¡Escribí! Notas de Lector
Ir a la secciónBuenos Aires - - Viernes 03 De Febrero
El universo de las relaciones sentimentales, de amor y sexuales es inmenso. Uno de los tantos puntos por los que se lo puede analizar son las expresiones y las maneras de referirnos a ciertas situaciones. Uno de ellos es el guampeado, entre otros.
Sería el hombre que es víctima del pata de lana y su esposa. O bien, la mujer que es víctima de una pata de lana (aunque el término se utiliza más que nada para referirse al hombre) y su esposo. Es el famoso cornudo, el engañado, gorriado. Esta persona se queda en casa con su familia mientras su pareja “se quedó hasta tarde en la oficina” o “se le rompió el auto”.
Aquel que lo deja absolutamente todo por su pareja. No va a jugar al fútbol con sus amigos ni a tomar el té con sus amigas. No se va de campamento con sus amigos, no sale a bailar con sus amigas. Es esa persona que le dice que no a cualquier plan que no tenga que ver con su cónyuge. El término es sinónimo de pollerudo, aunque, claramente, no solo aplica para los hombres, sino también para las mujeres. Prefieren el calzón o la pollera de su pareja, antes que cualquier otro plan.
Cuando ambos miembros de una pareja son igual de clazonudos o pollerudos. Casi como una cuenta matemática, calzonudo más pollerudo es igual a camotes. Es un término mendocino que, literalmente, se refiere a la batata, a esa verdura dulce y sabrosa. Seguramente, por el dulzor de este tubérculo es que se utiliza esa palabra para definir a dos personas que son empalagosamente dulces entre sí.
Cuando una persona se casa con otra por interés económico. Esa persona da el famoso “braguetazo”. Alguien que estaba seco, económicamente hablando, se pone en pareja con otra persona de poder adquisitivo alto, asegurando su futuro económico. Este término es, en realidad, mundialmente utilizado. De hecho, tiene sus orígenes en la Edad Media, momento de nuestra historia en el que muchos hombres tenían más de 7 hijos, deliberadamente, para que sus impuestos y deudas sean condonadas. En esa época, las relaciones sexuales para procrear se limitaban a que la mujer se subiera la pollera y el hombre sacara su miembro por la bragueta del calzón. Así, muchos hombres “utilizaban su bragueta” en muchas ocasiones con fines económicos, o sea, para que les perdonen sus compromisos. Por eso, esta acción se conoció como braguetazo.
Es el amante de una mujer. El pata de lana es aquel que rompe una familia entera por solo un par de encuentros sexuales. ¿O la responsable es la mujer? Esa es otra discusión. Pero aquel que se junta frecuentemente con una mujer casada o que está en pareja, con fines lujuriosos, es el pata de lana. ¿Vos, fuiste o sos pata de lana? ¿Conocés algún pata de lana? Solo tu conciencia sabe la respuesta.
En Mendoza, términos como guampeado, pata de lana o dar el braguetazo, están a la orden del día. Definitivamente, nuestras costumbres sentimentales están un tanto desordenadas.
Fecha de Publicación: 12/05/2021
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