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Ir a la secciónBuenos Aires - - Miércoles 07 De Junio
La mayoría de los protagonistas involucrados en diferentes disciplinas coinciden sin nada de cavilaciones o titubeos, que no hay nada más difícil en cualquier actividad profesional que retirarse de la zona de confort, pero ese riesgoso paso suele venir acompañado de un efecto compensatorio estimulando el desafío asumido en cierta etapa de la vida. Dando muy claras señales que no le interesa dormirse en los laureles de la comodidad, el exitoso corredor Agustín Canapino decidió correrse de esa plataforma de seguro bienestar cuando tomó la inesperada determinación de alejarse de la más importante categoría automotriz, al anunciar que dejaba el Turismo Carretera para lanzarse a la gran aventura extranjera de poner pie en suelo norteamericano para participar de la categoría Indy Car.
El exitoso corredor bonaerense asumió esa determinación después de acumular un total de cuatro campeonatos en la máxima categoría local, tres de ellos alcanzados de una manera consecutiva, con lo que eso significa en una de las especialidades competitivas más duras y difíciles del deporte automotor. Su desembarco en el Turismo Carretera ocurrió durante el nuevo milenio y prontamente vivió las mieles de consagrarse campeón con Chevrolet, marca con la que corrió hasta su despedida en el 2022. Un año antes, el exitoso corredor de los “Chivos” recibió a principios del 2021 el mayor golpe personal, cuando de manera muy sorpresiva se produjo el fallecimiento de su padre, el preparador de motores y jefe de equipo Alberto Canapino. Es probable que esa irreparable pérdida, haya sido la mecha para la futura ruptura con la categoría que lo vio consagrarse tetracampeón en poquísimas temporadas de competición.
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Antes de esa tristeza que lo desconcentró hace dos años, el sendero de Agustín venía con las mejores vivencias, después de ganar consecutivamente la soñada corona del TC en 2017, 2018 y 2019. Como la mayoría de las actividades presenciales del país, la llegada de la pandemia y todas las restricciones duras cercenó buena parte del año 2020, difícil y acotado calendario que comenzó sobre finales del segundo semestre con menos carreras de las habituales. Naturalmente con un calendario más corto y las incómodas sensaciones de correr en autódromos sin público por los aforos sanitarios, estos ásperos elementos le concedieron un contexto depresivo a la máxima especialidad, un campeonato que ganó Mariano Werner con Ford, después de varias temporadas peleando los primeros lugares del torneo. Allí se encendió la primera alerta en el piloto arrecifeño y cuando buscaba reacomodarse, en el segundo de los años alterados por la proliferación de “covid 19”, la joven muerte de su padre terminó de impactarlo más de lo esperado.
Agustín Canapino además de consagrarse en el TC, hasta ese momento había ganado en paralelo siete títulos en el Top Race, dos en el TC 2000, uno en TC Pista y otro también en la Copa Megane, acumulación de conquistas que lo ubicaba con quince títulos antes de la pausa que el problema sanitario provocó a lo largo y ancho del país. Necesitaba generar nuevos desafíos y sumergirse en aventuras que no lo tuviesen tan favorecido dentro de los contextos competitivos, días donde ya le había echado el ojo a la Indy Car, categoría que compite en los Estados Unidos mayormente en óvalos y pistas callejeras. Los contactos se hicieron más frecuentes, hasta que finalmente encontró ese adecuado eco en el equipo del empresario y corredor Ricardo Juncos. Entendió que para adecuarse a una especialidad de esa clase debía mudar su destino y avaló a Norteamérica, dejando los habituales autos de turismo para subirse a los coches de fórmula y participar en esos circuitos como aquél famoso dibujo de Long Beach, donde Carlos Reutemann ganó a finales de los años ‘70s.
En un período de tiempo relativamente corto, Agustín enfrentó las primeras cinco carreras del calendario, recibiendo como único consejo buscar su adaptación en las pistas, con una gama de competidores bastante más pirotécnicos que los que enfrentó durante el pasado en el Turismo Carretera. Long Beach y Fort Worth (Texas) fueron las primeras carreras de un calendario agotador, pero en estas competencias de apertura del calendario 2023, el afiatado piloto arrecifeño mostró su experiencia manteniendo el auto en pista sin dañarlo y consiguiendo buenos puntos para el campeonato. Antes de iniciar el circuito habitual de grandes premios, Agustín Canapino debió afrontar un requisito indispensable que deben cumplimentar cumplir todos los corredores debutantes en esta categoría, que es el circular a una determinada velocidad en las pistas con formato de óvalo. Tomando parte de la prueba en la que participaron otros cuatro corredores más, si se aprueba correctamente la circulación, se autoriza a estos debutantes a participar de competencias de muy extensa duración girando en círculos, en una pista donde la Fuerza G y otros elementos provocan un claro desgaste psicofísico en los competidores. El “Titán” de Arrecifes cumplió con todas muy satisfactoriamente.
Para poder largar en las históricas 500 millas de Indianápolis, carrera prevista para el día 28 de mayo, ahora el corredor argentino deberá superar otro examen, ya que esta carrera tiene en la previa un conocido bloque de depuración para dictaminar cual será el piloto número 34 que no tendrá la chance de correr. Todos salen a clasificar, allí los 12 primeros se ganan el boleto para el Fast 12 y luego buscarán la mejor ubicación para la largada. Pero los últimos cuatro se enfrentarán en el Last Row Shootout, un duelo en el que tres pilotos se asegurarán ocupar las últimas tres plazas que cerrarán la parrilla, mientras que el piloto más lento quedará fuera de correr esa carrera. En ese sentido el tetracampeón de Turismo Carretera y bicampeón de TC 2000 probó su vehículo, giró en pelotón y pasó varios autos. Cerró el día en el puesto 27 y de no mediar nada raro competirá en la histórica carrera que cada año concita la atención de millones de espectadores en Indianápolis o desde la televisión.
Cada vez que los medios lo consultan sobre su principal objetivo en esta gran temporada de adaptación a la especialidad, la respuesta del corredor nacido en Arrecifes es la misma: “terminar la carrera es el único y mayor objetivo”. Durante su reciente presencia en otra de las competencias que se desarrolla en Indianápolis, el piloto nacido en nuestra nación largó desde la posición 25 y finalizó cuatro puestos más adelante, girando durante una parte de la carrera en tercera posición, cuando muchos de los competidores debieron abastecerse de caucho y combustible en las famosas paradas que figuran programadas y obligatorias. Nos volvimos a ilusionar con pilotos argentinos en las máximas competencias internacionales al volante de Canapino.
Imágenes: Prensa y Redes Agustín Canapino
Fecha de Publicación: 26/05/2023
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