al Rihla”. Esta expresión significa “El Viaje” y fue presentada hace varios meses con la figura de Lionel Messi. La misma está inspirada en "la cultura, la arquitectura, las emblemáticas embarcaciones y la bandera de Qatar. La FIFA, en la presentación de aquél codiciado objeto deportivo, sostuvo a través de su jefe de marketing que el mismo “está concebido para soportar la máxima velocidad de los partidos, puesto que se desplaza por el aire más rápido que ningún otro esférico en la historia del torneo. Es magnífico, sostenible y de gran calidad. Las estrellas disfrutarán jugando con él al más alto nivel en Qatar, donde va a disputarse el torneo más importante del planeta, como también luego lo harán los jugadores de fútbol de todo el mundo". La pelota fue promocionada durante los últimos meses con la presencia de las grandes estrellas del planeta como Iker Casillas, Kaká, Farah Jefry y Nouf Al Anzi, tour con varios jugadores que se encargaron de explicar los beneficios y ventajas del balón.
La construcción de esta nueva pelota, expone un objeto cilíndrico que en su exterior está constituído por un 70 por ciento de poliuretano, 20 por ciento de poliéster reciclado y un 10 por ciento de sustancia viscosa. Se trata de una cámara de caucho, cuyo fino exterior no exhibe costuras por tratarse de un balón con uniones termoselladas. Esta gran unidad de juego para estar en perfecta alineación y peso requiere ser inflada, y todas sus ediciones cuentan con el logo estampado de la Copa Mundial de la FIFA, habiendo recibido de este organismo la ansiada certificación “FIFA Quality Pro”, es decir, la más importante a la actualidad. El color de esta pelota es blanca con vapores fantasmales de gris, y lleva en letras muy pequeñas el número de artículo dentro de la empresa fabricante, por eso en un muy diminuto lugar los jugadores suelen encontrar el código H57783 con el que está identificada. Este gran balón tiene un perfecto cuerpo de poliuretano texturizado, con una novedosa forma final armada con 20 paneles que mejora la precisión, la estabilidad y la rotación en el aire del balón gracias a macro y microtexturas, así como al contrarrelieve de la superficie. Además es la primera pelota fabricada con tintas y pegamentos de base acuosa, estructura speedcell que combina textura y grabado de diamante para mejorar el efecto de giro y la precisión, esfera con estampados vibrantes que brillan bajo un acabado perlado.
El balón ya puede ser adquirido en Argentina en sus tres versiones: la Al Rihla Pro ($42.999), Al Rihla League ($26.999) y Minipelota Al Rihla ($11.999), entendiéndose que después del Mundial Qatar 2022, la mayoría de los partidos del fútbol argentino se jugarán en adelante con la nueva pelota mundialista, vedette indiscutida en la nueva competición planetaria.
Imágenes: Télam
Fecha de Publicación: 03/07/2022
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