Ser Argentino. Todo sobre Argentina

Montoncito.

Los argentinos hacemos uso del lenguaje gestual de una forma casi exagerada.

Los argentinos hacemos uso del lenguaje gestual de una forma casi exagerada. Tanto que un mismo gesto –que para el foráneo puede parecer igual en todos los casos– significa cosas distintas, con solo unas pequeñas variaciones prácticamente imperceptibles. Hablamos del bien conocido montoncito de dedos.

El montoncito tiene sus variantes. La primera consiste en hacer un leve movimiento de muñeca hacia arriba y hacia abajo, lo que se traduce en un “¿qué te pasa?”. Ese qué te pasa puede variar su tono de acuerdo con la intensidad del movimiento y, sobre todo, con la mirada que lo acompaña: puede ser un interés genuino o una sutil amenaza.

En la segunda versión de nuestro montoncito, la muñeca queda quieta y los que se mueven son los dedos, que se abren y se cierran. El sentido es clarísimo: “tenés cuiqui” (¿?). Ese gesto se usa para indicar que nuestro interlocutor tiene miedo, pero detrás de él se esconde una mofa hacia ese temor contenido.

Muy parecido al primero es nuestro tercer y último montoncito. Los dedos quedan muy apretados, la muñeca permanece quieta, pero lo que se mueve levemente es el antebrazo completo: significa “estaba así de gente”. Sí. Si había mucha mucha gente, se puede duplicar utilizando ambas manos a la vez: sería como un montoncito extrarecargado.

Aprendamos a utilizar el montoncito con precaución porque, como vemos, es cosa seria.

 

Traéme la cuenta, un cafecito y otros gestos argentinos

Siempre que salgo a comer afuera o voy a algún bar, me encuentro haciendo un gesto involuntario muy particular. Cada vez que pido la cuenta, sin siquiera pensarlo, mi mano izquierda se transforma en papel y mi mano derecha escribe sobre él con una lapicera invisible. Y con este especial gesto es que pronuncio las palabras “¿Me traés la cuenta?” cada vez que llamo al mozo en cualquier local gastronómico. ¿Por qué este gesto? Nadie lo sabe. Pero ya está tan instaurado que aunque no pida la cuenta verbalmente me la traerán igual.

Otro gesto muy común en los bares es el de “un cafecito” que implica colocar los dedos pulgar e índice enfrentados de forma tal que generen un espacio pequeño. En Argentina, si lo usamos en un bar, tiene este significado, pero en otros contextos se puede prestar a confusión.  El más temido por los hombres es “la tenés chiquita”. Este gesto se utiliza en general para identificar cosas pequeñas, es por eso que si queremos denostar a un hombre podemos usarlo para decir que “la tiene chiquita”. Así que cuidado donde usás este gesto, porque te puede generar problemas.

Los argentinos somos muy adeptos a expresarnos a través del lenguaje no verbal. Tenemos un sinnúmero de gestos para diferentes ocasiones. A continuación una lista de los más comunes:

Más o menos: el gesto para esta expresión consiste en girar la palma de la mano abierta. Se utiliza cuando estamos indecisos acerca de algo o desconfiados.

Ni idea: consiste en pasar los dedos – por la parte externa – por debajo de la mandíbula. Con esto expresamos que no sabemos algo o que no nos interesa.

Apurate: cuando frotamos el dedo medio con el pulgar le estamos pidiendo a nuestro interlocutor que se apure.

Andáte o rajá de acá: para este gesto, movemos el brazo por encima de la cabeza en señal de que queremos que nuestro interlocutor se vaya. Así que si alguien te hace este gesto más te vale que te corras si no querés tener problemas.

Ojo: este gesto se realiza señalándonos un ojo con el dedo. Tiene múltiples significados: “yo sé lo que estás haciendo”, o “tené cuidado” o  “Te estoy viendo”. Normalmente tiene connotación negativa, así que ojo.

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