¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Miércoles 10 De Agosto
En esta nota te vamos a explicar el significado de dos palabras muy distintas. Una, utilizada en nuestro vocabulario como un insulto, pero que no lo es, y hasta tiene su definición en la Real Academia Española. Y otra, utilizada como el gentilicio de los que habitamos la provincia de Mendoza, pero que, para nosotros, reviste una connotación negativa y nos parece hasta un insulto.
Obviamente, al leer esta palabra, lo primero que se nos viene a la cabeza es el trasero del ser humano, por no llamarlo con cualquiera de los miles de sinónimos que los argentinos tenemos para esa palabra. Sin embargo, lejos de ese significado, existe uno autorizado por la Real Academia Española que, lejos de lo fisiológico o relacionado con el ser humano, se conecta más con lo astronómico.
El orto tiene horario, todos los días, porque es la salida del sol u otro astro por el horizonte. Si googleamos la palabra, lejos de aparecer imágenes desagradables, la web nos conecta con el fenómeno astronómico y nos indica el horario en que se va a dar la salida del sol en esa jornada, o el horario en que ya salió. Obviando el hecho de que decir que el sol “sale” está mal, porque es la tierra la que gira y no el sol el que se mueve, pero esa es otra historia. Ahora ya podés andar gritando “¡orto!” a viva voz. Seguramente te mirarán feo, pero los equivocados serán ellos y no vos.
Estamos en serios problemas si sos de otra provincia y te referís a nosotros, los habitantes de Mendoza, como “menducos”. Es casi como lo que ocurre con los habitantes de Sudamérica a los que se los llama “sudakas”. Sabemos que ese término tiene una connotación peyorativa. No nos gusta que nos traten de sudakas, porque detrás de esa palabra hay una intención de llamarnos vagos, corruptos, ventajeros y muchas otras características más.
De la misma forma, que nos llamen menducos no nos gusta. Es menospreciarnos totalmente. Nunca quieras quedar bien, hacerte al amigo, llamando a un mendocino como “menduco”.
Morfológicamente hablando, el sufijo apreciativo -uco -ucho es despectivo. Según el manual de la Nueva gramática de la lengua española (RAE), este tipo de sufijos denotan propiedades físicas de las personas o las cosas de manera despectiva. Simplifiquemos, le quitan importancia o su valor real a esta persona o cosa.
Entonces, la ofensa de los mendocinos al ser llamados “menducos” tiene asidero. Lo justifican los manuales. No nos digas nunca: “Che, menduco”, porque, lejos de hacerte algún favor, nos vamos a predisponer a ofrecerte alguna conversación en términos un tanto más agresivos.
Fecha de Publicación: 18/06/2022
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