A cortar clavos

Pasamos Venezuela. Ahora llega el turno de enfrentar al poderoso Brasil. Y no llegamos en las mejores condiciones, que digamos. A cortar clavos, señoras y señores!

Primero, lo primero

El equipo sigue mejorarndo, muy muy muy levemente. ante Venezuela mostró algunos pocos momentos de dominio de la redonda. Paredes sigue creciendo en el medio. Otamendi jugó un partido bueno, lo cual es raro. Me pregunto cómo no podemos encontrar un 6 que sea 6. Digo: "El mellizo" Funes Mori, tan falto de fútbol está? Para mí, es 100 veces más que Otamendi. Quien, además, es diestro.

De todas formas, volvamos al team. Lautaro Martínez sigue siendo el mejor. Atento, sacrificado, desequilibrante. No es poco en este equipo. Y goleador. Gracias a Dios que está. Pezzella cumplió en la mayoría de los casos. No entiendo por qué lo sacó al "Huevo" Acuña. Nada de lo que hizo Lo Celso no lo podría haber hecho Acuña. La entrada de Foyth como 4 no se entiende, teniendo a Casco en el banco. Salvo que quisiera a alguien que no se fuera al ataque por ningún motico. Y soltar a Tagliafico, lo que le dió al equipo menos sorpresa que un Kinder.

Pagamos tener a un técnico que tiene que aprender.

Lo cual, si dejamos de lado nuestro triunfalismo pelotudo de pedirle a la Selección que logre lo que en nuestras vidas privadas no logramos, no está mal. Por primera vez en mucho tiempo, parece haber un proyecto a largo plazo. Bravo! Pensemos, entonces, todo a largo plazo.

El temita es que se viene Brasil. El clásico. El que hay que ganar, aunque se juegue al metegol. El equipo no está preparado para semejante compromiso. Salvo que aparezca Messi, cosa poco probable, vamos a cortar clavos.

Pero en el fondo nos gusta. Nos gusta la epopeya. Lo épico. La gesta. Nos creemos vikingos. Todo es a vida o muerte. Nunca un proceso tranquilo, a la europea. Y bueh. Somos así. Seremos así hasta que cambiemos un poco. Lo atamo con alambre y a cortar clavos son nuestras pasiones. No las predilectas. La predilecta en el fútbol, en donde ponemos a aquellas en su máximo esplendor.